Por Verónica Toscano Palma.
“Las obras no tienen como único modo de existencia y de manifestación el hecho de ‘consistir’ en un objeto. Tienen al menos otro, que es el de trascender esa ‘consistencia’, ora porque ‘se encarnen’ en varios objetos, ora porque su recepción pueda extenderse mucho más allá́ de la presencia de ese (o esos) objeto(s) y en cierto modo sobrevivir a su desaparición”.
Gérard Genette
Una ficha técnica es un documento deseablemente en un formato estandarizado que nos da cuenta de las características y el funcionamiento de un objeto. En las artes y, sobre todo, hablando de la exposición y visibilización de la obra producida, es menester contar con esta ficha o cédula de identidad ya sea para documentar, archivar o, lo más común, para mostrar en primera instancia la conformación de lo que se ve.
El presente texto, nace de la inquietud por desarrollar herramientas o instrumentos metodológicos que respondan a las necesidades que se complejizan de acuerdo con la práctica visual artística contemporánea que se desarrolla y de las cuales poco se habla e incluso poco se teoriza ya sea por tratarse de una cuestión técnica y de documentación; ya sea también porque se da por hecho que este documento derive de manera espontánea e intuitiva.
Una ficha técnica o cédula de identidad para la obra visual es una herramienta de documentación que contiene y aglutina los elementos que conforman y dan cuenta de datos concretos de la obra realizada. La documentación técnica es un mecanismo de comunicación y consulta para la recopilación y ordenamiento de la información y tiene relación con nociones descriptivas de un fenómeno que se muestra; es un registro metódico y sistemático de datos pertinentes que contiene sus características físicas, temporales y espaciales.
El diseño de un formato de ficha o cédula técnica es un ejercicio de aproximación de interés crítico, académico y de consumo público; será una primera lectura breve, la vía de acceso; un dispositivo de información mínimo condensado para utilizarlo como el punto básico de conexión con la exposición, exhibición y divulgación de la práctica artística.
Una ficha técnica utilizada comúnmente para obra de caballete contiene datos muy acotados que describen sin mayor problema el objeto a observar; aunque también me parece pertinente apuntar sobre una inquietud que una profesora de Historia del Arte solía repetir en sus clases de la licenciatura; que sería interesante y de relevancia el hecho de que una cédula explicara de cierta manera el proceso pictórico o plástico, más allá de por ejemplo leer: óleo sobre tela.
Es escasa y casi nula la literatura que aborde este tema técnico, que nos hable de procedimientos, o de maneras de sistematizar; de cómo elaborar documentación de obra, desde la más básica, referente a cubrir las necesidades del artista para el proceso y desarrollo de esta, hasta llegar a la construcción de materiales de consulta más sofisticados como sería un archivo, ya sea de artista o de institución. Por ello, es menester aprovechar los distintos foros que la producción contemporánea demanda y que, aunque a cuenta gotas; afortunadamente distintas instituciones se dan a la tarea de poner en cuestión y decantan en seminarios de discusión como lo fue en 2018 “Documentar el presente, desbordes del arte contemporáneo” en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM.
Dentro de las prácticas de archivo, –es aquí donde tal vez hemos de enmarcar el diseño de la ficha técnica o cédula de identidad de la obra–, nos encontramos con distintos formatos que responden a las necesidades, sobre todo del recinto de exhibición y/o de consulta de la obra, tales como fichas de registro, de conservación o de catalogación, además de fichas de ubicación; sólo por mencionar algunos instrumentos de registro, que sin embargo, pocas veces contemplan un documento abarcador que incluya obras contemporáneas, resultado de expresiones tales como arte de la tierra; arte y cuerpo; instalaciones, arte de procesos; arte y entorno; arte relacional; etc.; y que su documentación deriva más en ejercicios historiográficos y hermenéuticos basados en la necesaria descripción de documentaciones ya sean personales o de otras índoles, relaciones institucionales, correspondencias, bocetos, objetos varios, planos, textos, relatos o testimoniales.
En consulta remota al curador colombiano Ricardo Arcos-Palma[1] menciona:
“Bueno, lo primero que puedo decirte que este es un primer paso, pero no puede ser definitivo. En efecto es como un preámbulo, como una ‘invitación’ o como una ‘introducción’, decimos cuando se hace una disertación filosófica. Ahí tiene que estar la información necesaria para asir lo esencial de la obra y tener una información adecuada. Si se trata de una instalación, por ejemplo, se debe hablar del emplazamiento, elementos que componen dicha instalación incluso sería lo ideal, realizar una maqueta, que bien puede ser un fotomontaje. Con esa información, por ejemplo, si yo soy jurado de selección o curador, tengo elementos confiables para emitir un juicio. Obvio, esto no es suficiente. Siempre es deseable ver la obra. Yo personalmente prefiero eso a quedarme con esa primera información.
Si es una obra procesual debe existir un registro: video, secuencia fotográfica, etc. Pues lo que uno ve, no necesariamente da cuenta de lo que ha existido previamente”.
A pregunta expresa de ¿qué elementos consideras que debiera contener una ficha que lees en un dossier, portafolio o catálogo de obras o procesos contemporáneos? Arcos-Palma apunta hacia ese hueco que queda sobre todo al no estar en presencia de la totalidad de la obra que difícilmente se podrá leer en un programa expositivo por exhaustivo que sea.
El interés por desarrollar un instrumento útil para primero, como productor articular la información para organizarla y administrarla de la mejor manera y posteriormente para a terceras personas facilitarles una lectura puntual y concreta de lo que compete según las necesidades, lo formalizo en el diseño aquí propuesto; que articula una descripción abarcadora y concreta de la identidad de la obra como una interfaz, unidad mínima de sentido de esta. Se proponen dieciséis criterios que sistematizan gráficamente la descripción sintética de una obra de acuerdo con la tipología de una práctica artística contemporánea y son los siguientes:
De acuerdo con la descripción de cada rubro:
- Título de la obra o proceso: El nombre que se le da y por el cual se le dota de identidad a la obra o proyecto.
