Año 12 / edición 46 / Mayo 2025 - ISSN: 2395-9894

Oaxaca, una ciudad de color material y color pigmento


Existen lugares muy fáciles de identificar por su color, lo cual puede estar influido por factores climáticos, históricos, materiales locales, técnicas constructivas, dimensiones de las construcciones, estilo de arquitectura, entorno natural, antigüedad, contexto histórico o el color del material o de algún pigmento utilizado. Así, locales y extranjeros pueden identificar el lugar. Lenclos (1999, citado en Rodríguez, 2014) menciona que “cada ciudad posee una información cromática que la hace única y se relaciona directamente con su patrimonio cultural e histórico, al que contribuye a la construcción de un sentido de pertenencia e identidad local” (p. 21).

En paralelo, Zybaczynski (2014) menciona que “cada zona geográfica, cada país y cada región tiene sus particularidades que conllevan tanto una imagen diferente de las ciudades como una cromática asociada a ellas” (p. 90). Algunos ejemplos de color natural son Zacatecas, Durango, San Luis Potosí y Morelia con su cantera rosa; Guadalajara, Puebla y la Ciudad de México con la cantera gris, y Oaxaca con la cantera verde. Otros lugares donde el color es proporcionado por la pintura son San Miguel de Allende, Taxco, Guanajuato, San Cristóbal de las Casas, Izamal y Sayulita.

Figura 1. Análisis de las variables del color. Elaboración del autor.

Como señalan García et al. (2012), “la riqueza cromática derivada del empleo de materiales” (p. 132) es fundamental. No solo importa cómo está construido, sus dimensiones, espacios o ubicación, sino también cómo la materialidad delimita algunas aplicaciones de aplanados o de color susceptibles de aplicarse en el objeto arquitectónico. Por lo mismo, los mismos autores mencionan que “el color de las arquitecturas históricas viene definido por el color de los materiales que configuran las superficies” (p. 140).

Varios edificios del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca destacan debido al color brindado por los materiales con que fueron construidos, provenientes de la región. Cordero y Rodríguez (2011) mencionan que “su posición geográfica ha sido determinante en la selección de los materiales de edificación” (p. 72).

Figura 2. Avenida Independencia esquina con la calle Macedonio Alcalá. Fotografía del autor.

Estos edificios, sobre todo para usos religiosos y habitacionales, se construyeron con ladrillos rojizos, adobe de diferentes tonalidades de cafés y cantera verde, un material presente en los valles del estado. Los primeros lugares con este material en ser explotados fueron los cercanos a la ciudad: “El primer obispo de Oaxaca, Francisco López Zárate, descubrió yacimientos cercanos de cantera verde, que pronto fueron explotados para levantar casas e iglesias, lo que le dio un peculiar color a las edificaciones” (Velásquez, 2019).

Figura 3. Avenida José María Morelos esquina con calle Manuel García Vigil. Fotografía del autor.

Otro yacimiento pétreo importante y del que aún existe evidencia es conocido como Parque Ciudad de las Canteras, ubicado en el municipio de Santa Lucía del Camino, donde se aprecia la formación rocosa con variación de tonalidades verdes que hace tan representativa la arquitectura de Oaxaca. Debido a su dureza, esta cantera se utilizó principalmente con fines estructurales.

Las variaciones de cantera verde resaltan cuando se ve afectada por las condicionantes atmosféricas; por ejemplo, la lluvia añade un brillo a las superficies que, junto a la iluminación artificial, se vuelve un atractivo visual. Con el paso del tiempo, el material muestra signos de desgaste o acumulación de suciedad. Brena (2022) lo menciona en su artículo “¿De qué color es Santo Domingo?”: “’Amarillo’, responderá la mayoría de oaxaqueños. Sin embargo, no siempre se vio así. El amarillo es una capa de arcilla que se formó sobre las piedras”.

En el Centro Histórico observamos inmuebles que no son por completo de cantera y cuyo sistema constructivo incluye muros de adobe o de tabique, debido quizá a una cuestión de costos. Estos tienen un aplanado que recubre la estructura con la intención de darle un aspecto atractivo a la edificación.

Una vez comprendido cómo el material ofrece una variedad de colores derivados de las propiedades naturales de este elemento es posible explorar el uso de pigmentos naturales o minerales, que también forman parte de la identidad de un territorio y de sus técnicas de construcción:

Al profundizar en el uso del color en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca es importante reconocer que no siempre tuvo las tonalidades que vemos hoy en día. Según lo indicado por el arquitecto J. Salazar, quien forma parte del personal de la sección de monumentos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Oaxaca, “anteriormente los edificios no tenían color, esto por las limitaciones que había en su tiempo; nada más eran encalados” (comunicación personal, 8 de agosto de 2024). Esto coincide con lo mencionado con anterioridad, ya que la cromática de la ciudad muchas veces estaba determinada por las condiciones temporales y la disponibilidad de materiales con que se producían los colores.

