Creatividad y complejidad en el pensamiento de diseño

30 noviembre, 2023

Creatividad para navegar la complejidad

Las relaciones entre creatividad y complejidad son fascinantes, ya que nos ayudan a comprender cómo opera el pensamiento de diseño en situaciones y contextos cambiantes. En primer lugar, la palabra “creatividad” proviene del latín “creare”, que significa producir o engendrar algo a partir de la nada. Entonces, se puede entender la etimología de este término como la cualidad o capacidad de generar, producir o crear. En otras palabras, la creatividad es la habilidad para concebir nuevas ideas, enfoques y formas de pensamiento o acción.

En segundo lugar, de acuerdo con Bachrach (2014), la creatividad se entiende como un proceso mental mediante el cual, en algún momento, surge una revelación o insight en el cerebro, dando lugar a una idea o acción novedosa con valor. Siguiendo esta idea, las contribuciones de Guilford (1950), sugieren que en cualquier proceso cognitivo se pueden identificar una serie de factores relacionados con la solución creativa e intuitiva de problemas. La creatividad abarca habilidades características de personas creativas, como la fluidez, flexibilidad, adaptabilidad, originalidad y pensamiento divergente. Por lo tanto, en el diseño, el proceso creativo se extiende a otras dimensiones con el fin de fomentar un pensamiento más complejo. Esto implica la necesidad de adoptar una perspectiva amplia en todas las situaciones que se presenten, empleando una variedad de enfoques, técnicas, materiales, analogías, metáforas o narrativas para identificar detalles en los momentos de exploración de las posibilidades.

En este sentido, Getzels y Csikszentmihalyi (1976) destacan que la creatividad es proceso creativo como un acto complejo y multifacético que involucra diversas etapas y habilidades cognitivas. Argumentaron que la creatividad no depende únicamente de las características individuales, sino también de la interacción entre la persona creativa y su entorno, incluyendo factores sociales y culturales. Por lo tanto, en el pensamiento creativo, lo más importante es la búsqueda e identificación de un desafío en el entorno que requiere ser resuelto. Para ello, es necesario expresar este desafío como un problema y luego diseñar enfoques adecuados para resolverlo dentro de un contexto cultural específico.

En consecuencia, la creatividad emerge como respuesta a la complejidad. Según Runco & Sakamoto (1999), la creatividad se encuentra entre los comportamientos humanos más complejos y está influenciada por una amplia variedad de experiencias evolutivas sociales o educativas, y se exterioriza de manera diferente en cada dominio del conocimiento. Esto significa que la creatividad de una persona reside en la combinación de una actitud, un conjunto de habilidades y un método de trabajo basado en un conjunto de reglas, técnicas y métodos.

Siguiendo la perspectiva de Maturana (2003), los procesos creativos se revelan como fenómenos biológicos. La creatividad emerge de manera espontánea en los seres vivos, dado que cada organismo comienza a moldear su entorno desde el momento mismo de su existencia. Por lo tanto, es un comportamiento inherente que tiende a manifestarse en cualquier sistema complejo, ya sean seres humanos, sociedades u organizaciones. Dicho de otro modo, la creatividad que se halla dentro una estructura biológica que se encuentra intrínsecamente ligada a la sociedad, ya que se influyen mutuamente, dado que, son elementos que integran un sistema complejo único. A medida que la complejidad de un sistema aumenta, se incrementa el número de interconexiones e interacciones que pueden generar nuevas relaciones y asociaciones, debido a la mayor diversidad de elementos y experiencias presentes en el sistema.

Desde la perspectiva de Edgar Morin (1990), el pensamiento complejo proporciona un marco que es propicio para la creatividad, ya que comparte principios fundamentales como la interdisciplinariedad, la consideración de las relaciones y la apertura a la diversidad de perspectivas. La creatividad se nutre de esta diversidad de ideas y enfoques, lo que permite la generación de soluciones originales. El pensamiento complejo nos permite abordar un problema o situación en su contexto completo y comprender cómo todas las partes interactúan. En este entorno, los elementos se combinan para fomentar la generación de ideas creativas y la resolución de problemas complejos.

En consecuencia, la creatividad es un fenómeno complejo [Véase figura 1] que no se limita a la acción de un individuo aislado, sino que está influenciada por una serie de factores y procesos complejos que interactúan de manera sistémica. La creatividad, en este sentido, se convierte en una forma de navegación a través de la complejidad pues permite comprender y actuar en una realidad cambiante e interconectada, sin perder de vista las implicaciones del contexto y superar las limitaciones impuestas por nuestra percepción limitada.

Figura 1. Conceptualización de la creatividad como fenómeno complejo. Relaciones entre pensamiento creativo, pensamiento complejo y pensamiento de diseño. Nota: Elaboración de la autora.
Figura 1. Conceptualización de la creatividad como fenómeno complejo. Relaciones entre pensamiento creativo, pensamiento complejo y pensamiento de diseño. Nota: Elaboración de la autora.

