La motivación en jóvenes universitarios en el área profesional de diseño y comunicación visual

13 agosto, 2019

Por María Soledad Ortiz Ponce.

Introducción

La función principal del diseño y la comunicación visual es establecer una comunicación efectiva con un grupo de receptores, con quienes se debe conseguir una relación emocional y de confianza para poder crear una buena conexión. Este artículo pretende abordar el tema de motivación en el proceso de enseñanza aprendizaje en estudiantes de nivel universitario, principalmente por la necesidad que tienen éstos de obtener un efectivo aprendizaje que les dará confianza y seguridad en su vida profesional. Desde diversas posiciones teóricas e investigaciones, se ha enfatizado en la importancia de atender, en un proceso de enseñanza aprendizaje, no sólo a los componentes cognitivos implicados en este importante proceso, sino también a los componentes afectivos o motivacionales; lo que no se sabe con precisión es cómo interactúan aspectos motivacionales y cognitivos y como correspondería intervenir en la formación del alumno, por lo que es importante acercarnos a algunos aspectos motivacionales y cognitivos en el aprendizaje académico.

Motivación intrínseca y extrínseca

La motivación es la fuerza que nos mueve a realizar actividades. Estamos motivados cuando tenemos la voluntad de hacer algo y, además, somos capaces de perseverar en el esfuerzo que ese algo requiera durante el tiempo necesario para conseguir el objetivo que nos propongamos. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca, la intrínseca (personal o interna) hace referencia a la voluntad del individuo –en este caso del alumno–, es la conducta frecuente de alguien, para quienes se encuentran estudiando representa el interés personal, profesional o escolar que, nacido dentro de sí, impulsa el esfuerzo que hace. La motivación extrínseca (o externa) es la que proporciona algún beneficio material, no nace de la persona en sí, sino de otros individuos o bien, del ambiente[1].

Factores que influyen en la motivación

La motivación puede influir sobre la forma de pensar y con ello sobre el aprendizaje. Desde este punto se supone que las distintas orientaciones motivacionales tendrían consecuencias diferentes para el aprendizaje. Al parecer el estudiante motivado intrínsecamente selecciona y realiza actividades por el interés, curiosidad y desafío que le provocan. Es posible también que el alumno motivado intrínsecamente esté más dispuesto a aplicar un esfuerzo mental significativo durante la realización de la tarea, a comprometerse en procesamientos más ricos y elaborados y en el empleo de estrategias de aprendizaje más profundas y efectivas. Sin embargo, un estudiante motivado extrínsecamente se compromete en ciertas actividades cuando éstas ofrecen obtener recompensas externas; además, es posible que tales estudiantes opten por tareas más fáciles, cuya solución les asegure la obtención de la recompensa. La recompensa que los estudiantes se acostumbran a recibir son calificaciones numéricas, las cuales les van generando ciertos beneficios, considerando que lo más importante es el aprendizaje, como profesores, debemos activar estrategias que nos permitan motivar a los estudiantes con evaluaciones reflexivas, que finalmente puedan reflejar logro y productividad, esto será determinante para que la motivación influya en el desempeño académico[2].

Motivación y aprendizaje en la universidad

En la universidad se requiere de varios elementos para propiciar un ambiente motivador, dentro de ellos los más importantes son: el alumno y el profesor. El alumno requiere, como mínimo, de cierto equilibrio personal entre tres factores –considerados los tres pilares básicos en los que asienta la motivación académica–: las creencias de autoeficacia y las percepciones de control; las razones y metas personales; y las emociones que provocan las situaciones de aprendizaje.

El profesor no es el responsable directo de la motivación, pero de alguna manera puede generar mecanismos de automotivación para el estudio, para la convivencia con los compañeros y para la vida en general; está comprobado que los estudiantes automotivados no sólo aprenden más, sino que muestran unos niveles más altos de comprensión y recuerdo de la información[3].

El tipo de sociedad que nos ha tocado vivir es cambiante y esto genera un dilema. Los cambios afectan en gran medida la educación a nivel institucional ya que ésta se debe adaptar e innovar para ofrecer calidad y funcionalidad en una formación dispuesta que pueda encarar los cambios tan acelerados.

