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Revista de la Facultad de Artes y Diseño plantel Taxco

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Best Maugard y Enciso: dos modelos de creación gráfica nacional analizados desde la perspectiva contemporánea del diseño

Por Luis Rafael Parra Marure.–

Existen dos modelos desarrollados por mexicanos en el siglo XX que evidenciaron las formas prehispánicas presentes en el reconocimiento contextual de la gráfica nacional de la época: el método de dibujo de Best Maugard en los albores del siglo XX y el trabajo de recopilación de Jorge Enciso a mediados del siglo XX. Hoy se vuelve relevante retomar estos trabajos y hacer un replanteamiento de los conceptos y sus puntos comunes como herramientas de construcción gráfica desde la visión actualizada del diseño contemporáneo.

Adolfo Best Maugard (1891-1964) nació en la Ciudad de México y fue un artista plástico e importante promotor del arte mexicano a principios del siglo XX. María Cristina García Cepeda[1] señala que él se encuentra entre los considerados “renovadores de la cultura nacional” ya que realizó una propuesta para sentar las bases conceptuales artísticas mediante la presentación de fuentes y modelos de creación visual antes ignorados cargados de carácter mexicano.

Adolfo Best Maugard (Ciudad de México , 1891 – Atenas, 1964)
Adolfo Best Maugard (Ciudad de México , 1891 – Atenas, 1964). Retrato anónimo, Ca. 1924, Archivo Casasola, Fototeca Nacional, INAH. D.R.

Best Maugard en su libro “Método de Dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano” propuso la utilización de siete elementos primarios inspirados en las culturas prehispánicas que combinados y reconfigurados servían de base para el dibujo. Estos elementos o motivos son la espiral, el círculo, la curva o medio círculo, la línea ondulada en forma de “S”, el zigzag y la línea recta[2].

Por otro lado, Jorge Enciso Alatorre (1879-1969) nació en Guadalajara, Jalisco, México. Estudió artes plásticas en la Academia de San Carlos[3], donde se dedicó a la pintura y las artes visuales, disciplinas que posteriormente impartió en la misma institución. Además de ser reconocido por su labor plástica, fue encargado de la administración y promoción de los recursos históricos y arqueológicos del recién creado Instituto de Antropología e Historia de México del cual fue cofundador. Durante la gestión del gobierno carrancista fue nombrado Inspector General de Monumentos Artísticos.

Jorge Enciso Alatorre (Guadalajara, 1879 – Ciudad de México, 1969).
Jorge Enciso Alatorre (Guadalajara, 1879 – Ciudad de México, 1969). Retrato anónimo, Ca. 1912. Colección Culhuacán. Fototeca Nacional, D.R.

Jorge Enciso es reconocido principalmente por haber realizado una recopilación de las formas estampadas de varios sellos hechos en madera, huesos, piedra y mayormente barro para crear un repositorio de las imágenes resultantes de su estampa. En su libro Design Motifs of Ancient Mexico[4] se registran las impresiones que se lograban al aplicar sellos geométricos, naturalistas, zoomorfos, fitomorfos, antropomorfos e incluso fantásticos. Enciso define a estas imágenes como “reproducciones exactas de los motivos decorativos” de los pueblos prehispánicos. Además, mencionaba que la intención de la publicación más allá de ser una disertación científica o histórica pretendía ser una muestra de la decoración nativa e ingenua de los pueblos prehispánicos[5].

Best Maugard desarrolló un método de dibujo que se aplicó en las escuelas de educación básica de forma obligatoria en el país durante la gestión de José Vasconcelos[6] pero que a su vez podría usarse por cualquier individuo que buscaba dibujar y dar un reconocimiento de lo nacional a través de su propuesta de vocabulario y gramática visual.

Además de brindar una serie de herramientas de construcción visual, Best Maugard buscó afianzar en la consciencia de quien aplicaba su método una manera de reconocerse mexicanos a través de la identificación de las formas cargadas de un amplio valor cultural como colectivo, región, comunidad y país. Esta consciencia se empezaba a afianzar en un México posrevolucionario que pretendía enaltecer el sentimiento de orgullo nacional evidenciado en la creación de dependencias educativas y culturales por parte de los gobiernos de Adolfo de la Huerta[7] y Álvaro Obregón[8] de 1920 a 1924.

Es importante recalcar que para desarrollar su metodología de dibujo Best Maugard realizó una investigación de aquellos patrones que identificaba de manera constante en las piezas arqueológicas que dibujaba[9] después de hacer el dibujo y levantamiento visual de varios objetos prehispánicos por encargo de Franz Boas[10], como profesor de antropología de la Universidad de Columbia mediante un reconocimiento de los valores formales y estéticos presentes en los motivos prehispánicos.

Para ambos creadores las formas presentes en los motivos prehispánicos eran valores referenciales de la estética nacional en donde se cruzaban los estándares de belleza creativa para generar nuevas configuraciones que hacían referencia a lo mexicano a través de elementos visuales reconocidos en la gráfica prehispánica.

comparativo BM Enc 2

La recuperación de elementos visuales en los métodos de Best Maugard y Enciso alumbran a la gráfica como un indicador de valor para el imaginario mexicano por que la gráfica que muestran y analizan se desprenden de objetos arraigados a la colectividad, la estética artística prehispánica y al reconocimiento de la gráfica mexicana originaria.

Isabel Campi[11] exhorta a la reflexión social desde la historiografía del diseño y en el caso particular del diseño mexicano se sugiere entender a la gráfica prehispánica como un esquema estético de codificación y evaluación visual, así como un elemento de reconocimiento cultural, es decir, tener una apreciación visual-estética para generar una sensibilidad espiritual-identitaria de lo mexicano. Es por tanto esta consciencia la que se encuentra implícita en la propuesta de Best Maugard y Enciso al revalorar el origen de la gráfica y su permanencia desde el siglo XVI hasta nuestros días. Depende de cada proyecto y de la capacidad de análisis y contextualización por parte del diseñador que se dan las aproximaciones a cada problemática y su respectiva solución.

Para Saldaña Hernández[12], un diseñador –como experto en comunicación gráfica– busca fuentes de información para crear un repertorio de expresiones formales que puedan ser reinterpretadas por nuevos usuarios o lectores posibles. Es una manera de enriquecer esas mismas expresiones futuras y en ese afán de investigación y contextualización, los diseñadores deberían replantear su acercamiento a las formas prehispánicas como una nueva forma de designación cultural a través de la construcción visual para generar discursos gráficos con un sentido crítico y reflexivo.

Jacobo Marcela[13] menciona en su artículo “Metodología de diseño. Importancia de su aplicación en las disciplinas proyectuales” que “la educación debería posibilitar un procesamiento analítico, creativo y crítico de las formas visuales para ponerlas al servicio de las necesidades de la sociedad.” Esta posibilidad está presente en la propuesta de Best Maugard al sensibilizar y exaltar el espíritu de los mexicanos a partir de la aplicación de su método mediante el reconocimiento y utilización de los siete motivos de la gráfica prehispánica. Del mismo modo Enciso abogaba por un análisis a partir de la forma para evidenciar los referentes e indicadores que son identificables como mexicanos y que están cargados de valor simbólico y formal en su construcción visual. El valor propositivo en el pensamiento actual de diseño puede adquirir mayor pertinencia si se reconoce la aportación estética de la gráfica prehispánica y popular mexicana desde la historiografía.

Best Maugard buscaba demostrar la existencia de una reconfiguración artística de los elementos prehispánicos a través de un propio lenguaje estético teorizado desde el arte popular mexicano. Más allá de replicar de forma modular estos elementos, y de obtener resultados meramente gráficos, existe un trasfondo de consciencia cultural en la propuesta de Best Maugard, ya que pretendía a través de la utilización de este método una sensibilización de quien lo aplica a partir del uso de estos motivos referentes de la gráfica prehispánica y popular en México.

Por su parte, Enciso realizó un muestreo de estampas resultado de la impresión de los sellos como repositorio visual de la gráfica prehispánica. Para Enciso la forma es indicador del uso de los sellos lo que se evidencia en la categorización de los sellos presentes en su libro: marcaje del cuerpo humano, decoraciones y cerámica o talismanes y amuletos religiosos. La diferencia parece estar en el uso que se dio del conocimiento de la gráfica como método en el caso de Best Maugard o como guía de referencia visual en la muestra de Jorge Enciso.

Se vuelve relevante el evaluar de manera atemporal y comparativa el trabajo de ambas propuestas desde el diseño contemporáneo el cual busca generar soluciones adecuadas a planteamientos de problemáticas tangibles y no tangibles de la sociedad actual para dar un sentido de consciencia en el uso y la manera en que se pueden lograr resultados no sólo visuales sino conceptuales cargados de valor cultural histórico. Esta valorización está presente en ambos métodos que a la luz del diseño actual brindan un espectro amplio de posibilidades en la construcción de referentes visuales y puntos de anclaje contextuales a partir del uso de la gráfica prehispánica en las reinterpretaciones contemporáneas.

Adquiere sentido el señalamiento de Isabel Campi cargado de una demanda de reconocimiento y desarrollo histórico del diseñador consciente de su pasado histórico y su repercusión en el desarrollo profesional:

La historia es nuestra conciencia colectiva. Cuanto más sepamos, mejor será el uso que haremos para poner en duda los valores dominantes en la sociedad. No conocer la historia es renunciar a un espacio externo, al sistema donde podemos encontrar alternativas para el cambio[14].

La metodología de Best Maugard y la recuperación historiográfica de Enciso se vuelven un compendio de herramientas que pueden ser usadas como material de creación visual contemporáneo a través del replanteamiento y la reconfiguración del diseñador actual.

Una invitación, a manera de conclusión, es que los diseñadores nos entendamos como configuradores de realidades y que desarrollemos la capacidad de análisis histórico y referencial para hacer de nuestra disciplina un catalizador en uso de reconocimiento y contextualización de valores culturales e históricos de la misma manera en que Best Maugard y Jorge Enciso reivindicaron a la gráfica prehispánica como baluarte del orgullo nacional mexicano. 

[Publicado el 5 de mayo de 2022]
[.925 Artes y Diseño, Año 9, edición 34]

Referencias

  • Campi, I. (2013). La historia y las teorías historiográficas del diseño. Designio. México.
  • Campi, I. (2020). ¿Qué es el diseño? Gustavo Gili. Barcelona.
  • Best Maugard, A. (1923). Método de Dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte tradicional mexicano. México: Secretaría de Educación.
  • Enciso, J. (1947). Design motifs of ancient Mexico. Nueva York: Dover Publications, Inc.
  • Miyasako, E. (2009). El diseño de la forma en México: época prehispánica. México: Trillas.
  • Varios (2016). Adolfo Best Maugard. La espiral del arte. México: Museo del Palacio de Bellas Artes. Secretaría de Cultura, INBAL, Gobierno del Estado de Morelos. México.

[1] Directora General del Instituto Nacional de Bellas Artes en 2016 y prologuista del catálogo “La Espiral del Arte”.
[2] Best Maugard, A. (1923). Método de Dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte tradicional mexicano. México: Secretaría de Educación. pp. 1 y 2.
[3] En el año de 1781, fue fundada bajo el nombre de la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de la Nueva España, por el entonces Rey de España, Carlos III y a petición de las autoridades de la Casa de Moneda de la Nueva España. A partir de 1913 la Academia inició su incursión en una etapa moderna de enseñanza. Años más tarde, en 1929, al declararse la autonomía de la Universidad, la Academia se dividió en la Escuela Nacional de Arquitectura y la Escuela Central de Artes Plásticas, que cambió su nombre a Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP).
[4] Enciso, J. (1947). Design Motifs of Ancient Mexico. Nueva York: Dover Publications, Inc.
[5] Traducción del autor.
[6] Vasconcelos, como Secretario de Instrucción Pública, lideró hacia 1923, un ambicioso proyecto de difusión cultural en el México posrevolucionario a través de programas que buscaban dar una educación popular en escuelas rurales y urbanas con programas que enaltecían el concepto de un país moderno y orgulloso de sus raíces prehispánicas.
[7] Felipe Adolfo de la Huerta Marcor (Guaymas, 1881 – Ciudad de México, 1955). Político y contador mexicano. Fue presidente de México, en calidad de sustituto, desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre de 1920.
[8] Álvaro Obregón Salido (Navojoa, 1880 – San Ángel, 1928). ​ Militar y político mexicano. Fue presidente de México entre 1920 y 1924.
[9] Estas piezas se encuentran originalmente en el Álbum de Colecciones Arqueológicas de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas (1921).
[10] Franz Boas (Minden, 1858 – Nueva York, 1942). Antropólogo estadounidense de origen judío alemán.
[11] Campi, I. (2020). ¿Qué es el diseño? Gustavo Gili. Barcelona.
[12] Profesor investigador de la Escuela de Diseño de la Universidad de Guanajuato.
[13] Reflexión Académica en Diseño y Comunicación Nº1 de la Universidad de Palermo. Publicado en https://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_publicacion.php?id_libro=7
[14] Campi, I. (2013). La historia y las teorías historiográficas del diseño. Designio. México.