Conexiones entre creatividad, complejidad y pensamiento de diseño

El pensamiento de diseño, desvinculado a otras disciplinas específica, pretende abarcar la naturaleza creativa e iterativa de las prácticas de diseño. Sabemos que la creatividad involucra la capacidad de generar nuevas ideas y enfoques, sin embargo, es fundamental examinar cómo se moviliza este término en los discursos contemporáneos sobre pensamiento de diseño e innovación. Cabe destacar que la creatividad en el ámbito del diseño no se limita únicamente a la invención o mejora de productos o servicios, sino que también abarca la capacidad de comprender y abordar situaciones complejas. Esto implica el análisis, la síntesis y la búsqueda de alternativas que consideren múltiples variables y perspectivas para transformar estas ideas o conceptos en soluciones tangibles.

El pensamiento de diseño se ha definido como acto creativo que se caracteriza por ser una acción en la cual se le da existencia a algo nuevo. Para explicar este proceso, Cross (2011) destaca la interacción entre la creatividad y la complejidad en el diseño es un proceso en el que la creatividad se aplica a la resolución de problemas complejos. Los diseñadores deben abordar la ambigüedad y la incertidumbre, lo que a menudo implica trabajar en entornos donde no existe una respuesta clara. Destaca que el diseño es un proceso reflexivo y sistémico que implica la generación y evaluación constante de ideas.

Cuando se habla de creatividad en el pensamiento complejo en el diseño, se hace referencia a la habilidad de pensar de manera no convencional, adaptarse a la incertidumbre y aprovechar la creatividad para la solución de problemas. Según Dorst (2015), la creatividad en el proceso de diseño a menudo se caracteriza por la aparición de un evento significativo conocido como el “salto creativo”. A veces, este evento se manifiesta como una intuición repentina que el diseñador reconoce de inmediato como relevante, pero con frecuencia solo se comprende la importancia de la creatividad en retrospectiva. Es en ese momento cuando el diseñador, o un observador del diseño, puede identificar un punto crucial en el proceso de diseño en el que comienzan a surgir ideas clave.

Por otro lado, en el contexto del pensamiento complejo, la creatividad también engloba la capacidad de abordar la ambigüedad y la incertidumbre. En lugar de enfrentar un problema de manera lineal, los diseñadores creativos están dispuestos a explorar y adaptar constantemente sus enfoques a medida que surgen en el proceso de diseño. Esta capacidad desempeña un papel fundamental al unir ideas que, a primera vista, pueden parecer dispares.

Dicho lo anterior, la activación del pensamiento complejo en los diseñadores comprende la colaboración entre individuos con diversas perspectivas, saberes y habilidades, lo que puede dar lugar a ideas o situaciones inesperadas u otros factores contextuales que influencian la forma en que una persona piensa y se expresa creativamente. Reconocer la diversidad en la forma en que las personas abordan los problemas es fundamental para la creatividad, ya que las ideas se combinan, reinterpretan y resignifican, lo que a su vez nos permite lidiar con las perturbaciones, cambios u oportunidades, adaptándonos a nuevas circunstancias y buscando soluciones innovadoras en contextos en constante evolución.

En resumen, la creatividad y la complejidad están entrelazadas en el pensamiento de diseño [Véase figura 2] en los siguientes aspectos:

  • Exploración de escenarios prospectivos: La creatividad se manifiesta a través de la capacidad de imaginar y evaluar diferentes escenarios o posibilidades. En lugar de quedarse atrapadas en una única vía, las personas creativas exploran una diversidad de alternativas para abordar la complejidad de manera efectiva.
  • Integración de diversas perspectivas: En contextos complejos, la creatividad implica la capacidad de ampliar e incorporar múltiples puntos de vista y enfoques para abordar un problema o situación. Al integrar diversas perspectivas, las personas pueden enriquecer sus pensamientos y considerar una variedad de enfoques y soluciones que de otro modo podrían pasar desapercibidas.
  • Colaboración entre personas: La creatividad permite que diversas percepciones se unan para compartir sus visiones culturales, conocimientos y experiencias. Esto puede enriquecer la generación de ideas, ya que cada individuo puede aportar su propia creatividad en un proceso dinámico que surge de las diversos pensamientos y acciones.
  • Adaptación a la incertidumbre: En situaciones complejas, rara vez hay una certeza absoluta, y la creatividad permite a las personas encontrar soluciones viables incluso cuando no se dispone de toda la información. La capacidad de lidiar con la incertidumbre es esencial para abordar problemas complejos.
  • Experimentación y tolerancia al error: La creatividad implica probar diferentes ideas, enfoques y soluciones. En este proceso de experimentación, a menudo surgen fallas, errores, riesgos y descubrimientos inesperados. La voluntad y apertura para aceptar y abrazar los errores como oportunidades de aprendizaje y mejora es fundamental para la resolución de problemas en entornos complejos.
  • Innovación y disrupción: La creatividad permite a las personas explorar nuevas formas de pensar y actuar, lo que produce a avances significativos en la resolución de problemas. La innovación se refiere a la implementación de ideas novedosas o la mejora de ideas existentes para crear un nuevo valor. La disrupción se produce cuando una innovación se transforma radicalmente, alterando la forma en que se hacen las cosas de manera significativa. Ambas son necesarias para el crecimiento y la supervivencia en un mundo en constante cambio.
  • Procesos emergentes: La creatividad no es el resultado de un proceso lineal, sino que puede surgir de manera espontánea y orgánica cuando los componentes individuales interactúan entre sí en un entorno propicio. Esto puede ocurrir en los procesos de diseño, donde la multiplicidad de elementos y factores se entrelazan y se combinan para generar soluciones innovadoras que no habrían sido evidentes si se consideran de manera aislada.
  • Aprendizaje e iteración: Los procesos creativos incorporan continuamente mecanismos de aprendizaje y retroalimentación. La retroalimentación es parte integral del pensamiento de diseño, ya que propicia mejoras significativas para refinar las ideas. Cuanto más aprendes, más amplio es tu conjunto de conocimientos y experiencias para enriquecer tus ideas creativas. El aprendizaje constante y la iteración proporcionan nuevas perspectivas y fuentes de inspiración.
Figura 2. Conexiones epistémicas entre creatividad, complejidad y pensamiento de diseño. Nota: Elaboración de la autora.
Figura 2. Conexiones epistémicas entre creatividad, complejidad y pensamiento de diseño. Nota: Elaboración de la autora.

