Revista .925 ARTES Y DISEÑO

año 11 / edición 44 / noviembre 2024 - ISSN: 2395-9894

Comunicación visual en redes sociales. Su impacto en adolescentes

8 julio, 2024

Imagen 1. Adolescentes en sus móviles, sin contacto físico.

La Organización Mundial de la Salud define la adolescencia como la etapa que abarca entre los 10 y 19 años, marcada por un rápido crecimiento y desarrollo, tanto físico como emocional.

“Durante este rango de edad se presentan muchos cambios físicos y emocionales, así como interrogantes que tratan de definir la personalidad y valores del futuro adulto”[1]. Esencialmente es una etapa con valor y riqueza, que brinda infinitas posibilidades para el aprendizaje y el desarrollo de fortalezas, ideal para persuadir al individuo tanto de manera positiva como negativa.

En México, según datos del INEGI[2], existen 21,750,230 adolescentes entre 10 y 19 años, lo que representa aproximadamente el 17.06% de la población total del país. En cuanto al fenómeno de las redes sociales ha dado lugar al desarrollo de herramientas tecnológicas que han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de la creatividad y capacidad intelectual del ser humano para idear herramientas que faciliten su supervivencia. Con el paso del tiempo, hemos encontrado múltiples métodos para satisfacer nuestras necesidades sociales[3].

Las redes sociales son consideradas como comunidades virtuales, plataformas en línea que reúnen a personas que comparten intereses e información. Su objetivo principal es establecer contactos con otros individuos, ya sea para mantener relaciones existentes o para formar nuevas. Al formar parte de una red social, los usuarios tienen la oportunidad de construir una red, que pueden exhibir como su lista de amigos. Estas conexiones pueden ser personas conocidas en la vida real, amigos de amigos o incluso gente que han conocido a través de Internet.

Al mismo tiempo, “el desarrollo de las redes sociales ha estado estrechamente vinculado al progreso del conocimiento y ha sido íntimamente relacionado con la ciencia en el contexto socioeconómico del capitalismo, que representa su máxima expresión y vía de expansión más inmediata”[4]. Una noticia que inicialmente no tendría ninguna trascendencia se convierte en un tema de suma importancia para la sociedad gracias a la globalización de las comunicaciones. Se observa una transformación de notas “locales” en noticias “mundiales”, lo cual es posible gracias al avance y desarrollo de las redes sociales.

El año 2004 marcó un punto de inflexión en la forma en que nos comunicamos, obtenemos información e interactuamos con el mundo, gracias a la llegada de Facebook, la primera red social que ha logrado reunir a 90.2 millones de usuarios en México hasta la fecha, según datos de DATAREPORTAL[5]. Facebook ha mantenido su posición privilegiada en la mente de los internautas durante más de 12 años, a pesar de la existencia de predecesores importantes como ICQ, Hi5, Windows Live Messenger y MySpace. La aparición de las primeras redes sociales fue suficiente para impulsar un desarrollo acelerado en nuestra forma de comunicarnos.

En 2007, Steve Jobs anunció el lanzamiento del iPhone, uno de los dispositivos más trascendentales en la historia de la humanidad, que transformó nuestra forma de vida al llevarnos de los hábitos offline (fuera de línea) a estar constantemente conectados. Ambos acontecimientos abrieron nuevos horizontes en el ámbito de la comunicación, y forjaron el presente que vivimos, ya que con el tiempo hemos adoptado estas herramientas como elementos fundamentales de nuestras vidas.

A pesar de los numerosos beneficios que la tecnología ha aportado al mundo, es importante reconocer que, junto con la facilidad que proporciona para muchas tareas, también puede dificultar y entorpecer otras.

Imagen 2. Adolescente navegando en YouTube.

Derivado del estudio aplicado por el sitio DATAREPORTAL[6], se ubican tres motivos principales para utilizar plataformas y redes sociales. La primera es estar en contacto con amigos y familiares, ocio y búsqueda de contenidos. Otro dato relevante es a quién siguen los usuarios; donde se encontró que el primer lugar es ocupado por amigos, familiares y conocidos, en segunda posición bandas o cantantes, por último, y en tercer peldaño entretenimiento, memes y parodias.

Imagen 3. Me gusta de Facebook.

Dentro de los principales factores relacionados con la generación de imágenes que afectan a los adolescentes encontramos en primer lugar la obtención de «me gusta» como factor de autoestima y validación social. La falta de interacción positiva en las imágenes puede afectar negativamente la manera de verse a sí mismo, y crea una búsqueda constante de aprobación en línea y dependencia de la aprobación virtual, una derivación de este tema puede ser la comparación constante entre sus pares, ya que pueden ver las vidas aparentemente perfectas de sus compañeros. Esto puede generar sentimientos negativos al comparar sus propias vidas con las representaciones filtradas y seleccionadas de los demás.

Otros factores que afectan a este segmento de la población pueden ser las imágenes en redes sociales que a menudo presentan estándares de belleza inalcanzables, lo que puede generar presión estética en los adolescentes. La constante exposición a fotografías retocadas y cuerpos idealizados puede contribuir al desarrollo de complejos de imagen corporal, situación que lleva a comportamientos como la dieta extrema o la insatisfacción con su propio físico. La publicación de fotos humillantes y comentarios negativos pueden tener un impacto devastador en la salud mental de los adolescentes, y contribuye a la depresión y ansiedad.

En algunos casos, existe una búsqueda desesperada del reconocimiento del otro con el fin de consolidar la autoestima y conseguir un sentido de sí mismo. Los cambios en las interacciones, la exhibición y consumo de la vida mediante las redes alteran las experiencias, que se ven demandadas por la mirada de los otros. Los usuarios muestran y exhiben su intimidad en busca de la aprobación a través de las reacciones. Lo personal se vuelve público, y lleva a que la construcción de la identidad sea un proceso más complejo.