Ensimismamiento, Paisaje en levantamiento aTAXCadO

Por Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

Antecedentes.

El proyecto dirigido por Alfredo Ramos Martínez[1] en la etapa posrevolucionaria en México, estrechamente vinculado con las Escuelas de Pintura al Aire Libre[2] (EPAL), tuvo un significativo impacto educativo cultural y artístico. De acuerdo con su planteamiento original –que, por cierto, surge como un homenaje a la llamada Escuela Barbizón[3] del siglo XIX, en Francia (primer nombre que tomaron las Escuelas de Pintura al Aire Libre)– la práctica del paisaje, en dichas Escuelas, fue fundamental. El objetivo primordial se basaba en establecer contacto con el entorno de tal manera que resultaba importante materializar la experiencia de esa vivencia, justo a la manera en que Francisco Díaz de León[4] lo hizo como alumno de una de estas Escuelas –después como director de otra de ellas–, además de haberse ganado un lugar importante como maestro grabador por el dominio alcanzado sobre varias técnicas y por la calidad y el estilo de su trabajo mostrado a través del paisaje.

Montaña de Plata. Xilografía a color a 2 placas 3 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 54x74 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
Montaña de Plata. Xilografía a color a 2 placas 3 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 54×74 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

Como resultado de su trabajo tenemos un conjunto de grabados, producto de un viaje a Taxco, que fueron utilizados para ilustrar el libro publicado por primera vez en 1928, Oaxaca y Tasco, guía de emociones, del escritor Manuel Toussaint[5]. Este resultado corresponde a un registro, en blanco y negro, que proyecta una visión e interpretación gráfica de Taxco, a manera de una crónica visual que quedó documentada desde el punto de vista de un escritor y un grabador ajenos a este pueblo minero. La obra gráfica ofrece información sobre la arquitectura, las calles y callejones de esta ciudad, correspondiente a la primera mitad del siglo pasado. Dentro de la publicación, además de encontrar grabados a una tinta, también encontramos obras generadas a través del uso de camafeos.

La trascendencia e impacto alcanzado por las Escuelas de Pintura al Aire Libre llegó a Taxco en compañía de otra personalidad, el destacado pintor Tamiji Kitagawa[6] –como director de esta escuela–, quien realizó grabados sobre paisajes de esta ciudad[7], además de darle la formación al pintor y grabador Amador Lugo[8] –originario de Taxco– quien utilizó diversas técnicas de grabado, monocromo y a color, para la producción de sus paisajes.

Con relación al paisaje sobre Taxco, se cuenta además con los trabajos de los artistas extranjeros que, cautivados por el entorno, produjeron obra gráfica, a saber, Takayoshi Ito, Carl Pappe[9], Shinzaburo Takeda[10], por mencionar sólo algunos. Sin duda, todas las obras gráficas producidas incluyen un alto contenido estético y riqueza de discurso con relación a la técnica empleada. Además de generar crónicas visuales sobre Taxco –correspondientes a ciertos momentos de su historia– todas estas imágenes, cargadas de nostalgia, nos hacen comprender cómo es que se gestó en el país la construcción de un nuevo lenguaje plástico, derivado de la combinación de factores vinculados con el nacionalismo que ahora persisten y que forman parte del imaginario colectivo.

La Vista. Xilografía a color a 3 placas 3 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 74×112 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
La Vista. Xilografía a color a 3 placas 3 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 74×112 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
En el Barrio de la Bermeja la realización del dibujo se dio de la siguiente manera: Las personas del entorno, de distintas edades, reaccionaron ante la acción de manera positiva, cuando me di cuenta, una niña me ofreció que utilizara la camioneta de sus padres. Para instalarme en ella, y así “no lastimar mi espalda”, inclusive obtuve ayuda del dueño de la camioneta quién colaboró instalando en ella mi material y herramientas. Minutos después ya contaba con un taller móvil sin que fuera mi propósito, la pick up se convirtió para los observadores en una experiencia de la cual yo formaba parte por dedicarle mi tiempo a realizar un dibujo de su barrio, (una pintura, como ellos la llamaron). De esta forma, conté con el gran apoyo del barrio pues se me proporcionó durante dos días el espacio en dicha camioneta… mi “taller móvil”. Fue cuando se me acerco un muchacho diciéndome: ¿Le puedo hacer una pregunta? Si, dígame –le respondí– … Oiga ¿Usted es hippie? Fotografía del archivo del autor.
En el Barrio de la Bermeja la realización del dibujo se dio de la siguiente manera: Las personas del entorno, de distintas edades, reaccionaron ante la acción de manera positiva, cuando me di cuenta, una niña me ofreció que utilizara la camioneta de sus padres. Para instalarme en ella, y así “no lastimar mi espalda”, inclusive obtuve ayuda del dueño de la camioneta quién colaboró instalando en ella mi material y herramientas. Minutos después ya contaba con un taller móvil sin que fuera mi propósito, la pick up se convirtió para los observadores en una experiencia de la cual yo formaba parte por dedicarle mi tiempo a realizar un dibujo de su barrio, (una pintura, como ellos la llamaron). De esta forma, conté con el gran apoyo del barrio pues se me proporcionó durante dos días el espacio en dicha camioneta… mi “taller móvil”.
Fue cuando se me acerco un muchacho diciéndome: ¿Le puedo hacer una pregunta? Si, dígame –le respondí– … Oiga ¿Usted es hippie? Fotografía del archivo del autor.

La imagen actual de Taxco

La escena panorámica de la actual ciudad de Taxco de Alarcón se presenta de manera general: Imponente y grandiosa, ya que se logra apreciar una gran combinación que conforma la construcción de un poblado, en donde se fusionan grandes cualidades de lectura de formas y espacios, ofreciendo un caos laberíntico que evidencia el proceso de un orden que está establecido de manera peculiar, en donde parece que el azar y la casualidad logran dar esa condición de orden, además de lograr emular una cierta visión escheriana[11] que generan consecuencias de colindancias entre barrios, calles y casas. Los levantamientos de las viviendas nos refieren a un proceso de polución envolvente. Obtenemos una vista de la exposición de variables arquitectónicas que rodean y conviven con el aspecto colonial logrando contrastes y también, en algunas construcciones, propuestas únicas de muestrarios de ventanas o de diferentes materiales y alternativas para la elaboración de cada piso.

Se nos presenta esta gran amalgama en levantamiento por la naturaleza de su situación geográfica ubicada entre montañas y cerros, es decir, por naturaleza sinuosa. Es además acompañada de una visión aderezada de surrealismo en donde persisten y continúan rastros que en el imaginario colectivo existe celosamente al contemplar los entornos de las iglesias en los Barrios y, al mismo tiempo, nos invita a contemplar las monstruosas edificaciones comerciales que invaden y generan un discurso distinto.

La Panorámica. Xilografía a color a 2 placas 4 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 74x112 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
La Panorámica. Xilografía a color a 2 placas 4 tintas (camafeos) impresas en papel 100% de algodón guarro super alfa. 74×112 cm. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

Sin embargo, es muy accesible y grata la invitación a la contemplación de su estilo híbrido entre arcos, tejados y calles estrechas; la vista desde sus terrazas, sus pendientes pronunciadas y sus esquinas, proporciona de manera frecuente diversos ritmos, soluciones espaciales, incluyendo juegos de perspectivas, atmósferas, así como el traslape desalineado continuo y ascendente, la presencia de la vegetación acompañada de los colores de los tejados, cemento, ladrillos, cantera, junto con el color blanco que, de manera casi uniforme, se reparte en las casas, edificios y otras construcciones. Sin duda planteamientos que ya han desarrollado artistas que han habitado Taxco durante distintas épocas, mediante dibujos, grabados, pinturas y fotografías.

Impresión de 9 xilografías sobre tela distribuidas al azar. 1x2 metros. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
ENSIMISMAMIENTO ATAXCADO #5. Impresión de 9 xilografías sobre tela distribuidas al azar. 1×2 metros. 2017. © Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

El proyecto “ENSIMISMAMIENTO / paisaje en levantamiento aTAXcadO”, se configura con base a planteamientos similares a los mencionados en los párrafos anteriores, el término ENSIMISMAMIENTO, que en este proyecto se propone, es considerado en dos aspectos:

  1. Está relacionado con implicaciones fundamentadas en procesos que incluyen la experiencia de la práctica del género del paisaje, en cuanto a la contemplación, reflexión, concentración, etc. Todos esos aspectos que de cierta manera provocan un estado ensimismado han sido trasladados hacía el terreno gráfico utilizando la técnica de la xilografía a color, de dos a cuatro tintas (camafeos) con la intención de interpretar una serie de paisajes que pertenecen a periferias de algunos de los primeros barrios, así como algunos de los más recientes para obtener impresos a color en papel de algodón.
  2. Las tablas talladas (xilografías) han sido ocupadas también para originar otras lecturas de imagen al ser combinadas y crear composiciones variantes en impresos de gran formato, las placas yuxtapuestas, superpuestas, traslapadas, proyectan construcciones fusionadas, que no corresponden precisamente a la gran panorámica del aspecto actual de Taxco. Se trata de proponer, presentar parte de su esencia de edificación como paisaje, aludiendo al carácter heterogéneo, acumulación, hacinamiento, etc.

Descripción general de la propuesta técnica del proyecto:

  • Sesiones de dibujo al aire libre (espacio exterior)

Búsqueda de las locaciones en las cuales se realizaron los dibujos de paisaje que sirvieron para realizar los grabados. La búsqueda y selección atravesó por etapas distintas, partiendo de prácticas de derivas en los barrios con cámara en mano y, considerando la investigación de campo, solicitándole a los dueños de casas, locales comerciales, restaurantes, templos, etc…, el permiso para ingresar a sus terrazas, azoteas; para otros casos fueron ocupados espacios públicos.

Como punto de partida, señalo la reunión con uno de los cronistas de Taxco, el Sr. Javier Ruiz Ocampo, quien amablemente me concedió una entrevista y me proporcionó datos de gran utilidad para iniciar el proyecto, los suficientes que sirvieron para establecer el objetivo principal: establecer un listado de cinco barrios antiguos o pioneros y cinco barrios nuevos para generar contraste y evitar los lugares comunes. Fotografía del archivo del autor.
Como punto de partida, señalo la reunión con uno de los cronistas de Taxco, el Sr. Javier Ruiz Ocampo, quien amablemente me concedió una entrevista y me proporcionó datos de gran utilidad para iniciar el proyecto, los suficientes que sirvieron para establecer el objetivo principal: establecer un listado de cinco barrios antiguos o pioneros y cinco barrios nuevos para generar contraste y evitar los lugares comunes. Fotografía del archivo del autor.

En todos los lugares se realizaron registros fotográficos los cuales, en una segunda etapa después de la experiencia de la búsqueda y dentro del taller, se consideraron los registros en donde podían apreciarse de mejor manera objetivos específicos para decidir en qué locaciones se realizaría una segunda visita con el caballete, pinceles, pinturas vinílicas y lápices de color, para realizar las prácticas de dibujo de paisaje de donde se obtendrían como resultado las composiciones o planteamientos que serían tratado dentro del taller. Durante estas prácticas se hizo manifiesta la interacción con el público de diversas edades que transitaba por esos lugares.