Apuntes finales

En el mundo actual, los problemas de diseño son cada vez más dinámicos y multifacéticos. Los procesos creativos y el pensamiento complejo permiten apreciar la multidimensionalidad de elementos de una realidad, pero también la ambigüedad y la incertidumbre que rodean a muchos problemas de diseño. La complejidad en el diseño contemporáneo no solo se refiere a la dificultad intrínseca de los problemas, sino también a la naturaleza cambiante de los mismos. La creatividad permite a las personas identificar las conexiones y patrones ocultos en medio de la complejidad, lo que facilita la toma de decisiones informadas y la resolución de problemas.

La creatividad es algo que se puede aprender; implica un pensamiento flexible que se manifiesta en técnicas combinatorias y asociativas, así como en la experimentación y exploración abiertas, el pensamiento divergente, el pensamiento lateral y la búsqueda y resolución de problemas. Los diseñadores requieren reforzar su capacidad creativa para analizar, sintetizar y abordar múltiples relaciones e interacciones presentes en los procesos de diseño.

El acto creativo se manifiesta en el pensamiento de diseño a través del desarrollo de ideas potencialmente nuevas, y requiere ir más allá de los modos convencionales de pensamiento. La creatividad facilita la conexión de ideas de manera inusual y fructífera, lo que puede llevar a soluciones disruptivas o innovadoras, convirtiéndose así en la brújula que guía a los diseñadores a través de la complejidad.

La creatividad es un proceso complejo y dinámico que involucra a individuos, grupos y diversos contextos, y que está influenciada por una variedad de factores interconectados. Comprender la naturaleza compleja y sistémica de la creatividad permite aprovecharla y fomentarla en diferentes ámbitos, entornos y disciplinas. Es en este punto donde la creatividad se convierte en una habilidad esencial para abordar y explorar la realidad, así como para visualizar nuevas oportunidades de solución a través de la experimentación y el pensamiento complejo. ¶

[Publicado el 30 de noviembre de 2023]
[.925 Artes y Diseño, Año 10, edición 40]

Referencias

  • Bachrach, E. (2014) Ágil Mente: Aprende cómo funciona tu cerebro para potenciar tu creatividad y vivir mejor. Sudamericana.
  • Cross, N. (2011). Design Thinking: Understanding How Designers Think and Work.
  • Dorst, K. (2015). Frame innovation: Create new thinking by design. MIT Press.
  • Getzels, J.W. y Csikszentmihalyi, M. (1976). The creative vision: a longitudinal study of problem finding in art. John Wiley.
  • Maturana, H. y Varela, F. (2003). El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento humano. Lumen.
  • Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Gedisa.
  • Runco, M. A., & Sakamoto, S. O. (1999). Experimental studies of creativity. In R. J. Sternberg (Ed.), Handbook of creativity (pp. 62–92). Cambridge University Press.

Doctora en Artes y Diseño y Maestra en Artes Visuales. Académica adscrita a la Facultad de Artes y Diseño, UNAM. Miembro del SNI de CONAHCYT. Miembro de la Cátedra UNESCO Universidad e Integración Regional; Red Universitaria para la Sustentabilidad (UNAM) y Red de Investigadores en Diseño (UP). Responsable del grupo de Investigación sobre Diseño y Complejidad (ICO), Laboratorio Interdisciplinario de Artes y Diseño Sustentable y Diplomado Diseño e Innovación para la Sustentabilidad. Sus líneas de investigación son teoría, métodos y epistemología del diseño, sustentabilidad y complejidad.

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