Es así, que los adolescentes emplean las redes sociales como escenarios para actuar, para contar y narrar historias mediante fotos, textos, videos y para expresar sus opiniones. De ese modo, la mirada y el reconocimiento del otro en las redes sociales en línea, con likes. compartir o comentar, se vuelven importantes para el desarrollo de conductas personales que influyen en la autopercepción, de acuerdo con los comentarios que reciba. “Este hecho podría considerarse como un fenómeno de estetización de la identidad manifestada en los propios relatos y el de los otros con quienes interactúa”[7].

Estos nuevos medios de comunicación digital brindan a los adolescentes acceso a diversas fuentes de entretenimiento sin importar su origen, hasta cierto punto, están familiarizados con la diversidad y las diferencias de todo tipo. Sin embargo, sus preferencias se inclinan mayoritariamente hacia el consumo de productos audiovisuales extranjeros.

Imagen 4. Adolescente en su tablet.

Para los adolescentes, sus pares o iguales son en gran medida sus principales modelos a seguir. Confían en las recomendaciones, sugerencias y propuestas de sus amigos. Las redes sociales no solo les permiten expresar sus opiniones sobre lo que consumen en el ámbito audiovisual en el espacio público virtual, sino también capturar, manipular, almacenar y distribuir mensajes sobre estos contenidos. Sin embargo, esta dinámica puede limitar el intercambio intergeneracional y la transmisión de experiencias y otros aprendizajes que podrían enriquecer su conocimiento y perspectivas.

Estas necesidades pueden no estar cubiertas completamente por la sociedad en su conjunto, lo que destaca la importancia de comprender y atender a los adolescentes de manera más efectiva. Existen diversos rubros desde donde se pueden comenzar los análisis para cubrirlas, por ejemplo, el análisis en torno a las diferencias de género en la interpretación y consumo de contenidos audiovisuales. Aunque no se observan diferencias en las preferencias de ficciones entre géneros, sí existen disparidades en cómo hombres y mujeres interpretan estos contenidos, así como en los modelos de masculinidad y feminidad presentados en ellos.

Exhibiendo superficialmente los rubros que aquejan a las y los adolescentes, podemos incluir la percepción sobre una aparente desconexión entre estos con las problemáticas locales, lo que puede aumentar el sentimiento de aislamiento e incomodidad al no encontrar su lugar en la sociedad. La falta de referencias locales e hitos culturales comunes dificulta la construcción de una identidad colectiva. Esta reflexión nos lleva directamente a la carencia de diversidad en los modelos y referentes admirados, ya que limita las opciones y termina por simplificar en extremo la supuesta diversidad de contenidos a los que acceden.

Comprender los intereses y comportamientos de los adolescentes en el ámbito audiovisual nos proporciona información valiosa para diseñar estrategias y productos que se ajusten a sus necesidades y preferencias en un entorno digital en constante evolución. Son relevantes para la industria y la sociedad en general, ya que las imágenes y narrativas que consumen moldean su percepción del mundo y su identidad social. Este debe ser el punto de partida para la reflexión y la generación de estrategias destinadas a abordar los desafíos en el proceso de la comunicación sobre temas que nos interese socializar entre los públicos más jóvenes. ¶

Imagen 5. Adolescente y contenidos.
  • Cibilis, J. (julio 2021). ¿Qué cambios y conductas son esperables en la adolescencia? https://www.unicef.org/uruguay/media/5416/file/Ficha%201%20-%20Caracter%C3%ADsticas%20de%20la%20adolescencia.pdf
  • Devillard, M. (marzo 2007). Diccionario de relaciones interculturales, diversidad y globalización. Editorial Complutense. Madrid, España.
  • Echara, E. (septiembre 2008). Movimientos sociales y relaciones internacionales: La irrupción de un nuevo actor. Editorial Catarata. Madrid, España.
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Sala de prensa. (s/f). Recuperado el 20 de abril de 2024, de https://inegi.org.mx/app/saladeprensa/noticia.html?id=8378
  • Kemp, S. (2024, febrero 23). Digital 2024: México. DataReportal – Global Digital Insights. Recuperado de https://datareportal.com/reports/digital-2024-mexico
  • Rosa, A., Dos Santos, R., Steel, M., y De Freitas, M. (2016). Estetización del self en redes sociales: contradicciones humanas y producción subjetiva contemporánea. Revista de Psicología. 10.18800/psico.201602.004
  • Sibilia, P. (2008). La intimidad como espectáculo. Fondo de Cultura Económica de Argentina, S. A.
  • Statista. Redes sociales más populares en México. Statista. Recuperado el 1 de mayo de 2024, de https://es.statista.com/estadisticas/1035031/mexicoporcentaje-de-usuarios-por-red-social/
  • Unicef.org. (s/f). Redes sociales y adolescentes: lo que tenés que saber. https://www.unicef.org/uruguay/crianza/adolescencia/redes-sociales-yadolescentes-lo-que-tenes-que-saber.

Comunicadora visual con una sólida trayectoria en la gestión de comunicación social, diseño gráfico y dirección de arte. Se graduó de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con una Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual . A lo largo de su carrera, ha trabajado en diversas instituciones y organizaciones, ocupando roles clave que van desde diseñadora gráfica hasta consultora y coordinadora de comunicación social.
Su experiencia laboral incluye importantes cargos en el Gobierno Federal, donde fue subdirectora de imagen y campañas y enlace de comunicación digital. Ha demostrado su compromiso con causas sociales a través de la creación de campañas como “Apadrina un animal de compañía” para la Brigada de Vigilancia Animal, un programa vigente hasta la fecha.

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