Para el Barrio de La Vista, destiné el sábado 16 de septiembre para la búsqueda de locaciones y para la realización del registro fotográfico a partir de visitas a distintas casas (aproximadamente nueve lugares). Se trata de un rumbo en el que hay que subir muchas escaleras y caminar por callejones muy estrechos, la gente del barrio fue muy paciente y estuvo dispuesta a colaborar consiguiendo así el registro fotográfico. Para el siguiente día, decidí utilizar como locación el techo de la vivienda de un carpintero apodado “el Jerry”, un techado muy accesible, puesto que sólo había que trepar unos metros para montar el caballete y todos los artículos requeridos.
Para el Barrio de La Vista, destiné el sábado 16 de septiembre para la búsqueda de locaciones y para la realización del registro fotográfico a partir de visitas a distintas casas (aproximadamente nueve lugares). Se trata de un rumbo en el que hay que subir muchas escaleras y caminar por callejones muy estrechos, la gente del barrio fue muy paciente y estuvo dispuesta a colaborar consiguiendo así el registro fotográfico. Para el siguiente día, decidí utilizar como locación el techo de la vivienda de un carpintero apodado “el Jerry”, un techado muy accesible, puesto que sólo había que trepar unos metros para montar el caballete y todos los artículos requeridos. Fotografía del archivo del autor.
  • Sesiones dentro del taller (espacio interior)

Las experiencias de las prácticas de dibujo al aire libre se llevaron al taller y dentro de éste se comenzó por realizar el proceso de inversión de la imagen para trasladarla a las maderas –de este modo fue utilizada la técnica de xilografía a color mediante el procedimiento de los camafeos (de dos a cuatro tintas) y se desarrolló una serie de 10 paisajes que tuvo como finalidad proporcionar una interpretación gráfica actual de Taxco, considerando una selección de algunos de los barrios más antiguos así como de otros más recientes, el compendio generado, no tuvo la intención de corresponderse con una visión clásica o ideal –que buscara alimentar el imaginario colectivo– sino de proponer, mediante exploraciones y ejercicios de derivas por estos barrios, una visión del presente en el que persistieran características naturales de esta época relacionadas con las edificaciones, el sentido ascendente, la combinación laberíntica y lo heterogéneo, conviviendo con la naturaleza. La realización de esta serie de xilografías se corresponde con la intención de construir un entorno mediante la combinación y superposición de placas, para crear, en soportes de mayor dimensión, seis versiones propias de paisajes que nos revelen una parte de la actual condición de la cultura híbrida nacional. 

La locación elegida para el Barrio de Guadalupe fue el atrio de su iglesia, un espacio público que además resulta ser de los mejores miradores que tiene la bella ciudad de Taxco. Se encuentra a una gran altura, el proceso de construcción de la sesión de dibujo de paisaje se desarrolló en dos sesiones, el domingo 22 y el martes 24 de octubre, en estas dos sesiones se hicieron presentes los sonidos del barrio, las campanas, los cantos y el sermón de la misa, junto con las miradas de los habitantes y turistas. La segunda sesión resultó ser suculenta en tanto la sesión de dibujo de paisaje transcurrió con performance incluido –en torno a las Naciones Unidas, niños de kínder se reunieron para realizar la ceremonia en la plaza– y con la compañía de los niños de la primaria contigua que se acercaron como espectadores de la sesión. Fotografía del archivo del autor.
La locación elegida para el Barrio de Guadalupe fue el atrio de su iglesia, un espacio público que además resulta ser de los mejores miradores que tiene la bella ciudad de Taxco. Se encuentra a una gran altura, el proceso de construcción de la sesión de dibujo de paisaje se desarrolló en dos sesiones, el domingo 22 y el martes 24 de octubre, en estas dos sesiones se hicieron presentes los sonidos del barrio, las campanas, los cantos y el sermón de la misa, junto con las miradas de los habitantes y turistas. La segunda sesión resultó ser suculenta en tanto la sesión de dibujo de paisaje transcurrió con performance incluido –en torno a las Naciones Unidas, niños de kínder se reunieron para realizar la ceremonia en la plaza– y con la compañía de los niños de la primaria contigua que se acercaron como espectadores de la sesión. Fotografía del archivo del autor.

(Publicado el 12 de febrero de 2020)

El autor agradece especialmente a la Arq. Wendy Morales Quass por la información en torno a Takayoshi Ito.

Referencias

  • Entrevista con Javier Ruiz Ocampo, presidente del Consejo de la Crónica de Taxco de Alarcón, Gro. (2017).

[1] Alfredo Ramos Martínez (Monterrey, 1871 – Los Ángeles, 1946). Pintor mexicano, uno de los artistas más importantes del siglo XX en México, considerado como el “Padre del Arte Moderno”.

[2] La educación artística instaurada durante la etapa posrevolucionaria (1920-1930) quedó marcada por la afluencia de diversas iniciativas culturales en las que de manera sobresaliente confluyeron el inicio del movimiento muralista mexicano, la aparición del grupo de escritores estridentistas, los Centros Populares de Pintura, la Escuela de Escultura y Talla Directa y la creación de las Escuelas de Pintura al Aire Libre. También se puso en marcha el método de dibujo Best Maugard, al mismo tiempo que la instauración de las Misiones Culturales. Paralelamente se presentó la propuesta de los artistas ligados a la revista Contemporáneos y las consignas antiacadémicas del grupo de pintores ¡30-30! Estos hechos marcaron con evidente espíritu vanguardista una novedosa visión frente al concepto tradicional en la creación artística y los métodos pedagógicos conservadores que les precedieron.

[3] La primera Escuela de Pintura al Aire Libre fue llamada Santa Anita o Barbizón, establecida en 1913.

[4] Francisco Díaz de León Medina (Aguascalientes, 1897 – Ciudad de México, 1975). Dibujante, pintor, grabador, editor y académico mexicano.

[5] Manuel Toussaint y Ritter (Coyoacán, 1890 – Nueva York, 1955). Historiador del arte, escritor y académico mexicano.

[6] Tamiji Kitagawa (Prefectura de Shizuoka, 1894 – Prefectura de Aichi, 1989). Pintor japonés del estilo Yōga en el período Taishō y Shōwa. Pasó una parte importante de su vida en México.

[7] Tamiji Kitagawa fue alumno de las Escuelas al Aire Libre que impulsó José Vasconcelos cuando era Secretario de Educación Pública, luego llegó a ser maestro fundador de la misma institución, en Taxco. En 1936 llevó una exposición de niños a España y Francia, sus cuadros recibieron elogios de Picasso y Miró. En 1936, regresó a su país y la técnica del paisajismo que aprendió en México influyó a los pintores japoneses.

[8] Amador Lugo Guadarrama (Taxco de Alarcón, 1921 – Ciudad de México, 2002). Pintor, grabador, escritor y promotor cultural mexicano, ampliamente reconocido como paisajista y como fundador de múltiples instituciones culturales.

[9] Carl Lewis Pappe (Hungría, 1900 – Taxco de Alarcón, 1998). Pintor, grabador y escultor húngaro.

[10] Shinzaburo Takeda (Seto, 1935). Pintor e grabador japonés mexicano.

[11] Maurits Cornelis Escher (Leeuwarden, 1898 – Hilversum, 1972). Es el maestro de las figuras imposibles, las ilusiones ópticas y los mundos imaginarios. Siempre interesado por representar con tridimensionalidad espacios paradójicos que desafían a los modos tradicionales de representación, se podría decir que abrazó el relativismo de su época.

Reflexiones en torno a la imaginería mexicana

Por José Luis Ortiz Téllez.

La influencia americana y europea (italiana, francesa y española) durante los primeros años del siglo XX fueron las causas de que nuestra cultura mexicana, rica en tradiciones, no sobresaliera en el campo de la gráfica hasta muchos años después. Fueron algunos extranjeros y estudiosos de nuestra cultura quienes nos dieron a conocer poco a poco la extraordinaria sensibilidad gráfica en México. Las imprentas fueron responsables de la reproducción masiva de imágenes con productos y periódicos que distribuían la gran imaginería a nuestro gran público con tonalidades de arte popular. Cajas de cerillos, etiquetas de cigarrillos y puros, literatura popular, volantes, folletos, carteles y carteleras de cine o de corrida de toros, combates de lucha libre, peleas de box, jaripeos, pelea de gallos, fiestas patrias y algunos libros y otras publicaciones. Imágenes simples, sinceras que se imprimían con técnicas rápidas y rudimentarias que no eran fechadas o registradas, impresas en papeles de baja calidad que fueron desapareciendo con el paso de los años.

¿Pero de dónde vino toda esa imaginería, fantasía e imaginación? De nuestro pasado precolombino fusionado con el europeo. Miles de objetos utilizados para la estampa fueron colectados tanto por manos sanas como por otras lucrativas. Otras técnicas vienen de los ilustradores criollos como Gabriel Vicente Gahona (Picheta)[1] y José Guadalupe Posada[2] que utilizaban herramientas como el buril (velo o lengua de gato) y el pincel para preparar sus planchas de metal y madera. Según Jean Charlot[3], artista, ilustrador y muralista, nos llegó por ósmosis del Taller de la Gráfica Popular[4], en apoyo a las luchas populares de México y de otros países a través de la gráfica para carteles, periódicos, hojas volantes, folletos y libros. La lista de artistas es extensa, –algunos de ellos pasaron por la Antigua Academia de San Carlos[5]– como Leopoldo Méndez[6] quien fue uno de sus fundadores. Por ejemplo, recordemos también los carteles taurinos con imágenes de Carlos Ruano Llopis[7] de una extraordinaria expresión visual.

En los años sesenta y setenta existieron editoriales como Era (de la Imprenta Madero), el Instituto de Investigaciones Sociales, Salvat, Joaquín Mortiz, Artífice Ediciones, Grupasa, Imprenta Universitaria, Nuestro Tiempo, Siglo Veintiuno Editores, por supuesto, el Fondo de Cultura Económica y la Secretaria de Educación Publica, entre muchas otras. Asimismo, la mayoría de los carteles culturales de cine, teatro, y las ediciones de novelas, poemas y cuentos, así como de textos de historia, dependían de algunas de estas editoriales que contrataban directamente con sus propios artistas gráficos, entre ellos, por el ejemplo, el impresor Azorín, primero, y luego Vicente Rojo[8] quienes colaboraron para la Imprenta Madero. Lo mismo sucedía para el Suplemento Dominical México en la Cultura, impreso por los talleres del Diario Novedades, que fue editado por Fernando Benitez[9].

Recordemos que en esa época los textos eran “parados” en linotipo, que eran barras metálicas que contenían las galeras de la tipografía. Recuerdo a mi tío Nano en los Talleres Gráficos de la Nación[10], como uno de tantos que paraban y formaban en una fundidora de linotipo. En ellos se editaban los textos antes de ser convertidos en lingotes de metal. De ahí salieron múltiples ejemplares políticos y educacionales para apoyo a la Secretaria de Educación Publica[11] y otras dependencias gubernamentales. Las ilustraciones eran encargadas a los ilustradores de la época, y de ahí salían todas las publicaciones oficiales y de propaganda del único partido en el poder.

Para las revistas comerciales colaboraban reconocidos ilustradores como el Chango Cabral[12], Rafael Freyre “La Ranita”[13], y Abel Quezada[14], entre otros. La Imprenta Madero no era la única, existían otras grandes impresoras como la de Miguel Galas, sobrino de Juan Galas, produciendo calendarios que llegaban a todos los rincones de México, con pinturas e ilustraciones de Jesús Helguera[15], con motivos mexicanos, paisajes, mujeres indígenas, bellas y exhuberantes, que solamente se encontraban en la fantasía, o con imágenes que aludían a las estaciones, marcando el paso de los años, o a escenas revolucionarias e imágenes religiosas, apegadas a nuestra cultura y tradiciones. Fueron ellos quienes además reprodujeron la mayoría de los impresos para la Olimpiada de 1968.

Luis Landin Stefani comenzó con su empresa Ediciones de Arte Landin en las que se añadían santorales a fotografías y a tarjetas postales, que luego se venderían como calendarios. Ahora llamados CYPSA (Calendarios y Pasatiempos, S.A. de C.V.) que se encuentran en en la ciudad de Querétaro. Mauricio Devaux[16] llamado pintor de la patria impecable y diamantina, fue el artista, pintor de todos los almanaques, calendarios, tarjetas postales, abanicos que un gran grupo de mexicanos disfrutaron. Deveaux nació en Francia y el estado le negó la nacionalidad mexicana.

Finalmente adquirieron en los setentas la empresa de barajas, Clemente Jacques denominada Pasatiempos el Gallo[17], heredera de una tradición que se remonta al año de 1887, cuando Clemente Jacques[18], empresa dedicada al ramo alimenticio, decide comenzar a imprimir las etiquetas de sus productos. De ahí surgieron la famosa Lotería que como mexicanos, no podemos pasar desapercibidos los tremendos juegos de mesa, serpientes y escaleras; la oca y otros más. CYPSA a mi entender, es la más grande de todas, inclusive con plantas impresoras en Texas, EUA para distribuir a los paisanos del norte. Todos en conjunto sin dejar olvidado a ninguno, contribuyeron con su esfuerzo y dedicación al desarrollo de imaginería en nuestra cultura popular mexicana.

Del departamento de Artes Plásticas del INBA y de la UNAM salían carteles y publicaciones en blanco y negro y algunos con dos o tres colores. Los suplementos culturales de los más prestigiados periódicos de la época: El Universal[19], El Excélsior[20] y Novedades[21], La revistas Siempre![22], Artes de México[23], Revista de Bellas Artes del INBA, Revista de la UNAM, Revista Caballero de los Ampudia; Jueves de Excélsior; la revista de poesía, prosa, cartas en español e inglés: El Corno Emplumado[24], entre otras.