- Autor (es): Es quien produce o da pauta para el desarrollo de la obra o del proyecto, puede tratarse de un artista o un grupo de artistas; ya sea como un colectivo formal o como líderes a cargo de la ejecución de la obra o proceso.
- Técnica, formato, práctica artística: Medios o soportes mediante los cuales se desarrolló la obra o proceso y se le identifique y lea como tal.
- Año: Fecha de realización de la obra o proceso, puede no ser puntual; sino referirse a un periodo o intervalos temporales en que se llevaron a cabo acciones o procesos.
- Lugar, emplazamiento: Ubicación geográfica de la obra o proceso, puede contemplar una serie o secuencias de territorios.
- Descripción técnica: Especificaciones formales que visualmente, o vivencialmente, es o fue la obra o proceso, detalles que den cuenta de ello.
- Descripción Conceptual: Intención, premisa teórica, función o referentes que antecedan y/o sustenten la argumentación retórica de la obra o proceso.
- Colaboración(es): Mecanismos de interacción con otros agentes sociales, que pueden ser institucionales o incluso grupos organizados del entorno en los cuales se emplaza la obra o proceso.
- Espacio (s) utilizado (s): Especificaciones espaciales del o los sitios donde físicamente se materializó la obra o proceso.
- Participantes, usuarios, beneficiarios: Mecanismos de operación y sinergia con la comunidad o grupos de personas involucradas en la obra o proceso; haya sido de manera experiencial o sólo como espectador.
- Secuencia fotográfica: Registro visual; entre 3 y 5 fotografías que den cuenta en imagen del proceso.
- Estrategia de mediación: Descripción de las formas en que se vinculó el artista con la comunidad y los entornos; manera pedagógica de intervención.
- Activaciones: Descripción de formatos y temporalidades que conformaron el o los procesos.
- Resultado(s): Análisis, conclusiones, numeralia; que describa los fines últimos y alcances a los que se llegó mediante el o los procesos.
- Gráfico conceptual: En lo posible, un mapa conceptual que sintetice las relaciones y acciones y que faciliten de manera visual la lectura del o los procesos; si es que se cuenta con este recurso.
- Link, código QR: Enlace digital que permita dirigirse de forma ágil y directa a la información completa vía internet; si es que se cuenta con este recurso tecnológico.
Lo que permitirá una ficha o cédula más completa, robusta y al mismo tiempo concreta, será que se efectúe el acopio y registro de la información o acervo con que se cuente y que se tenga documentado y organizado. Esta información es susceptible de editarla de acuerdo con las necesidades que se requieran.
Este documento al igual que cualquiera, y toda información referente al desarrollo de acciones archivísticas, no es definitivo, se dinamiza conforme se usa de acuerdo con cada situación.
Como menciona la museógrafa Mara L. Reyes[2] al referirse a este instrumento como “cédula comentada”:
Creo que como curador eres libre de comentar lo que sea siempre y cuando esté en diálogo con la Expo no importa que ves una instalación, una luz, un video, etc.
A continuación, se muestra un ejemplo con las categorías posibles de acuerdo con la información que se tiene de esta obra de proceso:
Como conclusión, la construcción de un instrumento metodológico, es un ejercicio básico y necesario que requiere nuestra atención para, como productores, ser más asertivos al momento de comunicar de acuerdo con lo que las situaciones y necesidades de socialización y visibilización ofrezcan; en este caso, abordamos el tema de una ficha técnica o cédula de identidad pero estas herramientas de documentación y conformación de archivo personal, se extienden a otros recursos de organización y administración de información como lo puede ser un curriculum vitae, la construcción de un dossier o portafolio de artista y, de manera importante y eventualmente, el archivo de trayectoria de la producción artística. ¶
(Publicado el 4 de mayo de 2020)
Referencias
- Bauza, A. (s. f.). Ceci nes’t pas un archive. Por una definición del archivo en las prácticas artísticas contemporáneas (Parte III). Recuperado 10 de abril de 2020, de https://interartive.org/2012/12/ceci-nest-pas-un-archive
- Bauzá, A. (s. f.). Ceci n’est pas un archive. Por una definición del archivo en las prácticas artísticas contemporáneas (Parte II). Recuperado 10 de abril de 2020, de https://interartive.org/2012/09/ceci-nest-pas-un-archive-2/
- Bauzá, A. (s. f.). Ceci n’est pas un archive. Por una definición del archivo en las prácticas artísticas contemporáneas (Parte I). Recuperado 10 de abril de 2020, de https://interartive.org/2012/05/definicion-del-archivo
- Museo Universitario Arte Contemporáneo. (2018, febrero 12). «Documentar el presente, desbordes del arte contemporáneo» [Archivo de vídeo] YouTube. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=sqYmDpYWexU&list=PLg75lroHjVGjvv6pcE4uO3esUwnNIVBy2&index=2
- Villa, M. (2014). Experiencias y herramientas de mediación del arte contemporáneo. Instituto Distrital de las Artes. Bogotá.
[1] Conversación sostenida con Ricardo Arcos-Palma (Pasto, Colombia, 1968) el 12 de abril, 2020. Curador, filósofo de arte, teórico y crítico.
[2] Conversación sostenida con Mara Liliana Reyes Sariñana (Ciudad de México, México, 1969) el 14 de abril, 2020. Se ha desempeñado como jefa del Departamento de Museografía del Museo Universitario del Chopo/UNAM y ha tenido a su cargo el diseño y montaje de aproximadamente 60 exposiciones temporales.