Si lo vemos con esa dualidad entre educación y sociedad se puede mencionar que “…la perspectiva sociológica y antropológica de las influencias culturales en el desarrollo del individuo y en los procesos educativos y socializadores; el análisis epistemológico de la naturaleza, estructura y organización del conocimiento científico y de su traducción en conocimiento científico y de su traducción en conocimiento escolar y personal; la reflexión sobre las prácticas pedagógicas y la función reproductora y de transmisión ideológica de la institución escolar; el papel de otros agentes socializadores en el aprendizaje del individuo, sean los padres, el grupo de referencia o los medios de comunicación masiva”.[4]

El mundo educativo está pasando por una crisis de rendimiento que se manifiesta en problemas de disciplina, fracaso escolar, socialización en tanto integración escolar donde muchas veces los profesores no saben cómo enfrentar exitosamente esta problemática.

Actualmente el acceso a los diferentes niveles escolares ha aumentado, gracias al credencialismo[5], pero las diferentes crisis por las que atraviesa la educación crean la necesidad de transformar las estrategias de aprendizaje ya que el ritmo de vida, así como los diferentes distractores que existen hoy en día propician el ambiente perfecto para desmotivar a los alumnos. La falta de motivación es un serio problema por el que pasa el mundo educativo, que en gran medida lleva al negativo funcionamiento escolar, así como la falta de rendimiento, por ejemplo, existen jóvenes con profundos deseos de estudiar, quienes atraviesan por situaciones económicas que en muchas ocasiones les impiden que lo puedan lograr, y otros tantos jóvenes que, teniendo las posibilidades económicas, no lo desean[6] [7].

La ansiedad es un concepto que se vincula con la motivación, pues se trata de un componente afectivo, vinculado a un pensamiento negativo que llega a interferir en el desempeño. En los últimos años, la ansiedad se ha convertido en uno de los padecimientos más frecuentes en alumnos de Diseño y Comunicación Visual[8], sin dudar que sea una situación generacional para diferentes carreras universitarias, los alumnos tienen pensamientos negativos como: “No puedo con tanto trabajo”, suelen bloquearse y no alcanzan a cubrir sus actividades, con lo que tampoco cubren sus necesidades. La necesidad de logro se considera como una característica personal que se nutre con las primeras experiencias en la familia y como una reacción a las experiencias recientes de éxito o de fracaso, se equilibra con la necesidad de evitar el fracaso y juntas son poderosas fuentes de motivación.

"El profesor no es el responsable directo de la motivación, pero de alguna manera puede generar mecanismos de automotivación para el estudio, para la convivencia con los compañeros y para la vida en general".
«El profesor no es el responsable directo de la motivación, pero de alguna manera puede generar mecanismos de automotivación para el estudio, para la convivencia con los compañeros y para la vida en general».

La palabra “motivación” ha sufrido un cambio progresivo, desde el punto de vista conductista, hasta las orientaciones cognitivas actuales. Su polémica gira en torno a los factores, que pueden influir y la diferencia entre el interés que se presenta por una tarea. Efectivamente es obvio que las atribuciones del éxito o del fracaso, son factores que determinan la motivación de los estudiantes. Sin embargo, su estudio es complicado porque tienen a su disposición, muchas teorías para analizar, e investigaciones y tesis controversiales sobre el tema[9].

La motivación de un alumno es algo que depende de las relaciones interpersonales que establece con la familia y, en la escuela, principalmente con sus compañeros (motivación intrínseca), que va construyendo las diferentes conductas, aptitudes y destrezas para tener éxito o no. La situación política, económica y de inseguridad, también son puntos en contra para estudiantes y profesores, en los últimos años se han presentado serios problemas en diversos casos.

Muy probablemente la falta de motivación en los estudiantes se ha convertido en uno de los puntos importantes que vive la educación mundial. Se considera que dicha falta de motivación puede ser consecuencia de las transformaciones que sufre actualmente la sociedad y que el sistema educativo aún no enfrenta.

Las causas del fracaso escolar son variables de tipo psicosocial formadas por y en la interacción social. La posible solución a los problemas intelectuales, de personalidad y motivacionales que están en la base del fracaso escolar es la adaptación del aprendizaje cooperativo, ya que mejora la motivación intrínseca, la autoestima y el funcionamiento de las capacidades intelectuales, aumentando la capacidad crítica y la calidad de procesamiento cognitivo de la información[10].