Las técnicas utilizadas en la época de los cincuenta y sesentas y setentas fue de prensas planas; litografía (la abuela del offset); rotograbado; heliograbado; serigrafía; grabado en madera y linóleum; xilografía y más tarde el offset. Los barridos de color eran interesantes y prácticos. Ya habían sido utilizados en los carteles de boxeo y lucha libre.

El diseño de carteles de las compañías cinematográficas nos ofrecía imágenes combinadas producidas a la tempera o al gouache. Mi hermano mayor Daniel se ganó la vida, antes de ser cirujano, haciendo ilustraciones (pinturas) para la Metro Goldwyn Mayer[25] y la Columbia Pictures[26]. Las fuentes tipográficas eran limitadas pero suficientes para ser utilizadas una y otra vez hasta convertirse en rutinarias, existían las de madera, metal y foto composición.

En cuanto al grabado comercial recordemos a Fernando Fernández, S.A.[27] y su impresión de valores; a Carlos Alvarado Lang[28] quien fuera uno de los mejores maestros del grabado comercial, fue maestro por muchos años en la ENAP (Hoy Facultad de Artes y Diseño de la UNAM). Esta técnica era utilizada solamente por los conocedores de la buena calidad en la impresión, del mejor papel y de la definición total de los caracteres tipográficos, por su alta calidad de acabado. Había grabados en seco, blancos, con relieves en diferentes niveles, colores metálicos, plata, oro y otros colores. Fueron populares entre quienes tenían presupuesto suficiente en los cincuenta y setenta. Las técnicas eran impresionantes y los acabados extraordinarios: tarjetas de presentación, hoja carta, sobre, invitaciones, participaciones, esquelas, documentos de valores, etc.

En la educación del diseño, la Universidad Iberoamericana y la escuela de Bellas Artes habían incluido materias y técnicas del diseño gráfico –sin nombrarlo así directamente–. En la ENAP ya se impartían materias con sistemas de reproducción en comunicación y publicidad. Se diseñaban carteles, ornato urbano, carteleras, anuncios, personajes característicos, logos llamados marcas, imágenes con brocha de aire, y empaque.  Se dominaban las técnicas de acabado con tintas y colores a la tempera preparados por nosotros mismos, y los colores gouache[29] antes de que aparecieran los colores mexicanos de acrílico Vinci[30]. Algunos colores se preparaban manualmente. Había sistemas de serigrafía para acabados finales donde también se hacían letreros y calcomanías. Técnicas de representación con dibujos, bocetos (layout), y pinturas en dos y tres dimensiones. El uso correcto de la tipografía con formatos, plecas, tramas y familias existentes en la época.

Había un taller de impresión con prensa y tipos para imprimir pequeños formatos de carteles, panfletos o propaganda política –apoyando al candidato contrario–. Quienes manejaban esos talleres permitían que fueran utilizados por camaradas de cierta orientación política ajena a los fines educativos del arte y diseño. Ahí es donde radicaba nuestra diferencia y postura, el departamento de publicidad no diseñaba panfletos políticos, diseñaba para la comunidad, para grandes audiencias, para una realidad latente, sin ideologías en nuestros mensajes. Así comenzaron las diferencias y luchas políticas. Los que se consideraban artistas puros llamaban al diseño de comunicación como arte de prostitución y arte utilitario.

Reflexiones en torno a la imaginería mexicana. Jorge Fanuvy Núñez Aguilera. 2019
Reflexiones en torno a la imaginería mexicana.
© Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.
2019

Había una gran confusión en esos colegas que en realidad eran una fuente de conspiración y retraso. Durante más de treinta años, el maestro David Alfaro Siqueiros[31], socialista, artista plástico, ya venia hablando del uso de acrílicos, brochas de aire y colores industriales Duco, la piroxilina, pinturas automotrices DuPont, el uso de la fotografía, de la cinematografía, de estructuras tridimensionales, de las grandes escalas y dimensiones y sobre todo de la pluma con sus teorías y reflexiones. Él les dio uso a esos grandes medios y si ahora viviera también usaría las ventajas que ofrece el uso de la computadora. Como visionario nos legó datos inauditos, gracias a su gran mundo, que muchos otros artistas plásticos ignoraban o simplemente no podían ver.

En los sesenta se les dio gran atención a las muestras de arte, a las galerías, a los salones de arte y a los museos que abrían las puertas a los grandes artistas de la época. A los ciudadanos nos dieron pan y luego palos. Durante esos años se mostraban a los gallitos intelectuales, a los artistas oficiales, nos dieron la versión distorsionada de la historia, diseñando una economía para pudientes. A unos se les dio becas, a otros fortunas. Los afortunados recibieron embajadas y consulados, más tarde se le voltearon al sistema como si nunca hubieran dependido de él. Qué ingratos fueron. ¿o será que se arrepintieron?, una vez que comieron del pan ya no lo necesitaron.

El gran partido político revolucionario jugó atinadamente al ratón loco, demostró que fue buen proveedor de las acarreadas, destruyendo tanto a líderes como a manifestaciones. Ganó con los fraudes y cuando se sintió atrapado provocó apagones. En los sesentas bailábamos de todos los ritmos, normalmente los sábados, recorriendo la ciudad de norte a sur, de Este a Oeste, buscando la pachanga[32]. En esa época el rock en español hizo su debut, el twist y la balada sonaban, sin que dejara de tocarse la música tropical, que era lo más popular pero que finalmente fue reconocida por algunos intelectuales a partir de la expresión “la rumba es cultura”. 

(Publicado el 7 de febrero de 2019)


[1] Gabriel Vicente Gahona (1828–1899). Caricaturista, pintor, dibujante y grabador mexicano.

[2] José Guadalupe Posada (1852–1913). Grabador, ilustrador y caricaturista mexicano.

[3] Louis Henri Jean Charlot (1898–1979). Pintor francés.

[4] El Taller de Gráfica Popular, colectivo de grabadores fundado en México en 1937 por los artistas: Leopoldo Méndez, ​ Pablo O’Higgins y Luis Arenal Bastar. El colectivo surgió con la idea de utilizar el arte para fomentar sus causas sociales revolucionarias. El taller se volvió una base de actividad política y de gran desempeño artístico.

[5] La Academia de San Carlos es un edificio histórico perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México y que alberga a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño de dicha institución. Se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El edificio actual fue levantado sobre otro que perteneciera al Antiguo Hospital del Amor de Dios y remodelado en su aspecto actual a mediados del siglo XIX.

[6] Leopoldo Méndez (1902–1969). Artista plástico mexicano.

[7] Carlos Ruano Llopis (1878–1950). Pintor y cartelista taurino español. ​

[8] Vicente Rojo Almazán (1932). Pintor, escultor y diseñador mexicano, nacido en Barcelona, España.

[9] Fernando Benítez (1912–2000). Periodista, escritor, editor e historiador mexicano.

[10] https://www.gob.mx/tgm

[11] https://www.gob.mx/sep

[12] Ernesto García “El Chango” Cabral (1890–1968). Dibujante, caricaturista y pintor mexicano.

[13] Rafael Freyre Flores (1917–2015). Caricaturista mexicano.

[14] Abel Quezada Calderón (1920–1991). Caricaturista, historietista y escritor mexicano.

[15] Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza (1910–1971). Pintor e ilustrador mexicano.

[16] Maurice Devaux (1910–1974). Pintor e ilustrador francés, radicado en México.

[17] Clemente Jacques importó y comercializó naipes de baraja española y de póker. Además, utilizó la impresión para promocionar sus productos en diversas ferias mundiales, tal es el caso de la salsa de tomate cátsup, cuya imagen está representada en la carta denominada ‘La Botella’. Asimismo, la imagen del gallito, que parece tan vinculada a las fiestas mexicanas –quizá hasta apegada a las famosas peleas de gallos de los palenques, y dio sello a su marca de 54 cartas, creada en 1913, como Pasatiempos El Gallo–, es en realidad un símbolo heráldico de dicho animal, emblema de su natal Francia. Otras de sus imágenes se basaron en el tarot, como La Muerte, El Sol y La Luna. Algunas que aparecieron inicialmente se perdieron con el tiempo, como Adán y Eva.

[18] http://www.clementejacques.com.mx/historia.php

[19] El Universal es un diario mexicano de circulación nacional fundado en 1916. Es uno de los diarios de mayor circulación en México.

[20] Excélsior es el segundo periódico más antiguo de la Ciudad de México. Fundado por Rafael Alducin y su primer número circuló el 18 de marzo de 1917.

[21] Novedades de México fue un periódico publicado en la Ciudad de México, fundado por Rómulo O’Farrill Jr. en 1955.

[22] Siempre!, revista semanal de política en México desde la década de los 50, fundada por José Pagés Llergo en 1953.

[23] Artes de México es una revista de arte especializada de México. Fundada en 1953 por Miguel Salas Anzures, y refundada en 1988. ​ Se caracteriza por editar volúmenes temáticos sobre el arte, sus creadores, tendencias y las tradiciones artísticas de México.

[24] El Corno Emplumado, también llamada en inglés The Plumed Horn, (1962-1969) fue una revista literaria bilingüe mexicana, pionera en la difusión de la poesía beat en Hispanoamérica. Fundada por Sergio Mondragón, Margaret Randall y Harvey Wolin en la Ciudad de México en 1962, con el propósito de divulgar la poesía estadounidense y latinoamericana.

[25] Metro-Goldwyn-Mayer Studios, Inc. (MGM) es una compañía estadounidense de producción y distribución de películas de cine y programas de televisión.

[26] Columbia Pictures es una productora estadounidense de películas y televisión que forma parte de Columbia TriStar Motion Picture Group posesión de Sony Pictures Entertainment, la cual a su vez forma parte del gigante japonés de la electrónica Sony.

[27] Empresa mexicana dedicada a la impresión, creada en el año de 1934 por Don Fernando Fernández y su hijo, Don Rubén Fernández.

[28] Carlos Alvarado Lang (1905–1961). Grabador mexicano. ​

[29] El guache o gouache (del galicismo gouache que puede derivar del italianismo guazzo) es una técnica pictórica y un tipo de pintura relativamente moderna, que ha evolucionado a partir de técnicas más antiguas como la aguada y la acuarela. Consiste en diluir los colores en agua para crear una escala de tonos.

[30] Pintura soluble en agua de tonos firmes y permanentes que no son afectados por la luz o alcalinidad, es fácil de aplicar y mezclar para obtener nuevos tonos, no es tóxica.

[31] José de Jesús Alfaro Siqueiros (1896–1974). Pintor y militar mexicano. Es considerado uno de los tres grandes exponentes del muralismo mexicano.

[32] Danza originaria de Cuba. También se le llama así a un alboroto, fiesta o diversión bulliciosa.

Testimonio vivo de los protagonistas del movimiento estudiantil. Conversatorio con Brigadistas del 68

Por Carlos Alberto Salgado Romero.

El pasado 13 de septiembre, en el marco de las actividades programadas para conmemorar los sucesos relacionados con el movimiento estudiantil en México en 1968, el Plantel Taxco de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, a 50 años de tales acontecimientos, tuvo el honor de contar con la presencia de Arturo Martínez Nateras, José David Vega Becerra y Benito Collantes Martínez, tres de los brigadistas del movimiento, quienes compartieron con la comunidad de este Plantel y público en general sus puntos de vista sobre dichos sucesos y sus experiencias vividas alrededor de él.

brigadistas_cartel

La presentación dio inicio con la participación de Benito Collantes –quien fuera en esos momentos estudiante de bachillerato– a partir de hacer mención, a manera de recuento, sobre la importancia que habían cobrado, en México, algunos de los movimientos venidos de la clase obrera y trabajadora –principales clases oprimidas del país cuya bandera de lucha estuvo ceñida a obtener mejoras salariales– así como sobre la relevancia que tuvieron para México algunas de las luchas por los derechos y las libertades, de todo tipo, que se habían venido dando alrededor de esos tiempos de manera paulatina a lo largo y ancho del planeta, incluyendo la revolución cubana.

Collantes, asimismo, hizo énfasis sobre algunas de las demandas hechas por parte de los sectores estudiantiles organizados. En este sentido, resaltó como relevantes: el reclamo de libertad y el repudio al autoritarismo, representado en México a través de la figura de Gustavo Díaz Ordaz. De la misma manera, hizo evidentes aspectos característicos que definieron a la juventud de esa época que, concentrada en brigadas, trató, por muchos medios y estrategias informativas, de establecer una comunicación directa con el pueblo, considerando lo difícil que ello resultaba en tanto las formas de comunicación hegemónicas imperaban y muchas de ellas eran coartadas por el estado debido al completo control que éste tenía sobre la prensa audiovisual y escrita.

