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Investigación-experimentación-producción

20 agosto, 2015

Por Adrián Flores Montiel.

Es prudente comentar como inicio de la presente reflexión, y derivado del título con el que participo en este primer encuentro sobre investigación en artes y diseño, que la participación versará sobre la actividad que durante tres años he realizado con el seminario permanente de investigación: Imagen y realidad.

Y es en este equipo de trabajo en el que he podido observar varios aspectos, sobre los cuales en esta oportunidad quisiera hacer un desglose, en primer lugar la problemática de la investigación en diseño y comunicación visual, que me parece carece de una definición prudente, en otra palabras, no se puede hablar de investigación de forma genérica, es necesario determinar una investigación que por lo menos dividiría en tres áreas: la primera que denomino, “investigación para la producción”, la cual se realiza con la finalidad de contar con toda la información requerida para el desarrollo de un proyecto específico de diseño.

Cabe mencionar que es en esta etapa que se confunde el proceso de diseño (en el que se incluye la fase de investigación), y la investigación que desde el marco teórico, y el marco referencial, generarán la información y conocimientos requeridos para el desarrollo del proyecto.

La segunda área se establece en la actividad académica, y esta es la que el estudiante realiza, en algún proyecto de tesis (en cualquier nivel académico), o bien en sus proyectos de curso, es habitual que al inicio de un proyecto de tesis se genere la necesidad de definir cuál será el método de investigación que se seguirá en el desarrollo del proyecto, lo que también ocurre en el examen profesional o de grado, que siempre encuentra una respuesta generalizada, “el método científico”, el cual normalmente se desconoce, y naturalmente está fuera del lugar.

Finalmente está una tercera, la cual será el tema central de este trabajo y a la que denomino de “investigación reflexiva” en la que el propósito fundamental está concentrado en indagar sobre la imagen como soporte principal del diseño.

Es la imagen justamente, la que en su participación social construye a la cultura o bien la reproduce, lo que en nuestros días de proliferación, hace urgente su estudio, tanto en su proceso de construcción, así como de las imágenes que forman parte del entorno, en todas sus posibles aplicaciones, impresas, electrónicas y de estas todas sus múltiples variantes.

Se afirma que la sobreproducción de imágenes, como nunca en la historia de la humanidad, paradójicamente ha producido más ceguera.

No basta con afirmar el poder de la imagen, la pregunta es dónde está su poder, cómo lo logra, cómo lo esconde, cómo actúa sobre la sociedad, es entonces en este espacio donde la investigación cobra un importante papel dentro de las instituciones educativas, y mucho más dentro de aquellas como la Facultad de Artes y Diseño, pues es en las universidades donde se genera la responsabilidad profesional de mantener actividades permanentes de reflexión, análisis y estudio, pues considero que cualquier profesión no puede avanzar si en su práctica, pasada, presente y futura no se observa, reflexiona y establece una actitud crítica y prospectiva.

La investigación en diseño debe considerar el universo complejo que configura a la imagen, ya que ésta es solo la materialización de esa compleja amalgama, de representaciones, la imagen en sí misma no es nada, sin un interlocutor es una simple mancha de líneas, texturas y color. Retomando a Eduardo del Estal, de su libro “Historia de la mirada ”, “lo que no se puede decir no se puede pensar, lo que no se puede pensar no se puede ver”.1maq 18Parto de la idea de que la imagen es la necesidad humana inevitable de narrar, algo que en la estructura del lenguaje no es suficiente, o no es este el vehículo adecuado de algo que no se quiere decir, sino expresar.

Lo anterior me lleva a suponer que la narrativa de la imagen es un acto que no pretende ser leído como texto lingüístico, pretende activar las emociones, con ello no es solo un acto perceptual, es también cognitivo, cultural e histórico.

La dualidad imagen-sujeto, deja entonces tres campos de tarea en investigación, la del sujeto creador de la narrativa en imagen, la de la narrativa expresada en la imagen y la del sujeto receptor.

La propuesta de experimentación, o a lo que denomino laboratorio experimental, tiene como objetivo experimentar con bases teóricas, derivadas del estudio de las emociones, y todos aquellos estudios pertinentes de las neurociencias, la de confrontar con grupos sociales de distintos niveles de conocimiento, de cultura, edades y sexo, las posibles respuestas que estos generen, sin que con ello se pretenda obtener conclusiones determinantes, pero sí un mayor acercamiento al conocimiento emocional y perceptual de la imagen.

Es pertinente aclarar que en este complejo universo del conocimiento, que mantiene contacto con el estudio de la imagen en la investigación, nos obliga a mantener una actitud sensible, equilibrada y neutral ante las distintas posturas científicas, filosóficas y espirituales, pero no por ello, hacer un amalgamiento de estas, es por el contrario, alejar una actitud de descrédito, o apasionamiento radical, sabemos que la ciencia, la filosofía y los valores espirituales albergan verdades, verdades que sabemos se retroalimentan entre sí.

La actividad de investigación entonces, obliga a establecer una definición sobre sus estructuras y recursos metodológicos propios, el diseño no es ciencia, no es hermenéutica, ni teoría de la comunicación, ni tampoco semiótica, se nutre de todas ellas, y muchas más, lo que obliga a mantener una óptica periférica, y una actitud multidisciplinaria, tanto en lo teórico como en el contacto con los discípulos de las distintas áreas.

La etapa de producción se deduce, se alimenta de los resultados de las dos fases anteriores, y su aplicación se logrará solo con un buen trabajo de publicación y difusión, lo que de forma paralela pretenderá el intercambio con instituciones nacionales e internacionales, que permitirá el intercambio y la retroalimentación.

Producir entonces no es “hacer”, es generar productos de alta conciencia, con respecto a la honestidad de la experimentación, reflexión y producción ética.

Insistiría en la responsabilidad social que esta profesión tiene frente a la sociedad, y es solo con un profundo trabajo en la investigación, que podemos generar la conciencia, sobre la acción que nuestros productos diseñados tienen, como generadores de cultura.

1. Estal, E. del. Historia de la mirada. Buenos Aires. Atuel. 2010.

El autor es Profesor adscrito a la Facultad de Artes y Diseño Plantel Xochimilco de la UNAM.

 (Publicado el 20 de agosto de 2015)

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