De cifras: juventud, arte y seguridad

Por Saúl Sandoval Villanueva.

En 2012 el presupuesto federal total destinado a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) fue veinte veces mayor al otorgado al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y suponiendo que éste se sume con el presupuesto para proyectos de ampliaciones culturales estatales, serían la quinta parte de la SSP. Ese mismo año se hizo una campaña nacional para promover la equidad de género y aún así el monto destinado al de la Secretaría de Seguridad fue casi cuatro veces mayor. Y aunque en el país el deporte nacional sea el fútbol, el dinero que se destina a la promoción e infraestructura del deporte en general apenas alcanza el diez por ciento de la cifra para seguridad.

juventud arte y seguridad
Son más comunes los temas que se relacionan con la inseguridad que de los fomentos constructivos hacia este sector social.

A diferencia de lo que se destinó al desarrollo de los jóvenes, -dos veces y medio mayor al de la SSP- en la realidad lució por su invisibilidad operativa, pues son más comunes los temas que se relacionan con la inseguridad que de los fomentos constructivos hacia este relevante sector social. Incluso la seguridad misma se encarga del desprestigio de la juventud donde en algunos casos se potencializa la criminalización por el simple hecho de ser jóven. Basta echar un vistazo al presupuesto de egresos de la federación para el ejercicio fiscal 2012, donde existen una serie de capítulos, artículos y anexos en un decreto que pretende demostrar la eficiencia presupuestal federal en conjuntos de cantidades mediáticas, ridículamente indescifrables e impronunciables.

Que los tópicos en la sociedad involucren el tema de la inseguridad es algo tan normal y tan común que ya no se presta a la reflexión sobre estas problemáticas que ya son dadas por antonomasia, está por demás analizarlas colectivamente. En pocas ocasiones la sociedad civil está dispuesta a resolver este asunto por si misma. Quizá por esta razón sea más común ver por las calles a polícias de todas las instancias posibles que jóvenes con pinceles, gubias o pinturas. Y es tan mediático el tema de la inseguridad que si por alguna razón a algunos de estos jóvenes les sobreviene la ocurrencia de manifestarse con aerosol sobre cualquier superficie, ¡cuidado!, esa expresión es tan ilegal que lo más probable es que ese individuo sea etiquetado como un presunto delincuente potencial.

(Publicado el 30 de mayo de 2014)

Fuente de consulta:

Artista Visual. Licenciado en Artes Visuales por la Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM. Cursa la Maestría en Docencia en Artes y Diseño.
Docente de la Facultad de Artes y Diseño UNAM de 2013 a 2016.
Participa en proyectos interdisciplinarios que vinculan la creación de cuerpos escultóricos en registros audiovisuales en formato documental. Desde 2003 desempeña proyectos que desarrollan la investigación que vinculan procesos cognitivos y docencia a partir de la educación radical.

Deja una respuesta

EDICIONES

artículo anterior

Alfabeto Imaginario

artículo siguiente

Análisis de las revistas

otros artículos

El sonido y el espacio

Por Saúl Sandoval Villanueva. Imaginemos que entramos a nuestra habitación y que de forma súbita deja de existir cualquier ruido perceptible. Incluso
ir alinicio

Don't Miss