El precio de la lucha por la libertad consideró Collantes fue alto, no obstante, y aunque hasta la fecha no hay ni un sólo detenido pese a que hay ya señalamientos específicos sobre algunos de los responsables, señaló que les corresponde a las nuevas generaciones sumarse y organizarse para mantener la demanda y exigir justicia.

De izquierda a derecha: Lic. Benito Collantes Martínez, Ing. Arturo Martínez Nateras e Ing. José David Vega Becerra

Por otra parte, José David Vega Becerra, quien fuera en ese tiempo estudiante del IPN (de la ESIME Zacatenco) y quien fungiera como el último de los oradores –designado por el Consejo Nacional de Huelga–, comenzó su charla desmintiendo las versiones oficiales publicadas en diversos medios partiendo de lo que por su parte publicó originalmente la revista Proceso, en donde queda señalado que quién fungió como el último de los oradores del 2 de octubre fue otro personaje.

Hecha tal precisión, José Vega planteó que el movimiento se vio allegado de grupos de estudiantes que desde tiempo atrás venían organizándose para, por medio de sus demandas y lucha, contribuir con el fortalecimiento y regeneración de la vida democrática del país. De la misma manera, José Vega hizo mención sobre algunas de las problemáticas que se vivían a nivel nacional partiendo de la influencia ideológica y política que se tuvo en México como consecuencia directa de la Guerra Fría. En este sentido, se hizo saber cuál fue la posición política del estado mexicano que, en términos generales, se posicionó en contra de toda forma de expresión de carácter comunista. De la misma manera, José Vega hizo mención sobre las formas represoras del estado que habían sido aplicadas en contra de los ferrocarrileros y médicos, cuyos movimientos se dieron algunos años antes del 68, resultando como consecuencia que fueran apresados muchos de los participantes del movimiento ferrocarrilero acusados algunos de ellos de ser comunistas.

Vega Becerra destacó la forma de organización estudiantil que para el año del 68 se había alcanzado con la finalidad de conseguir ciertas formas democráticas dentro de la educación superior, reivindicaciones que se pretendía fueran de carácter nacional, todo este trabajo, destacó el invitado, fue parte del espíritu de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos quienes marcaron los precedentes de lucha por los derechos e intereses estudiantiles que demandaban una mejora académica y que fuesen tratadas ciertas problemáticas nacionales para conseguir mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, esta misma federación no dejaba pasar oportunidad para mostrar, por medio de sus expresiones, su simpatía por el triunfo de la revolución cubana, evento que no se dejaba de conmemorar por parte de la Federación.

Después de hacer una relatoría sobre algunos de los hechos y de detallar aspectos con relación a los enfrentamientos, Vega Becerra destacó la importancia del movimiento, producto de una organización masiva que logró poner en jaque a un gobierno, invitando de paso a los asistentes a sumarse al Colectivo Memoria del Movimiento del 68 y estar al pendiente de sus múltiples actividades programadas.

Aspecto del conversatorio llevado a cabo en la sede Plateros del al FAD Taxco el 13 de septiembre de 2018.

Por último, Arturo Martínez Nateras –quien, por formar parte del movimiento, estuvo preso por unos años– se refirió a los momentos finales del movimiento, señalando que para el 4 de diciembre del 68 se hubo disuelto el Consejo Nacional de Huelga, siendo puestos en prisión por más de tres años, 68 jóvenes estudiantes, considerados muchos de ellos como comunistas y maoístas, padeciendo el poder total del autoritarismo en sus formas más despóticas que habían sido ya asumidas por el régimen contra todo tipo de expresión comunista. De la misma manera, con relación a lo anterior, Martínez Nateras hizo mención sobre la relevancia y la incidencia que había cobrado el Partido Comunista dentro del país siendo parte sustancial de movimientos obreros, campesinos y de maestros.

Arturo Martínez, después de narrar un conjunto de aspectos vividos dentro de la cárcel –de entre los que se destacan: la huelga de hambre de la que participaron 56 presos; las agresiones vividas tanto por los presos comunes como por las autoridades penitenciarias; las ofertas de exilio y el asesinato de Pablo Alvarado– destacó el valor de la participación de las mujeres durante el movimiento y de los estudiantes de arte y diseño refiriéndose específicamente a la labor gráfica, en ese terreno, destacó el valor del primer cartel del 68 de Carlos Olachea. Siguiendo con esta misma línea, Arturo Martínez, definió como determinante el papel de la gráfica dentro del movimiento, así como el valor que ha tenido en la historia de los movimientos mexicanos, a través del trabajo de Posada; de la forma en que los hermanos Flores Magón hicieron uso de él; y del papel reconocido que cobró durante mucho tiempo la labor del Taller de la Gráfica Popular.

(Publicado el 14 de noviembre de 2018)

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Reseña del catálogo Isidoro Ocampo. Artista y testigo del México posrevolucionario. Colección Ernesto Arnoux. Grabador, pintor y dibujante de veta expresionista

Por Abigail Pasillas Mendoza.

La edición del catálogo de una exposición es una tarea por demás rica y apasionante que, entre otras cosas, permite trascender el carácter efímero de las exhibiciones. Un catálogo es también una suerte de conclusión en donde convergen los esfuerzos realizados desde la investigación, la curaduría, el coleccionismo, la museografía, el diseño y la gestión cultural para que éstos trasciendan el inexorable paso del tiempo.

‘Isidoro Ocampo. Artista y testigo del México posrevolucionario. Colección Ernesto Arnoux’ (2015), se coeditó con motivo de la exposición del mismo nombre, curada por Laura González Matute y presentada en el Museo Nacional de la Estampa (Munae), de marzo a junio de 2015 y en el recinto sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), el Ex Convento Betlehemita, de julio a septiembre de 2015.

El catálogo en mención es la primera publicación de carácter monográfico dedicada a Isidoro Ocampo (Veracruz, 1910 – Ciudad de México, 1983), fecundo grabador, pintor, ilustrador y docente veracruzano, poco conocido por la historiografía del arte mexicano.

En la publicación se reproducen todas las piezas de Isidoro Ocampo que integran el acervo de Ernesto Arnoux, uno de los principales coleccionistas de obra en papel realizada por artistas que integraron la llamada Escuela Mexicana de Pintura, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y el Taller de Gráfica Popular (TGP), durante la primera mitad del siglo XX. Además, se incluyen reproducciones de estampas, documentos y publicaciones de época pertenecientes al acervo del Munae y a otros coleccionistas particulares como Mercurio López Casillas y la curadora.

Isidoro Ocampo Obreros (Gane un millón), 1939 Litografía (9/19) 34 x 50.5 cm. (a. i.) 49.5 x 62.5 cm. (s.) Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
Obreros (Gane un millón), 1939
Litografía (9/19)
34 x 50.5 cm. (a. i.)
49.5 x 62.5 cm. (s.)
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

A través de impecables reprografías, es posible apreciar a detalle el prolífico trabajo de grabado, los trazos, los profundos contrastes entre el blanco y negro o las vigorosas gamas tonales que distinguen la obra de Ocampo. Asimismo, las reproducciones muestran una amplia variedad de anotaciones manuscritas o grabadas realizadas por el autor: frases, títulos, firmas, monogramas, fechas, técnicas y tiradas que, junto con las cualidades del papel y la huella de la placa en algunas estampas, seducen el ojo del lector. El artista, el historiador, el curioso o el apasionado de las artes gráficas, encontrará en las páginas de este catálogo un recorrido ilustrado por las principales técnicas y procesos del grabado, la estampación, el dibujo y la pintura que marcaron la producción de Ocampo.

Isidoro Ocampo ¿Vino la otra… qué sigue?, 1939 Litografía (9/25) 35 x 33 cm. (a. i.) 65 x 50.5 cm. (s.) Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
¿Vino la otra… qué sigue?, 1939
Litografía (9/25)
35 x 33 cm. (a. i.)
65 x 50.5 cm. (s.)
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

Junto con una cronología y la lista de obras que participaron en las exposiciones —y algunas otras piezas que resguarda Arnoux—, dos textos de investigación nos permiten adentrarnos en la figura y obra del grabador.

La curadora, Laura González Matute, presenta el ensayo “Denuncia, dolor y fiesta en el claroscuro mundo de Isidoro Ocampo”, que constituye el texto de mayores alcances que, desde el ámbito de la historia del arte y el análisis formal, se ha realizado hasta el momento sobre el grabador.

La autora perfila el momento histórico y el ambiente cultural, ideológico y político en el que nuestro artista se desenvolvió como uno de los personajes fundamentales en el medio de las artes gráficas, desde finales de la década de los años veinte y hasta inicios de los años ochenta del siglo pasado. A partir de una minuciosa caracterización del contexto de Ocampo, González Matute nos lleva a través de la fértil carrera del artista. La autora nos narra los itinerarios que el grabador atravesó por los sinuosos caminos de la educación en las artes, la creación artística, la ilustración, la docencia, así como su actividad como miembro de agrupaciones como la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y el Taller de Gráfica Popular (TGP), de las que Ocampo fue miembro durante las décadas de 1930 y 1940.

La investigadora se basa en una rigurosa documentación e interpretación histórica que acompaña al análisis de las obras, mismos que llegan a nosotros mediante su delicada pluma que, sin duda alguna, es un placer leer. González Matute recupera los estudios pioneros de los especialistas que han rescatado algunas de las aportaciones de Ocampo al arte mexicano, tales como Helga Prignitz y Raquel Tibol, entre otros.

La historiadora define el mundo de Isidoro Ocampo como un “claroscuro” y con ello sintetiza las cualidades que definen formal y temáticamente la obra del artista y la representación del mundo que le tocó vivir. Ocampo fue testigo de ese México posterior a la Revolución Mexicana que se caracterizó por el “dolor y la fiesta”. Nos dice la autora: “Hijo de la Revolución, Ocampo nació el 20 de junio de 1910 […] Junto con su padre, quien trabajaba como guardafaro en diversas islas y costas del Golfo de México y el Océano Pacífico, Isidoro Ocampo disfrutó en su niñez de matizadas y coloridas puestas de sol en el archipiélago de Revillagigedo, en las islas de Sacrificios y Mexcaltitán, así como en los litorales de Veracruz y Nayarit. […] Ocampo se trasladó con su familia, cuando tenía cinco años, del Puerto de Veracruz a la capital del país, en el nostálgico tren interoceánico que comunicaba ambas ciudades.”[1]

Así, González Matute analiza puntualmente el tránsito de Ocampo por los principales espacios artísticos del México de la época, desde su ingreso en 1929 a la Academia de San Carlos, en donde fue alumno de los maestros grabadores Francisco Díaz de León, Carlos Alvarado Lang y Emilio Amero. Como destacó Mercurio López Casillas, a propósito de la presentación del catálogo en el Museo Nacional de la Estampa, no resulta extraña la pericia de Ocampo como grabador, dada su formación con artistas de la relevancia de quienes fueron sus profesores.

Entre las diversas vetas de investigación que explora González Matute, destaca su análisis sobre el carácter social y el estilo de la obra de Ocampo. “Sus personajes, hombres y mujeres anónimos, generalmente fueron caracterizados bajo un realismo de tendencia expresionista, emparentado tanto con la plástica de José Clemente Orozco, las caricaturas de José Guadalupe Posada y con aquellas propuestas figurativas de los grandes maestros del arte europeo, como Francisco Goya […].”[2]

Isidoro Ocampo La barra, 1942 Pastel graso, acuarela y tinta sobre papel 55.8 x 36.5 cm. Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
La barra, 1942
Pastel graso, acuarela y tinta sobre papel
55.8 x 36.5 cm.
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

Asimismo, la autora señala que “En la producción de Ocampo dedicada al tema de la ciudad, el grabador reafirma, a través de diagonales y figuras geométricas simples, las edificaciones de la urbe.”[3] Años después del trabajo de los Estridentistas, Ocampo fue seducido por la “moderna e industrializada metrópolis”[4] de la primera mitad del siglo XX, en la que coexistían el tráfico, el ajetreo, la algarabía y la desolación de sus habitantes.

