Por Alberto Valencia Ortega.–
¿Eres estudiante o profesional de diseño gráfico?, ¿te han encomendado un proyecto?, ¿necesitas utilizar tipografía? –¡siempre necesitas utilizar tipografía!–, ¿por dónde empiezas?, ¿Qué fuente tipográfica debes elegir?, ¿buscas en el sistema de tu computadora o en alguna casa tipográfica?, ¿Qué se vea “bonita” o qué “funcione”?, éstas y otras preguntas, son recurrentes al momento de iniciar el proceso de diseño, sin embargo, todas se disipan al hacer un análisis tomando en consideración algunos aspectos muy sencillos antes de sentarte a diseñar.
Las primeras preguntas por responder –en mi experiencia–, deben ser en relación con el tipo de texto y al uso que se pretende dar al contenido con el que vamos a trabajar y, por otra parte, es de suma importancia tomar en cuenta al usuario que lo va a leer.
Sobre el texto
Existen muchos tipos de textos, cada uno con características particulares que ayudarán al autor a comunicarse con el lector de forma puntual y transparente, y la tipografía debe ser el vehículo para ello, como lo afirmó Beatrice Warde en su texto de la copa de cristal, “lo más importante en la imprenta es transportar el pensamiento, las ideas, las imágenes de una a otras mentes”[1] o Ellen Lupton cuando dijo: “la tipografía es la encarnación del lenguaje”[2].
¿Qué tipo de texto es con el que vamos a trabajar? Narrativo, de consulta, informativo, descriptivos, científico, etc. ¿Qué extensión tiene el texto qué necesito usar?, es corto o largo. ¿Qué tipo de lectura es en función al texto? Rápida, comprensiva o receptiva, etc. ¿Sobre qué sustrato se piensa presentar? Impreso, digital o ambos.
Los textos cortos pueden ser utilizados en logotipos, monogramas, titulares, etc., y atañen mayormente a la formalidad y rasgos de los signos, a las características plásticas de la letra, responden a un valor mayormente simbólico o estético. Los textos largos, como podría ser el cuerpo de una obra literaria o textos de consulta, atañen mayormente a aspectos funcionales de los signos, a su legibilidad, a su rendimiento en página o a su reproducción. [Véase Tabla 1]
Textos cortos
Cualidades plásticas o estéticas con mayor carga semántica
Sabemos muy bien que la principal función de la tipografía es comunicar, es decir, representar el lenguaje, dejar huella o registro de lo hablado, todo esto corresponde a la función lingüística, al grado cero de la tipografía como diría Roland Barthes[3], sin embargo la forma del signo como letra, no puede separarse de su significación semántica, simple y sencillamente por estar construida por trazos y rasgos que la dotan de cualidades plásticas a partir de sus características morfológicas y es ahí en dónde la elección de la tipografía empieza a ser más compleja y de difícil decisión.
La tipografía como cualquier signo, está dotada de cualidades plásticas que abonan a la semantización de la palabra misma, así, la palabra lingüísticamente podría referirse a lo mismo, pero semántica o referencialmente a algo diferente.
En un ejercicio muy sencillo podemos hacer referencia a estas cualidades plásticas a las que nos referimos en el párrafo anterior [Véase Fig. 1]. Cuando fonéticamente expresamos la palabra “árbol”, se genera una imagen mental a partir de la experiencia del receptor y generalmente está vinculada a una generalidad el objeto mencionado, sin embargo, cuando la representamos de forma gráfica, las cualidades plásticas intervienen en la construcción de la imagen mental y es ahí en donde la función icónica de la tipografía se vuelve evidente.
Figura 1.
Si analizamos la tipografía desde sus cualidades plásticas y determinamos los conceptos narrativos de esas cualidades, podemos dotar de mayor intencionalidad gráfica el mensaje a transmitir.
Referencias históricas y/o contextuales
Otro aspecto que considerar en la elección tipográfica es haciendo un recorrido histórico o contextual en el que fue desarrollada la fuente tipográfica a utilizar. Cada una de las tipografías fueron creada por un diseñador en un tiempo, lugar y con herramientas determinadas, eso influye directamente a la estructura morfológica de la tipografía y por consecuencia a la significación. Cada una de las fuentes diseñadas tiene una historia atrás en su diseño, fueron creadas para satisfacer una necesidad; ejemplos hay muchos, como la tipografía “Frutiger” diseñada específicamente para resolver el problema en la señalización del aeropuerto Charles de Gaulle[4] en parís, incluso la mismísima “Comic Sans” de Vincent Connare[5] en 1994 para un uso especifico de Microsoft Bob, la elección de la fuente tipográfica para la representación del mensaje es sólo responsabilidad de quien o quienes la eligieron. [Véase Fig.2]
Figura 2
Textos Largos o de consulta
Aspectos funcionales del signo tipográfico
Una forma sencilla en la elección de tipografía para textos largos se da a partir del análisis previo al tipo de texto, a su extensión, al tipo de lectura e incluso, en la medida de lo posible, a las características del lector o las condiciones para su lectura, si el texto estará en un ambiente controlado o no, si estará en el exterior o en el interior de un lugar.