Pese a las diferencias en las construcciones, el uso de la cal como acabado unificó el paisaje urbano, aunque pueden aparecer variaciones debido a las sombras proyectadas por los volúmenes de las fachadas, la ornamentación o irregularidades en el aplanado. Con el paso del tiempo se comenzaron a utilizar pinturas a la cal con pigmentos naturales y minerales tanto para interiores como exteriores. Los colores en esa época fueron amarillo, azul, verde y rojo, que eran limitados debido a las restricciones de los materiales. Sin embargo, esta reducida paleta representó un cambio significativo en la percepción de las construcciones.

Asimismo, Salazar expresa:

Las combinaciones variaban, o bien podía ser todo rojo, amarillo, verde; es decir, por tonos. Por ejemplo, las paredes o fondos pueden ser tonos más bajos, y a las cornisas, molduras, marcos y algún otro detalle les ponían otro color, o más intenso. Ya quedaba a criterio de cada propietario poner o escoger los colores y las combinaciones (comunicación personal, 8 de agosto de 2024).

La elección del color de los inmuebles aún no estaba regulada por la Dirección del Centro Histórico y era responsabilidad del propietario. Más tarde fue necesario establecer una paleta de muestra con los tonos más recurrentes, en una iniciativa llevada a cabo por el personal del INAH Oaxaca, hoy regulada en el Reglamento General de Aplicación del Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico del Municipio de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, en la sección 3, artículos 41 y 42.

Figura 4. Calle Macedonio Alcalá. Fotografía del autor.

Gracias a las pinturas industriales es posible acceder a una mayor gama de colores. No obstante, en lugares donde la aplicación del color se encuentra restringida por regulaciones e instituciones que pueden sancionar por una aplicación incorrecta, se vuelve un tema complejo: aunque alguien sea el propietario, debe acatar lo establecido. Lo anterior puede derivar en malas prácticas o decisiones erróneas, como señala Salazar.

Figura 5. Calle Macedonio Alcalá. Fotografía del autor.

Con lo anterior se provocó una pérdida de identidad del lugar generado por el color, ya que dejó de reflejarse parte del contexto o bien las pinturas no eran del todo compatibles con los materiales de las construcciones. Esto lleva a pensar si tales normativas en realidad son funcionales o si las personas encargadas de redactarlas y aplicarlas cuentan con la formación y experiencia para hacerlas valer.

Figura 6. Cambios de color en el Centro Histórico de Oaxaca. Elaboración del autor.

En la actualidad es difícil encontrar inmuebles con pigmentos naturales, ya que suelen usarse pinturas industriales debido a la facilidad y rapidez para conseguirlas, en comparación con las elaboradas de manera artesanal, lo cual también representa un ahorro económico y de tiempo para el usuario.

La dirección del Centro Histórico de Oaxaca ha buscado mantener el control sobre la imagen urbana mediante la recomendación de algunas marcas de pintura locales, ya que cuentan con las muestras autorizadas para que resulte más fácil a las personas adquirir la pintura adecuada. Sin embargo, esta medida demuestra una tensión entre la conservación patrimonial y la libertad del propietario del inmueble sobre la selección del color.

Figura 7. Factores que intervienen en la selección del color. Elaboración del autor.

Muchos factores han intervenido en la selección de color para los inmuebles, entre los que destacan los referidos en la figura 7. Y aunque hoy en día disponemos de una amplia gama de colores, se ha limitado el número y las posibles combinaciones que se pueden generar.

No obstante, resulta necesario cuestionar hasta qué punto la reglamentación cromática vigente responde en verdad al contexto urbano, social, cultural o histórico específico de Oaxaca, ya que existe una paleta de colores similar en otros centros históricos del país.

Apostar por una política de color más contextualizada y flexible contribuiría a una identidad más auténtica y dinámica, donde se retome la cromática de objetos representativos del estado, artesanías, textiles, materiales, joyería, vegetación, comida, etcétera. ¶


Arquitecto por la Universidad La Salle Oaxaca y maestro en Arquitectura y Diseño de Interiores por la Universidad Anáhuac México, campus norte. Mi ejercicio profesional se ha desarrollado de manera independiente, centrado en el modelado de información para la construcción (BIM), visualización arquitectónica y ejecución de obra. Paralelamente, he orientado mi labor académica y de investigación hacia el estudio del color en la arquitectura, su aplicación en los espacios habitables, explorando sus implicaciones perceptuales, funcionales y simbólicas dentro del entorno construido.

EDICIONES

Autores

ir alinicio

Don't Miss