Isidoro Ocampo Tránsito, 1931 Xilografía  10.8 x 15.5 cm. (a. i.) 14 x 18.3 cm. (s.) Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
Tránsito, 1931
Xilografía
10.8 x 15.5 cm. (a. i.)
14 x 18.3 cm. (s.)
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

La curadora analiza además las indagaciones formales que Ocampo realizó a partir de las propuestas de las vanguardias artísticas europeas de principios del siglo pasado, como el cubismo o el surrealismo; su manejo del alto contraste o la veta colorista de sus piezas al temple, al acuarela o al óleo, entre otras técnicas. Finalmente, el significativo balance que González Matute nos propone sobre la figura y obra de Ocampo y sus aportaciones al arte mexicano, es expresado en la siguiente frase: “Una gran variedad de temas conforman el universo creativo de Isidoro Ocampo. […] Su paso por la LEAR y el TGP marcó su consciencia, pero no llegó a acotar su libertad creadora. Ocampo tuvo el mérito de permanecer independiente de las corrientes en boga y, con autonomía, creó una producción auténtica de marcado sentido social, sin apartarse del mundo popular, festivo, tradicional e irónico del México de la primera mitad del siglo XX.”[5]

Por otro lado, el segundo ensayo de este catálogo, escrito por quien ante ustedes presenta esta reseña, se titula “No habrá miserias que se arrodillen. Isidoro Ocampo, Colección Ernesto Arnoux: el artista desde la selección del coleccionista”. Durante los últimos veinticinco años, Arnoux ha reunido el acervo privado más completo dedicado al artista. Su colección está integrada por poco más de trescientas piezas producidas entre 1929 y los inicios de la década de 1980, en la multiplicidad de técnicas que Ocampo dominó. Además, el coleccionista resguarda dos libretas de bocetos y dibujos del veracruzano, y un cartel ilustrado a partir de una litografía.

Isidoro Ocampo A la espera, 1940 Temple, tinta, acuarela y grafito sobre papel 49.5 x 33.5 cm. Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
A la espera, 1940
Temple, tinta, acuarela y grafito sobre papel
49.5 x 33.5 cm.
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

El análisis de las obras, la revisión de la escasa bibliografía sobre Ocampo y mi colaboración como coordinadora curatorial de las exposiciones, junto con las no pocas charlas que tuve el gusto de intercambiar con Arnoux, dieron cuerpo al tema de mi texto.

Como toda colección artística, el acervo que ha reunido Arnoux nos permite reconstruir narrativas sobre la trayectoria y aportaciones al ámbito del arte sobre aquel que es su protagonista: en este caso, Isidoro Ocampo, grabador del México de la posrevolución. Autores como Italo Calvino, Jean Baudrillard, Walter Benjamin o Susan Stewart, han analizado diferentes tipologías de colecciones, las prácticas del coleccionismo y a los coleccionistas, sujetos sui generis, cuyas acciones suelen rayar en la manía, la locura y la excentricidad. Desde esta perspectiva, he delineado el perfil de Arnoux como un agente cultural que ha desarrollado un proyecto de rescate a partir de su gusto por la obra de Ocampo y el ejercicio del coleccionismo. Su acervo representa narrativas fragmentadas del devenir artístico del grabador.

Pocas veces tiene un investigador la suerte de escuchar de viva voz a un coleccionista narrar las pasiones, obsesiones y deseos que lo motivan a reunir su preciado tesoro, así como los avatares de su labor en la preservación del patrimonio artístico. Arnoux es un apasionado y ferviente admirador de Ocampo, a quien ha bautizado como su “Chanoc”, en alusión al héroe de historietas de finales de la década de 1950. Ernesto forma parte de un conjunto de “buscadores de tesoros”, cuyo trabajo ha redundado en la formación de acervos artísticos de gran valía. Su acervo evidencia con creces el valor cultural, histórico y estético de la obra de nuestro grabador.

En el ensayo que aquí reseño, me di a la tarea de ubicar la producción de Ocampo con relación a algunos de los sucesos, periodos y prácticas artísticas más significativas de la historia de la gráfica mexicana de la primera mitad del siglo XX, de los que nuestro grabador fue testigo y protagonista, entre los que destacan el Taller de Artes del Libro, la LEAR, el TGP, la Sociedad Mexicana de Grabadores, distintas editoriales e instituciones educativas. “Me resulta maravilloso que Ocampo estuvo en todos lados”, me señaló Arnoux en una de las pláticas que sostuve con él, no recuerdo si fue vía telefónica, en el Museo Nacional de la Estampa o en su casa. La morada de Arnoux, por cierto, es la típica casa del coleccionista amante del arte que viste los muros y rincones de su morada con la obra de talentosos creadores; visitar su “galería” es un deleite para todo aquel que ha tenido la suerte de apreciar su colección de arte.

He tomado la frase “No habrá miserias que se arrodillen” para titular mi ensayo, en alusión a la sentencia grabada en una de las obras que Ocampo realizó a inicios de la década de 1930. La expresión, por un lado, sintetiza el carácter reivindicativo que el artista plasmó desde épocas tempranas en buena parte de su producción y, por otro lado, representa uno de los recursos distintivos de su estética: la inclusión de oraciones ya sea grabadas directamente en la placa o mediante rótulos, por medio de pedazos de periódicos o a través de representaciones en carteles y anuncios. La relación imagen-texto permitió a Ocampo potenciar el tono crítico e irónico que lo caracterizó.

Isidoro Ocampo Mitin contra todos los imperialismos, 1939 Aguafuerte y aguatinta (1/10) 15 x 11.5 cm. (a. i.) 38.5 x 25.6 cm. (s.) Colección Ernesto Arnoux © Isidoro Ocampo.
Isidoro Ocampo
Mitin contra todos los imperialismos, 1939
Aguafuerte y aguatinta (1/10)
15 x 11.5 cm. (a. i.)
38.5 x 25.6 cm. (s.)
Colección Ernesto Arnoux
© Isidoro Ocampo.

Justamente, la crítica social presente en la obra de Ocampo es uno de los motivos por los que Arnoux profesa tanta admiración por su “Chanoc”. A través del arte, el pintor y grabador da voz a la denuncia sobre los contradictorios efectos de la modernización del México posrevolucionario, y acusa las difíciles condiciones sociales de los marginados urbanos.

La selección de estampas, dibujos, pinturas, carteles y libretas de apuntes de Ocampo que el coleccionista ha reunido atinadamente gracias a su empeño, ojo entrenado y a afortunados hallazgos, nos ha permitido continuar con la reconstrucción que iniciaron investigadoras como Helga Prignitz y Raquel Tibol, a fin de reconocer y difundir las aportaciones que este destacado artista veracruzano ha hecho al arte mexicano y, muy especialmente, a la gráfica como expresión artística y medio para la reivindicación social y la defensa de los valores democráticos. Ocampo fue parte de los muchos artistas que alzaron su voz desde la tribuna del arte, para denunciar las atrocidades de los fascismos, el nazismo, la guerra y la marginación. Trabajó muy de cerca con creadores comprometidos con el pensamiento de izquierda en México como Leopoldo Méndez, Pablo O´Higgins, Luis Arenal, Alfredo Zalce, entre otros. Fue ilustrador de la Editorial Cultura y profesor. En este sentido, el catálogo constituye un legado de carácter documental y una puerta abierta para dar continuidad a la investigación, la difusión y la conservación de la obra de Isidoro Ocampo. ¶

La autora es investigadora independiente y Profesora de Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Contacto: abigailpasillas@gmail.com
(16 de agosto de 2017) 

Referencias:

  • Isidoro Ocampo. Artista y testigo del México posrevolucionario. Colección Ernesto Arnoux, Museo Nacional de la Estampa, INBA / Instituto Veracruzano de Cultura, México, 2015, 209 pp.
    Créditos del catálogo:
    Coordinación general del proyecto: Santiago Pérez Garci y Abigail Pasillas Mendoza
    Diseño editorial y fotografía: Gabriela Chávez Navarro
    Textos: Laura González Matute y Abigail Pasillas Mendoza

[1] Laura González Matute, “Denuncia, dolor y fiesta en el claroscuro mundo de Isidoro Ocampo”, en Santiago Pérez Garci y Abigail Pasillas Mendoza (coords.), Isidoro Ocampo. Artista y testigo del México posrevolucionario. Colección Ernesto Arnoux. México: Museo Nacional de la Estampa, INBA/IVEC, 2015, p. 20.

[2] Matute, “Denuncia…”, 43.

[3] Matute, “Denuncia…”, 46.

[4] Matute, “Denuncia…”, 46.

[5] Matute, “Denuncia…”, 61.

Importancia y resonancia sobre la tradición del impacto de la estampa grabada como un arma de denuncia social en México

Por Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

El grabado, considerado por mucho tiempo y desde su origen como un arte menor, es reconocido como una herramienta de comunicación dirigida a las masas; un instrumento educativo que utiliza a la imagen con un carácter de vínculo social cumpliendo diversas funciones. En este sentido, la técnica del grabado fue utilizada para elaborar juegos de naipes de la misma manera en que la técnica también estuvo al servicio de la religión. De acuerdo con lo anterior y considerada como un arte menor, la vieja tradición de la estampa ha estado relacionada tanto con aspectos de carácter marginal, como con aspectos relacionados con lo erótico, lo pornográfico, lo satírico y ha sido utilizada como un instrumento de crítica y de denuncia social lo mismo que como un vehículo por medio del cual se dispara el humor, el sarcasmo y lo escatológico apegado a una tradición de carácter popular y cuyo valor narrativo está muy ligado a la crónica.

Frente a Frente, enero de 1935. i. Arenas
Frente a Frente (enero de 1935) de Luis Arenal Bastar

El grabado es pues un medio de comunicación que se genera a través de la imagen impresa y que cumple un papel fundamental dentro de la sociedad –precursor obligado en las artes de los libros de tipos móviles que ya con la imprenta se logra garantizar, de manera más práctica, la reproducción masiva de la información. En el siglo XIX, además de encontrar los grabados en las artes de los libros, se encuentra también esta manifestación en otro tipo de publicaciones y periódicos independientes y desde esos momentos la caricatura política alcanza ese lugar especial y de poder mordaz que mediante la litografía aparece como una bomba, un arma, un detonante cuya función está dirigida hacia la denuncia social. La caricatura se convirtió en una forma de crítica social de tal manera que los artistas de ese tiempo de verdad eran sujetos que arriesgaban sus vidas. Como ejemplos de ello tenemos al gran artista francés Honoré Daumier quién en varias ocasiones fue encarcelado por el contenido de sus litografías. En otros casos, además de encarcelamientos existieron destierros, tal es el caso del artista italiano Claudio Linatti, a quien se le debe la introducción de la litografía a México, quien, muy cerca de la reciente independencia del país, y a causa de sus colaboraciones en el periódico el IRIS, fue considerado para el país como persona non grata. Este artista heredo un gran legado a México dado que no sólo se le debe la introducción de la litografía a este país, sino que también dejó en él un importante compendio de litografías por medio de las cuales tenemos una interpretación del país correspondiente a la primera mitad del siglo XIX. Por medio de ellas se logran identificar aspectos relacionados con elementos culturales a través del registro de trajes civiles, religiosos y militares de México –una clave del porqué fue obligado a abandonar el país se puede encontrar en la imagen que el artista ofrece del cura Hidalgo, la cual en su momento causó gran polémica.

Miguel Hidalgo, Por Claudio Linati (lámina XIV) en Trajes Civiles, Militares y Religiosos de México (1828). Manuel Porrúa S.A., México 1979
Miguel Hidalgo (1828) de Claudio Linati, Lámina XIV en Trajes Civiles, Militares y Religiosos de México.

Con el ingreso de la litografía a México se desarrolla la edición de publicaciones de izquierda, pero también se empiezan a generar imágenes de corte tradicional y costumbrista las cuales no necesariamente se sujetan al fenómeno de la denuncia, sino que representan los contextos de una nación, en ese sentido, encontramos en el decimonónico este género, como ejemplo tenemos los trabajos de Gabriel Vicente Gahona (Picheta), en Mérida, Yucatán; Casimiro Castro y Manuel Manilla en la Ciudad de México, éste último quien antecede como colaborador de las hojas volantes publicadas por Vanegas Arroyo, labor que se continúa con José Guadalupe Posada, originario de Aguascalientes. Por lo tanto, podemos apreciar que el costumbrismo se desarrolla sin dejar de existir por ello el carácter de crítica social mediante la caricatura. Cabe señalar el caso de Jesús Martínez Carrión en San Miguel de Allende, quién sufrió encarcelamiento y maltrato a causa del contenido de sus caricaturas combativas.