Fuente tipográfica o vocabulario gráfico
Conocer el tipo de texto previamente nos permite en primer lugar identificar los niveles de información a los que el diseñador se va a enfrentar y, en segundo lugar, identificar la necesidad que tiene el autor para expresar lo que necesita expresar y para ello los recursos tipográficos son dos: el número de glifos o caracteres diseñados en una fuente tipográfica y las variantes de la misma que constituyen la familia tipográfica, es decir, metafóricamente se dota al autor de mayor vocabulario gráfico, así como el tono para expresar sus ideas. [Véase Fig. 3]
Figura 3
No sólo debemos dotar al texto del mayor número de glifos o de variables formales de las familias tipográficas, sino que además debemos saber utilizar esos recursos, para ello debemos conocer aspectos mínimos de ortotipografía, el dúo que forma la tipografía y la ortografía y así, autor y lector se ven beneficiados. “La ortotipografía estará presente allí donde haya textos, letras, signos, etc.”[6], cómo lo afirma Raquel Marín Álvarez.
Proporciones y contraste
Otro aspecto formal de la tipografía que debemos tener en consideración son las proporciones y el contraste de la estructura del signo, pues esto influye directamente en la reproducción del documento, en las condiciones de lectura, el rendimiento en la página y en el color de la mancha tipográfica, es decir, aspectos todos relacionados directamente con la legibilidad.
- Mayor altura en x = necesidad de mayor interlineado = menor rendimiento en página
- Menor altura en x = necesidad de menor interlineado = mayor rendimiento en página
- Menor contraste en formas = mayor tono en la mancha tipográfica = aspecto pesado, firme.
- Mayor contraste en formas = menor tono en la mancha tipográfica = aspecto ligero, débil.
Figura 4
Debemos entender también que ninguna de las condiciones antes mencionadas es, ni buena ni mala, ni mejor o peor, sino que ayudan en mayor o menor media a la comunicación del mensaje.
Condiciones de lectura
Las condiciones de lectura son otro parámetro muy importante al tomar la decisión de selección y está intrínsecamente relacionado con los dos aspectos anteriores. Si el texto estará expuesto en un ambiente exterior (señalización, espectacular, etc.) y será leído a gran distancia o en un ambiente interior controlado (libro, periódico, revista, o dispositivo, etc.) y leído a poca distancia, nos permite determinar qué proporciones y contrastes en la tipografía debemos tomar en cuenta.
- Ambiente exterior no controlado = menor contraste / mayor altura en x
- Ambiente interior controlado = mayor contraste / menor altura en x
El lector
Conocer al lector en un aspecto general también ayuda o contribuye a la elección de la tipografía a utilizar, es decir, no es lo mismo que el texto esté dirigido a un público infantil, juvenil, adulto o adulto mayor, con poca experiencia en la lectura o con gran experiencia en la lectura o en el tema, a qué fuentes tipográficas ha estado más expuesto o con qué tipografía ha estado mayormente familiarizado; como diría la diseñadora gráfica y tipógrafa Zuzana Licko, “Las personas leen mejor lo que más leen” después de grandes críticas sobre su trabajo tipográfico en la revista Emigre[7].
Impreso o digital
La tipografía se comporta de diferentes maneras al entrar en contacto con el sustrato en el que será impresa (papel, tela, plástico, etc.), así como en la técnica de reproducción (offset, serigrafía, flexografía, etc.) y es importante tenerlo en cuenta principalmente para que no se vea afectada en su estructura formal, saber cuál es el cuerpo mínimo y máximo que exige esa tipografía para su reproducción es de gran ayuda en la selección.
En el caso de lo digital, el comportamiento en el soporte digital esta determinado por la resolución del aparato en el que será expuesta y no así por el tamaño del cuerpo tipográfico, pues éste se puede modificar fácilmente y adaptarse estructuralmente sin sufrir alteraciones, sin embargo, la elección de la tipografía estará determinada por el tipo de licencia de uso, determinada por la casa tipográfica que la comercializa.
Tipos de licencia
Antes de usar o instalar una fuente tipográfica en tu computadora deberás revisar el Acuerdo de Licencia de Usuario Final (EULA, End User License Agreement), en él están estipuladas todas las condiciones de uso de la fuente, debes saber que las fuentes tipográficas están catalogadas como un software y como tal debes conocer las condiciones y tipos de licencias que cada casa tipográfica tienen para ello.
Las licencias más comunes son las siguientes:
- Desktop, es la licencia de uso más común, la que podemos instalar en la computadora personal y hacer uso de ella principalmente para impresos.
- Webfont, funciona para uso en sitios web y su costo está determinado por el número de visitas al sitio.
