Ser digital en la era de las vanidades

9 febrero, 2015

“La sociedad no es meramente un agregado de individuos; es la suma de las relaciones que los individuos sostienen entre sí.”
Karl Marx, Die Grundrisse (1857)

Por Fernando Varela Cisneros.

Durante los últimos años la sociedad ha sufrido innumerables cambios culturales como una respuesta a la evolución y a la aparición de nuevas tecnologías que no son tan nuevas en tanto son una consecuencia directa de diversas acciones científicas y tecnológicas que durante años se han venido sucediendo y que como tal han resultado en las llamadas tecnologías digitales. Sin embargo, las repercusiones sociales que vinieron en los años siguientes no se habían notado, sino hasta la aparición de la red de redes llamada internet. Con ella vinieron los cambios, en algunos casos radicales. En lo que a la comunicación corresponde; la aparición del correo electrónico, y de las web personales, modificaron de manera sustancial, el flujo de la información y, sobretodo, la manera en que hasta entonces nos comunicábamos de tal forma que los cambios más importantes se empiezan a gestar a partir de la aparición de la web 2.0. Una web más activa y, sobretodo, más participativa, en la que el usuario se vuelve creador de contenidos, es decir, se convierte en un prosumer (prosumidor) que encuentra en la red espacios para intercambiar información. De esta manera, las llamadas plataformas sociales se vuelven espacios para compartir, debatir, opinar y argumentar en donde cada mensaje cada foto o video son una invitación a participar de las emociones y motivaciones de los usuarios digitales del siglo XXI.

Pensando en lo anterior, es posible que durante los últimos años hayamos pasado de un estado de anonimato a un estado de transparencia, en donde nuestra vida privada pasa a un estado abierto, sin tiempo ni espacio, un estado en el que como individuos no controlamos ni participamos de las decisiones acerca de los actos que rigen nuestra vida pública en la red.Ser digital 001Aunque los procesos relacionados con nuestra actividad no sean del todo transparentes, si es posible que información con respecto a nuestra vida privada, ahora pública, sea parte de una estrategia para identificar patrones y conductas sociales y culturales que llevarían a los grandes grupos de poder a tomar un control total impulsando, con ello, la creación de intereses e identidades compartidas con normas y valores predefinidos, en tanto las acciones dentro de cada plataforma social están definidas o encaminadas a ofrecer las condiciones idóneas para generar un flujo de información personal de cierta índole.

Así cada foto, video, estado de ánimo, pensamiento, comentario, es filtrado, siendo parte de una estrategia que le permite a las redes sociales establecer patrones y perfiles, agrupando a personas a partir de sus gustos específicos y de sus conductas. Estrategia que, en las grandes esferas de poder comercial y gubernamental, nos presentan completamente transparentes ante los ojos del “gran hermano”. Sin embargo, nosotros sin saberlo somos parte fundamental de la estrategia y generamos cualquier cantidad de información personal que nos hace vulnerables ante el sistema a través de la superficialidad y ligereza con la que actuamos ante la presencia de diversos mecanismos que pretenden hacernos pensar en cuan fácil resulta ya la vida si hacemos uso de las innumerables aplicaciones para celular, tableta y ordenador o de la memoria que existe en la red para almacenar música, imágenes, textos, o cualquier otra cantidad de datos.