El Colmillo Público, 19 de marzo de 1903.
El Colmillo Público (19 de marzo de 1903) de Jesús Martínez Carrión
resonancias_Leopolodo_Mendez
Fusilamiento (1950) de Leopoldo Méndez

Esta función social del grabado que se da durante el siglo XIX aún se mantiene hasta principios del XX, quedando como máximo exponente Guadalupe Posada con su gran producción y aportación a la tradición mediante sus hojas volante en donde queda asentada de nutrida manera la crónica social de este país durante ese periodo y cuyas intenciones las hereda el Muralismo Mexicano y después el Taller de la Gráfica Popular (TGP), mediante la producción de linóleos, grabados en metal y litografías. Podríamos enumerar a varios grabadores que se entregaron mediante sus imágenes a la realización de denuncias gráficas, pero basta con mencionar a figuras como José clemente Orozco, Isidoro Ocampo, Leopoldo Méndez, Alberto Beltrán, David Alfaro Siqueiros, Fernando Leal, Alfredo Zalce, y Feliciano Peña. Para terminar podríamos dejar un separador a manera de homenaje de estos grabadores que asumiendo la responsabilidad de señalar la verdad mediante la denuncia gráfica sólo seguían un idilio de lo relacionado con el presente (es decir, esto aún continúa) como bien pude verse a través de la aparición del grabado titulado «Libertad de expresión» de Adolfo Mexiac –que a más de 60 años continua vigente y alrededor de él desatándose una serie de manifestaciones gráficas muy activas que nos revelan un presente eterno cuya tradición e importancia resulta estar vigente. ¶

Libertad de expresión, (1954) de Adolfo Mexiac. Linóleo
Libertad de expresión, (1954) de Adolfo Mexiac. Linóleo

(Publicado el 21 de febrero de 2017) 

FUENTES DE CONSULTA:

  • Barajas, Rafael (el fisgón). La historia de un país en caricatura. Caricatura mexicana de combate (1826-1872). México, CONACULTA, 2000.
  • Claustro de Sor Juana. Honoré Daumier y su siglo 1808-1879. México, Colección Armand Hammer, 1980.
  • Denuncia gráfica: realidades contrastantes en el México de principios del siglo XX. México, UNAM, 2011.
  • Linati, Claudio. Trajes civiles, militares y religiosos de México (1828), nota introductoria de Porfirio Martínez Peñaloza. México, Porrua, 1979.
  • López Casillas, Mercurio. Manuel Manilla. Monografía de 548 Estampas de Manuel Manilla, grabador mexicano. México, RM, 2005.
  • Martínez Moro, Juan. Un ensayo sobre el grabado a principios del siglo XXI. México, UNAM, 2008.

Máscara es persona

Por René Contreras Osio.

Etimológicamente Máscara y Persona comparten el mismo significado en su raíz griega πρóσωπον- prósôpon. Por su parte, la máscara y el maquillaje, fueron empleados en el teatro griego por los actores para caracterizarse en otro y así hacerlo personaje, en sustitución de la realidad de aquel; mediante la ficción y el engaño dirigido a un público siempre expectante y cómplice de la mentira, afecto a imaginar, a partir de suplantaciones e identidades transpuestas.

La máscara confiere al actor la posibilidad de diluir, ocultar y transmutar su identidad por otra, en un juego de roles codificados por un guion que versa sobre las cosas y sucesos del mundo en el escenario del teatro.

De la simulación al engaño

Tal parece que la simulación es tan arcaica como práctica humana que se puede rastrear en todas las culturas. Desde el origen mismo del hombre se imita denotando y exagerando los rasgos característicos de alguien o algo; como reflejo en el espejo o la sombra proyectada en la pared, la imitación es el ejercicio de ser-espejo del otro, para ser el otro y de esta manera conocerlo en todas sus dimensiones; la simulación es el acto de apropiación y empatía total, hasta el punto del engaño, donde radica su efectividad, es entonces cuando surte su efecto, en el acto-trance de la interpretación, es decir, la mediación que hace posible entender, sentir y vivir al otro por medio de una actuación; esa es la magia del teatro.

La máscara ha sido recurrente en la escenificación del ritual animista, aquel acto volitivo detonado por la curiosidad, el temor y hasta el terror ante una naturaleza que se le revela y manifiesta incierta provocando la admiración más intensa y arrobadora o el pavor paralizante. Con la máscara se identifica, nombra, encarna y personifica a las fuerzas que operan en ella, las imita, quizás para humanizarlas y ser en ellas; es un complejo juego de trasposición de identidades cuya finalidad es pacificarlas para servirse de ellas.

Con la máscara se accede al dominio del campo simbólico donde habitan las potencias y se ensanchan las posibilidades humanas hasta alcanzar los cielos, el lugar de los dioses, el inframundo, la montaña o el abismo; crear, dominar o emular los atributos del fuego, el aire, la tierra y todo lo que la puebla, incluyendo a las bestias; por eso, cuando se personifica al animal, se conjura su fiereza, astucia, sigilo; el instinto animal se transfiere a lo humano, sea jaguar o águila, bisonte o caballo.Martha Estela Massé López

Tiempo de Carnaval

El Carnaval es la celebración calendárica, la parada simbólica en la estructura lineal del tiempo social e individual y es común a todas las culturas agrícolas; se ha estructurado como un paréntesis abierto a otra temporalidad única, como un tiempo fuera del tiempo, donde sucede lo impensable y lo anómalo; la bacanal o el sacrificio. Son como un marcador simbólico de la relación que el hombre ha adquirido con su entorno natural, con los elementos del cosmos; en el carnaval, se celebra el inicio y la culminación de los ciclos de siembra y cosecha, en sincronía análoga con la vida y la muerte. Es la escenificación de la fertilidad de la tierra y la finitud de ella luego de recoger sus frutos. Así, a través de los tiempos, las mismas fechas coinciden, se traslapan y transmutan en festividades religiosas y hasta civiles.Oscar López AlvaradoDesde la más antigua celebración agrícola hasta el carnaval actual, la máscara ofrece la posibilidad de ser y encarnar a otro en la absoluta libertad permisiva o la estrictamente normada por la tradición; en esos paréntesis, el hombre deviene en el Homo Ludens, aquél que después de un largo periodo de trabajo y espera, celebra alegre o desenfrenadamente el ritual anual con el que anula los códigos de la cotidianidad social, cobra sentido lo cósmico y lo eterno que se hace manifiesto en el ciclo agrícola.

Exotismo y Máscara

Otras visiones de las máscaras de los llamados pueblos primitivos, han despertado la curiosidad y fascinación de los viajeros y expedicionarios de Occidente, desde el siglo XVI hasta el S. XX; en las tierras “descubiertas”; América, África y Oceanía, fueron los nuevos territorios que atrajeron las miradas de conquistadores, naturalistas, coleccionistas, traficantes, antropólogos y artistas; las máscaras han sido valoradas de distintas formas, pero un hecho innegable es que han sido referentes de los pueblos “diferentes” para apuntalar una categoría que denomina y domina desde la clasificación que ha hecho Occidente: La del exotismo, categoría que identifica y jerarquiza las diferencias que hay entre aquellos vistos por la mirada de los otros.

En el afán taxonómico de los rasgos de las otras culturas, Occidente deja de ser una isla al afirmar su identidad y separación del resto del mundo, ejerciendo el predominio cultural y económico con las herramientas de la Ilustración: La razón instrumental enumera, clasifica, ordena, separa y valora según el criterio del progreso y utilidad, dejando a la máscara en el desván del mito, de lo primitivo, y por ende a sus creadores.

Desde la mirada del arte

Los artistas europeos en las postrimerías del siglo XIX y en los albores del XX, “descubren” en las ferias universales, los pabellones de África, Asia y Oceanía, las fuentes puras y originarias con que se plantean renovar el arte; no dejan de ser razones instrumentalizadas y aún impregnadas del pensamiento colonialista y exotizante de lo desconocido. Su visión fue puramente estética y formal, ajena y distante en el tiempo y el espacio de la cosmovisión de aquellos pueblos y culturas quienes las crearon y ejecutaron en una ritualística propia.

En el ejercicio, las prácticas creativas en el arte, al referenciar o apropiarse de códigos visuales y simbólicos, distantes o ajenos, se formulan desde el ámbito de la subjetividad y la generación de códigos tan abiertos que permiten la delectación estética y/o la interpretación simbólica; la lectura y mirada antropológica o la indiferencia.

En esta muestra de grabados, la máscara referenciada es recreada en el mismo territorio de lo simbólico, aunque distante; es el territorio del arte y por esta razón, la posibilidad de que las obras presentadas nos acerquen o induzcan al sentido original de las máscaras de Guerrero, es sólo posibilidad; si no lo logran, al menos nos quedaremos con la bella, grotesca, terrible o atrayente apariencia de aquellas imágenes y objetos, y este hecho por si, ya es un logro; el de acercarnos al misterio. 

(Publicado el 25 de noviembre de 2014)

Los medios gráficos en Robert Rauschenberg y su idea de interdisciplinariedad

Por Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

Robert Rauschenberg constituye sin lugar a dudas, una presencia importante dentro de la historia del arte del siglo XX y se puede asegurar que parte de su legado continúa vigente, como es el caso de algunas de las propuestas en la gráfica actual, Es claro que hoy en la gráfica e incluso en otras disciplinas se puede ver una cierta “innovación” que más bien reflejan en parte, la notable presencia del estilo que caracteriza a este incansable artista “combinador”1. Al estudiar parte de su obra gráfica resultará fácil hacerse testigo de como el artista ha trabajado con una enorme variedad de medios posibles existentes en la gráfica, y por otro lado resulta interesante advertir las similitudes conceptuales de su época con la actual, “era la época de los progresos de la cultura de masas, la tecnología y la civilización, la época de lujo y la decadencia en la forma de vida, y del encumbramiento de la industria del ocio (…) intelectuales, escritores, artistas y cineastas críticos reaccionaron ante estas manifestaciones intentando interpretar la nueva situación cultural y llevándola al nivel de la conciencia”2. Hoy, sucede lo mismo, la historia continua, un ejemplo es la amenaza de la globalización, la diferencia entre esa época y la actual posiblemente es el extremo a que han llegado las reacciones de los artistas y los medios que emplean, hoy los museógrafos han llegado a la medida incluso de advertir a los expositores que no presenten piezas que pongan en riesgo el inmueble.cyan Rausch 02Es muy probable que la similitud que existe en algunas de las propuestas de la gráfica actual con la gráfica de Rauschenberg no solo tenga que ver en cuanto a los medios gráficos utilizados ni tampoco al aspecto formal. La época en que se desarrolló el trabajo de Rauschenberg encuentra fuertes similitudes con la época actual en que se encuentra la polémica de la gráfica, si tomamos como antecedente directo de esa época (primera mitad del siglo pasado) la existencia de las ideas de Walter Benjamin en sus escritos de La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica, que relata la historia de un tiempo en que se anunciaba la perdida del aura del objeto artístico “La fotografía con sus aparatos y cualidades específicas, y las técnicas de reproducción mecánica y fotomecánica, transformaron en los años veinte los conceptos de arte y cultura. Por un lado, se desarrollo una cultura de masas como “un arte popular”, nuevo fabricado comercialmente, un arte de aficionados (el hobby fotográfico), y por otra parte surgió un arte culto crítico, reflexivo e interesado por las posibilidades de la reproducción”3, suena tan familiar y tan vigente con la época actual de la fotocopia, el ordenador y la impresora. Medios propios de la época que despiertan el interés a algunos productores plásticos a experimentar las variantes que pueden existir como posibilidades de reproducción.

Aunque Rauschenberg pertenece a la época en que los artistas pretendían evitar el culto al yo y a la subjetividad, no se le puede incluir por completo dentro de esa condición ya que muchas de sus composiciones siempre incluyen algún tipo de impronta generada por el artista, “Pretendía confrontar las reproducciones mecánicas triviales de los medios de comunicación con los elementos del dibujo, la pintura y la escultura: lo objetivo en polaridad con lo subjetivo, lo personal en diálogo con lo general, lo funcional y lo prefabricado en colaboración con lo creativo”4. Es decir que su trabajo resulta especial porque demuestra un paralelismo entre los métodos tradicionales y los instrumentos expresivos modernos.

En la actualidad el trabajo gráfico de algunos productores plásticos demuestran precisamente llegar a la misma dialéctica entre lo tradicional y lo moderno, o alternativo cuando esta preocupación se refleja en su trabajo, muchas veces llegan a un resultado formal, similar al que el artista encontró desde principios de los años 60 del siglo pasado, estas coincidencias son las que resultan sorprendentes, los recursos formales están encontrando la repetición de una historia, hay que tomar en cuenta que la tendencia en la gráfica contemporánea se propone experimentar sobre diversos soportes y acercar a la gráfica a otra lectura donde interviene de manera distinta el espacio y el objeto, esto quiere decir introducir a la gráfica a otras disciplinas pues como veremos Rauschenberg es un precursor importante de esta “nueva” tendencia.

En cuanto a su postura como creador siempre demuestra la convivencia no solo de técnicas, incluso de disciplinas, él no pretendía delimitar su lenguaje a una sola disciplina, porque también se incorpora como ingrediente de la época en que desarrolló su propuesta, la existencia de los happenings y los performances que tiene que ver con la idea de interdisciplinariedad en que trabaja el artista “Los happenings eran igual que un escenario viviente en el que, durante el transcurso del mismo, todas las actividades y detalles artísticos podían tener el mismo valor, y por tanto el mismo significado”5.

