Año 12 / edición 45 / febrero 2025 - ISSN: 2395-9894

Evocar

Se le llama pareidolia al efecto involuntario e ilusorio de identificar rostros o figuras donde no los hay. Es un fenómeno sensorial en el que el cerebro identifica patrones y los asocia a información ya existente, posiblemente como un efecto secundario de los procesos de obtención y análisis de la información que proviene de nuestro entorno.

De manera similar, aunque consiente, nunca he podido evitar entender la realidad sin esa propensión a buscar y asociar. Quizá en mi incapacidad para confiar en una visión del mundo sólida y estructurada, me he acostumbrado a percibirla como una colección de interpretaciones, de situaciones cambiantes en una lucha de discursos que repercuten en la forma de percibir y sentir la existencia.

En ese afán de entender, de ubicarme en un contexto, termino por asociar fenómenos sociales con personajes, periodos históricos con sus símbolos, situaciones políticas con emblemas. Buscando voluntariamente rostros donde no los hay como una herramienta propia del lenguaje de las formas. Reconociendo la potencia de ciertas imágenes que se fracturan en el tiempo lineal y se vuelven atemporales, como recursos conceptuales para llenar los huecos de otras épocas.

Es tomar y resignificar motivos propios de otros momentos, fragmentos que contengan las pistas para hablar de una totalidad resignificada en el presente, aún si estos carecían de la relevancia que detenten una vez recontextualizados. Una manera de sustraer los mitos para reflexionar sobre ellos, integrarlos a nuevas cadenas de significantes encajándolos en espacios propicios, donde la multiplicidad de sentidos funciona para establecer puentes entre narrativas en apariencia inconexas, generando diferentes interpretaciones para relatos que se vuelen menos concretos con cada experiencia que los confronta.

Me percibo absorto en la tarea de escarbar en las épocas, en los relatos, en los sucesos y en las formas, buscando la materia prima desde los escombros para generar esos rostros, personajes, encarnaciones que, en algún momento y con suerte, devengan en evocaciones.

Emiliano Guerrero


AUTORES

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