- Digital Ads, esta licencia permite hacer uso de la fuente tipográfica en anuncios digitales y su precio está determinado por el número de impresiones registradas.
- App, los desarrollos de aplicaciones digitales necesitarán contratar una licencia de este tipo, el precio está determinado por el número de títulos y la vigencia de estos.
- ePub, esta licencia es especifica para publicaciones digitales, libros, revistas, periódicos, etc., y su precio se determina por el número de títulos en el que será usada.
- Server, las fuentes de servidor puedes ser instaladas por usuarios remotos y les permite interactuar con la misma, sin necesidad de que sean instaladas en otras computadoras.
Aspectos legales
Lo anterior da pie a un aspecto de selección tipográfica que influye directamente en lo económico y presupuestal del proyecto, todas las tipografías fueron diseñadas por alguien que se ve beneficiado de alguna u otra forma, algunas son diseñadas por encargo para alguna compañía o institución y otras para resolver una necesidad especifica, pero todas cuentan con especificaciones, o licencia de uso determinada por sus creadores o comercializadores, que debemos tomar en cuenta al momento de seleccionar la fuente tipográfica.
Finalmente, con los resultados obtenidos en la revisión de algunos aspectos iniciales sobre el texto, la tipografía y el usuario, podemos generar una pequeña “tabla de resultados” que a manera de guía sirva para poder seleccionar la tipográfica en función al tipo de proyecto a realizar.
Debemos considerar que todo este análisis se debe desarrollar en una acción previa al acto de bocetar o diseñar, estos aspectos a considerar harán del proceso de diseño una acción más precisa, servirá para encontrar elementos que permitan argumentar las decisiones que se tomaron para llegar al resultado final. [Véase Tabla 2] ¶
(Publicado el 4 de noviembre de 2020)
Tabla 2. Análisis sobre texto, lector y tipografía
Referencias
- Barthes, R. (1989). El grado cero de la escritura. Siglo XXI. México.
- Bringhurst, R. (2008). Los elementos del estilo tipográfico. Fondo de Cultura Económica. México.
- Crow, D. (2008). No te creas una palabra. Una introducción a la semiótica. Promopress. Barcelona.
- Garfield, S. (2011). Es mi tipo, un libro sobre fuentes tipográficas. Taurus. México.
- Greimas, A. (1994) Semiótica figurativa y semiótica plástica. En Figuras y estrategias. En torno a una semiótica de lo visual. Siglo XXI. México.
- GROUPE μ. (1992). Tratado del signo visual. Cátedra. Madrid.
- Jakobson, R. (1975). Ensayos de lingüística general. Seix Barral. Barcelona.
- Klinkenberg, J. M. (2006). Manual de semiótica general. Fundación Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Bogotá.
- Lupton, E. (2011). Pensar con tipos. Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
- Marín, R. (2013). Ortotipografía para diseñadores, Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
- Warde, B. (1955). The cristal globet, sixteen essays on typography. The Sylvan Press. London.
- Weaver, C. (1994). Reading process and practice: from socio-psycholinguistics to whole language. Portsmouth.
- Monotype, Font Software End User License Agreement, Massachusetts, EUA. https://www.linotype.com/2061-28225/font-software-end-user-license-agreement.html
[1] Warde, B. (1955). The cristal globet, sixteen essays on typography. The Sylvan Press. London.
[2] Lupton, E. (2011). Pensar con tipos. Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
[3] Barthes, R. (1989). El grado cero de la escritura. Siglo XXI. México.
[4] El Aeropuerto Internacional Charles de Gaulle está localizado en el área metropolitana de París, es el principal aeropuerto de Francia, fue inaugurado el 8 de marzo de 1974. https://www.parisaeroport.fr/en/charles-de-gaulle-airport
[5] Vincent Connare (Boston, 1960). Diseñador norteamericano de tipografías para Microsoft, entre otros clientes y proyectos.
[6] Marín, R. (2013). Ortotipografía para diseñadores, Editorial Gustavo Gili. Barcelona.
[7] Emigre, fue una revista, creada por Rudy Vanderlans (Voorburg, 1955), en conjunto con su esposa Zuzana Licko (Bratislava, 1961). La primera edición se publicó en el año 1984 en San Francisco, Ca., hasta 2005. Vanderlans dirigía la revista, mientras que Licko diseñaba las fuentes que utilizaban. Los primeros números hablaban del concepto émigré (término francés que se le daba a la gente que emigró de otro país), tratando temas como las fronteras, la cultura internacional, la alienación. Sin embargo, la música y la tipografía fueron los temas con los que la revista se terminó definiendo. Publicaron 69 números con una periodicidad variable. Emigre se convirtió en el órgano de difusión de las corrientes postmodernas en el diseño gráfico, tuvo una gran influencia en los diseñadores gráficos de esa época, como también una influencia muy destacada en la práctica profesional y en la enseñanza.