En los performances es donde Rauschenberg encontró una poesía de infinitas posibilidades, se documentan cuatro décadas (1954-1994) en que el artista participó, con sus combines, y serigrafías de gran formato entre otros medios utilizadas como escenografía, también se le conocen coreografías y él mismo participó en muchos de estos performances.cyan Rausch 08En cuanto a la pintura, no podemos considerar a Rauschenberg por completo un innovador, sus combines tienen fuertes raíces con el Dada y sus ready mades, de hecho a este artista se le atribuye la frase que nunca había visto una escultura tan bella como el urinario de Duchamp titulado “Fontaine”, el expresionismo abstracto, el surrealismo y el ingrediente importante de la Ash Can School (Escuela de los Botes de Basura) o también “los apóstoles de la fealdad” la ideología de estos artistas se puede entender de la siguiente manera: “la formación simultánea de un realismo orientado por la vida diaria, el entorno industrial y los temas sociales. (…) Los pintores de la Ash Can School no querían el internacionalismo del arte que somete la realidad a los intereses vanguardistas. Defendían el regionalismo y un arte que reflejara la vida norteamericana de un modo realista, comprometido y crítico, por primera vez se integraron en los cuadros los slogans de los carteles publicitarios, los escaparates y la prensa”6, sin embargo Rauschenberg constituye conceptualmente una pieza importante porque significa también una despedida a la composición tradicional de cualquier tipo desde entonces persiste una escuela de combines, permanece aún la tradición del concepto del cuadro como objeto, y los objetos como parte del cuadro.

Los medios gráficos que ha empleado como explorador e investigador de la gráfica, pueden generar la impresión de haber dejado preparado para futuras propuestas muchos de los posibles terrenos de exploración aun en la gráfica alternativa actual o no convencional, ya que se trata de algunos productores plásticos que se interesan sobretodo en combinar técnicas y combinar disciplinas, debemos considerar como fue importante para el artista desde los años 50, el interactuar con otras disciplinas, se trata por completo de un “combinador” y como se afirmó párrafos arriba, la gráfica no fue la excepción de esto.

Para sintetizar su variedad de medios gráficos que ha desarrollado, encontraremos desde sus impresiones de llantas de automóvil, hasta sus trabajos de transferencias en los frescos, entre esos dos extremos la mas importante la serigrafía y la transferencia, también trabajó litografía, huecograbados, interviniendo papeles con herramientas clásicas de dibujo, la importancia de su propuesta es la experimentación en diversos soportes de impresión muchos de ellos de gran formato, como aluminio reflejante, acrílico, metal (cobre, latón hierro), telas de ceda, cartón, plástico, vidrio, metal galvanizado, collages, frottages (procedimiento descubierto por Max Ernst) papeles de desecho, papel que él fabricó y hasta en objetos.

Sus impresiones de llantas, son por una parte una evidencia de la idea principal que significa una época, pretender buscar una relación directa entre la vida y el arte por otro lado es muy importante tomar en cuenta la fuerte influencia que Rauschenberg recibió por parte de John Cage. “El compositor Cage estaba muy interesado en el budismo zen, en los componentes creativos del azar y en la incorporación de niveles triviales de la realidad en su lenguaje musical que es accionista y tiene un carácter de proceso y objetos. Cage formuló por primera vez las preguntas teóricas centrales que afectan a la relación entre arte y medios de comunicación, copia y realidad: “¿Qué es más musical, un camión en una escuela de música o un camión que pasa por la calle?”7. Esta idea de mantener en un soporte el registro de una acción también es el reflejo de sus raíces como expresionista abstracto pero lo más importante es la idea de crear un lenguaje artístico a partir de la casualidad, el objeto que interviene se convierte en un medio grafico al momento de transgredir el soporte. Este tipo de acciones también nos hacen recordar la intención que posteriormente tuvo Yves Klein, quien utilizaba a los cuerpos humanos como pinceles, cuando pinta de azul los cuerpos desnudos de tres modelos y da instrucciones para que dejen su huella en el lienzo. Actualmente existe otra similitud en el trabajo de una de las instalaciones de Betzabe Romero.cyan Rausch 09En los llamados: “Transfer Drawings”, se puede observar una riqueza de elementos formales, como principal componente de cada composición se tiene el medio de la transferencia, ya tan conocido en la actualidad, en la utilización de este medio intervienen imágenes extraídas de revistas y fotografías, muchas de esas imágenes son desperdicios de la sociedad, es decir basura que es un elemento tan característico en toda la obra del artista sobre todo en sus combines, cómics, y reproducciones de piezas de arte, letras números, diagramas mezclados con herramientas de dibujo como el grafito, acuarela, crayones, también esta el frottage, esta serie de composiciones recuerdan también el parentesco con el Dada “El Dadaísmo combinaba los textos y las imágenes de los carteles publicitarios, los slogans, los panfletos revolucionarios, el arte popular y la cultura cotidiana en collages, cuadros con textos, fotografías, películas, assemblages, obras de teatro y performances (…) se había ultrajado la estética artística (…) muestra que el arte se convierte en algo cotidiano”8.

En cuanto a sus litografías permanece el recurso de la transferencia, compositivamente es interesante como se contraponen los trazos, los recursos gestuales de la mancha, con la transferencia, una imagen podía ser reutilizada e intervenida para generar resultados distintos, por ejemplo traslapar en la impresión otra impresión a color, siempre se manifiesta la dialéctica entre los procedimientos mecánicos (la transferencia) y la subjetividad del creador, en algunos casos la litografía es intervenida con la serigrafía cuando se presenta esta propuesta presenta otro tipo de preocupación formal, en que ambos medios gráficos se funden en el impreso dejando que los elementos formales logren integrarse, en algunos casos utiliza también la técnica del chine colle.

Sin embargo, lo más representativo en su trabajo de gráfica, son sus serigrafías de gran formato, que llegan a medir aproximadamente 980 cm, donde se encuentra una relación formal mas próxima que en sus combines, donde más se manifiesta sus vínculos del caos como principio compositivo (concepto manejado desde el Dada), la serigrafía es el medio gráfico que más utilizó, ya que los artistas de la época encontraban como el método de reproducción ideal de la época de consumo masivo.

Sus serigrafías son intervenidas con óleo y como en sus combines, también intervienen en algunos casos objetos reales. “Los materiales escogidos no siempre se fusionan del todo con lo artístico, sino que crean campos de tensión entre el territorio de lo artístico y el de lo real. Rauschenberg otorgaba a ambos la misma categoría con lo cual lo artístico adquiría el carácter de lo real (…) sobretodo teniendo en cuenta que muchos de los testimonios de lo real que utilizaban eran producto de la cultura de masas”9. Igual que se introducen objetos reales persiste la utilización de materiales tradicionales de dibujos en algunas de sus serigrafías, como las acuarelas, las barras de grafito y el lápiz.cyan Rausch 10Su trabajo de 1959-1995 es, en mi opinión, uno de los máximos alcances que ha logrado integrar en la gráfica, sobretodo en cuanto a la idea de universalidad que Rauschenberg siempre persiguió, se trata de la serie de piezas “Art and Technology”, una serie de objetos, libros, son una serie de trabajos que demuestran que Rauschenberg “siempre intentó fundamentar el arte, la cultura y la ciencia en un sentido ideológico y filosófico”10, y por otra parte se trata de la continuidad de sus combines, desde sus primeros combines se introducen medios electrónicos que complementan la pieza como la luz y el sonido.

En esta serie lo que se involucra es el movimiento, son propiamente estas piezas instalaciones, por ejemplo en su pieza “Revolver 1967” presenta serigrafías impresas en varios cristales redondos, montadas en una superficie metálica controlados por un motor que los hace girar y ocasionan composiciones cambiantes que se superponen de acuerdo con el movimiento que genera el motor, en su pieza “Solstice”, es toda una intervención espacial en una instalación que presenta una serie de puertas motorizadas que contienen en sus cristales serigrafías con colores vibrantes, la transparencia del soporte (cristal), hace que se superpongan los planos, el mismo movimiento de las puertas ofrecen otra composición de colores y formas, la luz eléctrica como elemento compositivo de espacio en sus grandes formatos son una propuesta que sobra decir interesante.

En la gráfica, la pieza única fue también una idea que trabajó utilizando su medio principal que siempre ha explorado, la transferencia en diversos soportes, ensamblajes de cartón, seda y papel fabricado, la transferencia en estas telas traslucidas presenta una excelente alternativa para jugar con el espacio, sugerir espacios cuando una tela se presenta encima de otra, al igual que sugerir formas a manera de veladuras, los elementos presentan esa lectura por la cualidad del material.

Robert Rauschenberg demuestra con su continuo trabajo de experimentación e investigación tanto de diversos medios gráficos como la amplia variedad de soportes de impresión, lograr significados diversos que puede llegar adquirir la lectura de una imagen al mismo tiempo demuestra la historia y trascendencia que ha significado mas que una idea de interdisciplinariedad un concepto de universalidad en un sentido comunicativo, siendo así se integra el concepto de combine que ambiciona no establecer límites entre las mismas artes y si es posible, relacionar el arte con la vida.

1. Término que se le ha atribuido a sus pinturas “combine paitings”, pinturas combinadas Vid. Ruhrberg, Karl, et al. Arte del siglo XX. España, Taschen, 2001.
2. Ostewold Tilman. Pop Art. España, Taschen 2007. p .135.
3. Ibid, p 136.
4. Ibid, p .147.
5. Ibid. p .96 y 97.
6. Ibid. p.129,130 y 131.
7. Ibid .p 84.
8. Ibid. p .132.
9. Honnef, Klauss. Pop art. España, Taschen 2004, p. 23.
10. Ostewold Tilman. Op cit, p .150.

(Publicado 30 de mayo de 2014)

Honores a la bandera (No os hagáis)

Por Jorge Fanuvy Núñez Aguilera.

Este proyecto de gráfica se originó como un resultado de una producción anterior: ‘Presentes aTaxcados’, y tiene la intención de establecer una continuidad en torno a la presencia de un concepto, usado previamente. En esta propuesta: “ID”, una serie de grabados que se pretende insertar dentro del monumental concepto de lo cotidiano –concepto que he trabajado continuamente en anteriores producciones gráficas y que tiene que ver con la vida capitalina. El sentido del proyecto “ID”, no sólo debe de entenderse a la manera que nos sugeriría la convención de la abreviación de la palabra identificación, “ID” (siglas ya comunes en el mundo cibernético y globalizado), sino desde otra perspectiva aún más compleja. La sugerencia se establece a partir de reconocer a la forma “ID”, en estricto sentido, con una constante temática sobre la búsqueda de identidad nacional.2En este sentido, en este proyecto inicial, el significado de identificación no sólo está relacionado con la interpretación venida de la convención de uso de las siglas “ID”, en el sentido arriba especificado, sino que, en esta serie, las siglas adquieren otro significado, a saber, Izquierda y Derecha. Este significado tiene que ver con una humilde alegoría a aquella tremenda decisión que muchas veces enfrenta el grabador al momento de realizar su labor, en otra palabras, a la capacidad de elección sobre la posibilidad de ofrecer una lectura adecuada en torno a la dirección de la propuesta por la que se tomará preferencia (según la intención del grabador) tomándose en consideración que en esta técnica la imagen se trabaja de manera opuesta a lo que representa el resultado impreso.4“No os hagáis”, no sólo pretende mostrar en el impreso esa interacción de izquierda y derecha, sino que trata de establecer la comunión que se da entre dos técnicas, por un lado, aquella que hace uso del plano, los alto contrastes y los tonos medios, la textura y el impacto –que ofrece la técnica de la xilografía– y las cualidades linéales y de espacio que ofrece los atacados en el aguafuerte. Asimismo, la constante “No os hagaís”, se refiere a una serie de grabados que corresponden a una pequeña serie de contradicciones cotidianas del capitalino mexicano. En este sentido, el binomio izquierda / derecha no sólo muestra, en esta serie, las dos posibilidades de lecturas de composición que se dan en un soporte, sino que, además, propone la re-significación e intervención de una imagen que es trabajada a partir de una primera (sea xilografía o aguafuerte) para presentar en cada impreso dos realidades, bajo la misma idea o modificándola, utilizando colores complementarios y característicos de la bandera mexicana –verde, rojo (blanco, soporte de papel)– presentando una cotidianidad común y otra, posiblemente más cercana a una realidad, utilizando como recurso al humor y a la ficción –de cualquier manera, y en este país por cierto bautizado por Bretón como “surrealista”, no se tiene que olvidar que la realidad siempre supera la ficción. “No os hagáis” pretende constituir una breve interpretación de lo que somos y el nombre de la serie pretende, por su parte, hacer evidente este estándar de vida.facilidades de pago IV

(Publicado el 28 de enero de 2014)

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