Los métodos de enseñanza se han modificado casi nada comparado con los cambios que se han generado en el mundo, y la velocidad a la que avanzamos en diferentes áreas, de esta manera se genera un factor no motivacional vinculado con la enseñanza[11].

Los métodos empleados por los profesores, normalmente se basan en la transmisión de conocimientos, y al evaluar los cambios presentan diversas formas en que los alumnos se apropien de los conocimientos y los integren a sus vidas para hacerlos significativos, parte de esos cambios se refieren a los tecnológicos que ha generado una manera de comunicación e información de gran velocidad, aumentando las relaciones sociales y en las formas de aprender[12].

No se trata de motivar a los estudiantes, sino de crear un ambiente que les permita motivarse a sí mismos. Tiene mucho más sentido centrar nuestro interés en el entorno o en la situación de aprendizaje, que tratar de provocar un cambio directo sobre los componentes personales de los estudiantes.

Si consideramos la siguiente pregunta: ¿Por qué razón un amplio número de alumnos no quieren estudiar o tienen poco o nada de interés en lo que les enseñan los profesores? Desde luego, podríamos decir que por lo menos una parte de la respuesta a esa pregunta tiene que ver con la escasa utilidad que ven los propios estudiantes en lo que se les enseña. La opinión generalizada es que lo que aprenden en la escuela poco tiene que ver con sus vidas, con sus intereses, con sus preocupaciones o con sus inquietudes. Los conocimientos que se enseñan en la escuela suelen ser muy teóricos, alejados de la realidad y con pocas posibilidades de aplicación. En la formación profesional de Diseño y Comunicación Visual, es imprescindible que el alumno tenga tareas que lo acerquen al quehacer profesional y que, en un momento dado, sean como simuladores profesionales.

"La motivación de un alumno es algo que depende de las relaciones interpersonales que establece con la familia y, en la escuela, principalmente con sus compañeros (motivación intrínseca), que va construyendo las diferentes conductas, aptitudes y destrezas para tener éxito o no". © Caleb Chávez Rodríguez, 2019.
«La motivación de un alumno es algo que depende de las relaciones interpersonales que establece con la familia y, en la escuela, principalmente con sus compañeros (motivación intrínseca), que va construyendo las diferentes conductas, aptitudes y destrezas para tener éxito o no». © Caleb Chávez Rodríguez, 2019.

La motivación para aprender

Si nos trasladamos al contexto educativo y consideramos el carácter intencional de la conducta humana, parece bastante evidente, que las actitudes, percepciones, expectativas y representaciones que tenga el estudiante de sí mismo, de la tarea a realizar, y de las metas que pretende alcanzar, constituyen factores de primer orden que guían y dirigen la conducta del estudiante. Pero, para realizar un estudio completo e integrador de la motivación, no sólo debemos tener en cuenta estas variables personales e internas sino también aquellas otras externas, procedentes del contexto en el que se desenvuelven los estudiantes, que los está influyendo y con el que interactúan[13].

“Se puede afirmar que el aprendizaje se caracteriza como un proceso cognitivo y motivacional a la vez” en consecuencia, para aprender es imprescindible ‘poder’ hacerlo, lo cual hace referencia a las capacidades y las estrategias, y las destrezas necesarias (componentes cognitivos), pero además es necesario ‘querer’ hacerlo, tener la disposición, la intención y la motivación suficiente (componentes motivacionales). Los especialistas más destacados en este tema opinan que para tener buenos resultados académicos, los alumnos necesitan poseer tanto ‘voluntad’ como ‘habilidad’, lo que conduce a la necesidad de integrar ambos aspectos[14].

En las asignaturas más cercanas a las matemáticas, como geometría, impartidas en la Licenciatura de Diseño y Comunicación Visual, los alumnos muestran cierta resistencia y presentan negación, piensan que es muy difícil y que no lo lograrán, también pueden pensar que son materias que no funcionarán en su vida profesional, acercar a los estudiantes en estas materias a las áreas profesionales provoca motivación en los alumnos, y cuando ellos logran el desarrollo de diferentes representaciones gráficas, llegan a la meta, una meta de aprendizaje que es elegida, dan lugar a diferentes modos de afrontar las tareas académicas y a distintos patrones motivacionales.