Otro aspecto que viene acompañado al desarrollo de las nuevas tecnologías y que ha modificado la forma de comunicarnos está relacionado con la incorporación a nuestro leguaje de un sin número de términos nuevos con diversas connotaciones. En este sentido se han incorporado a nuestro lenguaje anglicismos, como twitt (mensaje de texto con un máximo de 140 caracteres de longitud), twittear (envio de twitts), hashtag (etiqueta formada por una cadena de caracteres creada por una o varias palabras concatenadas y precedidas por un numeral, para que tanto el sistema como el usuario la identifiquen de forma rápida), trending toping (tendencia o tema del momento), bot (programa informático, imitando el comportamiento de un humano), blog (provienen de las palabras web y log, en inglés es sinónimo de diario), wiki (nombre que recibe un sitio web cuyas páginas pueden ser editadas directamente desde el navegador por los usuarios), whatsappear (proviene de WhatsApp, una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes, para enviar y recibir mensajes), por citar solo algunas.Ser digital 014Esto lleva a pensar en cuan banales y superficiales nos hemos vuelto dentro de las redes sociales, socialmente conscientes, pero solo de lejos, no cuando se trata de verdaderos problemas sociales, y a veces apoyando a héroes desconocidos de cinco minutos, dándoles likes o twitteando a diestra y siniestra, haciendo labor social sin compromiso o haciendo público todo lo que nos rodea, desde nuestros estados de ánimo hasta nuestros aspiraciones personales, y lo más increíble, la cantidad de seguidores que puede obtener una persona solo por el hecho de cambiar su foto de perfil. Actuamos con un terrible estado de banalidad publicando cualquier cantidad de información personal lo cual permite especular sobre el camino que seguirá nuestra vida en la red, transparente, vacía, rodeada de seguidores invisibles, ¿qué pasara con nuestras relaciones personales?, las reales, las físicas, ¿cómo actuaremos ante los verdaderos actos sociales? o ¿será que ya nos convertimos en verdaderos seres artificiales e insensibles?

Hemos construido un mundo en el cual nuestras comunicaciones y relaciones se han resumido a una serie de actos predeterminados por los patrones establecidos en las plataformas sociales, aunado a esto, la ineficacia con la que actuamos ante los nuevos medios de comunicación, sobretodo hablando de la red y de sus múltiples sistemas que la integran, nos lleva a padecer de una falta de contenidos serios y responsables en tanto un considerable porcentaje de la información que circula en la red no es del todo verídica, o es poco confiable, o no verificable. En muchos de los casos es la misma información “dura”, por decirlo así, que circula en diversas aplicaciones que van desde blogs hasta informativos especializados, en ningún caso es analizada o desmenuzada y, sin embargo, mucha información es compartida por una gran cantidad de usuarios. Asimismo, son escasos los espacios dedicados a la generación de contenidos fidedignos y con información verídica para la red, son más los espacios dedicados a los contenidos de dudosa calidad, espacios, en la mayoría de los casos, con poca o nula cultura, lo paradójico a todo esto es que, buscando aparentemente mejorar la calidad de nuestras relaciones y sobretodo intentando mejorar nuestra propia educación y cultura, hemos creado espacios para el deleite de narcisistas con anemia cultural.

¿Cuál será entonces el futuro de nuestra sociedad? Si carecemos de contenidos de calidad y si la banalidad es el motor diario de nuestra vida en la red, es probable que nuestro sistema operativo sea más fundamental en la vida diaria que las relaciones personales, y que el intercambio de opiniones de posturas ideológicas o de una simple y llana conversación.

(Publicado el 9 de febrero de 2015)

Realizó estudios en la Escuela Activa de Fotografía (1991), y en la Licenciatura de Artes Visuales, ENAP-UNAM (1994), ingresó al Centro Multimedia del CNA donde se especializó en nuevas tecnologías aplicadas al arte, obtuvo apoyos de diversas instituciones como el FONCA, Fundación Telmex y Fundación UNAM. En 2003 realizó una residencia artística en el International Studio and Curatorial Program de la ciudad de Nueva York, USA.
Durante los últimos 10 años una actividad fundamental en su desarrollo artístico ha sido la docencia, participando en: Centro de las Artes de San Agustín, Centro fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Universidad Anáhuac de Oaxaca, Centro Multimedia, Escuela de Pintura Escultura y Grabado La Esmeralda, Centro de Capacitación Cinematográfica, Universidad Iberoamericana, Universidad Autónoma de Morelos, CUEC, entre otras. Actualmente es profesor en la FAD-UNAM.

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