Atribuciones, creencias y motivación

La teoría de la atribución de la motivación sugiere que las explicaciones que las personas dan a las conductas, en particular a sus propios éxitos y fracasos, tienen una fuerte influencia en sus planes y desempeño futuros. Una de las características importantes de una atribución es si es interna y está bajo el control de una persona o si es externa y está fuera de su control[15].

Los profesores pueden contribuir a la asignación de atribuciones por la manera en que responden al trabajo de los estudiantes. Por ejemplo, proporcionar ayuda no solicitada puede comunicar a los estudiantes que carecen de la habilidad para realizar el trabajo. Al parecer, un bajo sentido de interés por sí mismo se asocia con estrategias de evitar el fracaso, invirtiéndose mucha energía en protegerse de sus consecuencias. Estas estrategias pueden dar la impresión de ayudar en el corto plazo, pero son nocivas para la motivación y autoestima en el largo plazo. El sentido de autoeficacia, la creencia de que será eficiente en una situación determinada, ejerce una influencia sobre la motivación. Si un individuo tiene un fuerte sentido de autoeficacia, tiende a establecer metas más desafiantes y a persistir aún al encontrar obstáculos.

Desde la concepción constructivista se asume que todo el aprendizaje significativo es motivador en sí mismo, porque el estudiante disfruta realizando la tarea o trabajando esos nuevos contenidos (en contraposición al aprendizaje mecánico o memorístico) pues entiende lo que está aprendiendo y le encuentra sentido.

Por ello si los profesores, queremos conseguir la motivación de los estudiantes por aprender, no debemos esperar que ellos la traigan consigo, sino más bien tratar de encontrar o diseñar actividades académicas significativas y valiosas y a tratar de derivar de ellas los beneficios académicos que se pretenden, implica tomar con seriedad el trabajo docente y tratar de obtener el mayor provecho de él.

"Los profesores pueden contribuir a la asignación de atribuciones por la manera en que responden al trabajo de los estudiantes". © Caleb Chávez Rodríguez, 2019.
«Los profesores pueden contribuir a la asignación de atribuciones por la manera en que responden al trabajo de los estudiantes». © Caleb Chávez Rodríguez, 2019.

Conclusión.

La motivación es esencial para el proceso de aprendizaje y muy importante dentro del desarrollo de las habilidades y actividades del ser humano, es así como el papel activo del docente debe permanentemente trascender y fomentar valores y expectativas de mejora, en los seres humanos para que los alumnos que formamos día a día en el aula, y que asimilan los conocimientos nuevos y/o viejos adquiridos de diferentes formas, desempeñen un excelente rol profesional que los mantenga constantemente con fuerte e intenso ánimo y deseos de desempeñar un importante papel social, y que, desde nuestro papel de guías formadores y/o maestros, debemos promover constantemente en nuestros alumnos la aplicación real del conocimiento para mejorar sus condiciones de vida como alumnos y como personas y para que a su vez construyan una sociedad cada vez mejor en donde se brinden condiciones de seguridad, confianza, equidad y equilibrio –una aspiración social generalizada– y desarrollen mejor su profesión, de forma integral y profesional en el mercado laboral. 

(Publicado el 13 de agosto de 2019)

Fuentes de consulta:

  • Alonso Tapia, J. (1995). Motivación y Aprendizaje en el Aula. Cómo enseñar a pensar. Madrid.
  • Abarca, Sonia (1995). Psicología de la motivación. Editorial Universidad Estatal a Distancia. San José de Costa Rica.
  • Díaz Barriga, Arceo Frida y Hernández Rojas, Gerardo (1998). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo una interpretación constructivista. Mc Graw Hill. México.
  • García y Bacette, Francisco y Domenec Retoret, Fernando (1998). Motivación para aprender. Elaborado por la Comisión de Modernización Pedagógica a partir de los textos compilados por los autores, Vol, 1 No, 0. Universitat Jaume I. Castelló de la Plana.
  • González Cabanach, Ramón; Rodríguez Martínez Susana y Valle Arias, Antonio (2006). Reflexiones sobre la motivación y el aprendizaje a partir de la Ley Orgánica de Educación (L.O.E.): Del dicho al hecho. Universidade da Coruña. Coruña
  • Ovejero Bernal Anastasio (1993). Aprendizaje cooperativo: una eficaz aportación de la psicología social a la escuela del siglo XXI. Universidad de Oviedo. Serie cuadernos de Psicología, Psicothema. Oviedo.
  • Rinaudo, María Cristina; Chiecher, Analía y Donolo, Danilo (2003). Motivación y uso de estrategias en estudiantes universitarios. Su evaluación a partir del Motivated Strategies Learning Questionnaire. Universidad Nacional de Río Cuarto. Córdoba, Argentina.
  • Soriano, M. Mateo. La motivación, pilar básico de todo tipo de esfuerzo. Consultado en junio de 2019. https//dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/209932.pdf
  • http://elvirasociologia.blogspot.com

[1] Soriano, M. Mateo. La motivación, pilar básico de todo tipo de esfuerzo. https//dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/209932.pdf

[2] Rinaudo María Cristina, Chiecher Analía y Donolo Danilo. (2003). Motivación y uso de estrategias en estudiantes universitarios. Su evaluación a partir del Motivated Strategies Learning Questionnaire. Universidad Nacional de Río Cuarto. Córdoba, Argentina.

[3] González Cabanach, Ramón, Rodríguez Martínez Susana, y Valle Arias, Antonio. (2006). Reflexiones sobre la motivación y el aprendizaje a partir de la Ley Orgánica de Educación (L.O.E.): Del dicho al hecho. Universidade da Coruña. Coruña

[4] Díaz Barriga Arceo Frida y Hernández Rojas Gerardo. (1998). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo una interpretación constructivista. Mc Graw Hill. México.

[5]  Con su tesis credencialista, Randall Collins explica que la expansión educativa se produce por el ansia de las clases dominantes para alcanzar las posiciones de más poder. Por lo tanto, la expansión educativa respondería a la estructura productiva, de tal manera, que las clases más bajas accederán mediante su educación a puestos de trabajo con menos prestigio y las clases mas altas accederán por su educación a empleos de mayor prestigio social. Además, Randall Collins afirma que las clases dominantes modifican el valor de determinadas titulaciones para jerarquizar la educación y que unos títulos tengan mas valor que otros. Así, los miembros de las clases altas no tendrán trabajos que se correspondan con su nivel de cualificación sino trabajos burocráticos o en empresas privadas, ya que son los que proporcionan un mayor poder porque así se ha establecido en esos títulos académicos. http://elvirasociologia.blogspot.com/2015/12/credencialismo-de-randall-collins.html

[6] González, Rodríguez y Valle. Op. cit.

[7] Ovejero Bernal Anastasio. (1993). Aprendizaje cooperativo: una eficaz aportación de la psicología social a la escuela del siglo XXI. Universidad de Oviedo. Serie cuadernos de Psicología, Psicothema. Oviedo.

[8] Una de las licenciaturas impartidas actualmente en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. http://www.fad.unam.mx/

[9] Alonso Tapia, J. (1995). Motivación y Aprendizaje en el Aula. Cómo enseñar a pensar. Santillana. Madrid

[10] Ovejero. Op. cit.

[11] González, Rodríguez y Valle. Op. cit.

[12] González, Rodríguez y Valle. Op. cit.

[13] García y Bacette Francisco y Domenec Retoret Fernando. (1998). Motivación para aprender. Elaborado por la Comisión de Modernización Pedagógica a partir de los textos compilados por los autores, Vol, 1 No, 0. Universitat Jaume I. Castelló de la Plana.

[14] García y Domenec. Op. cit

[15] Abarca, S. (1995). Psicología de la motivación. Editorial Universidad Estatal a Distancia. San José de Costa Rica.

Maestría: Ciencias de la Educación, Universidad del Pedregal. Egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas UNAM como Licenciada en Diseño gráfico. Antigüedad docente 25 años en la Facultad de Artes y Diseño, UNAM.
Líneas de investigación: Diseño y educación. Evaluación educativa y Diseño e iconicidad y entornos

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