Año 12 / edición 45 / febrero 2025 - ISSN: 2395-9894

Creo en el error

Creo en el error como algo necesario, que se debe fomentar más que la certeza. El error de hacer y deshacer, volver sobre los pasos, disfrutar lo efímero y transitar por la aleatoriedad, permitirse ser indeterminado.

Pienso el arte como un lugar catártico, en su hacer y observar, que se debe encaminar a percibir con más de un sentido, envolver al ser y hacer partícipe desde la sensibilidad. Dejemos de lado el arte frío y contemplativo.

Me convenzo cada vez más de un arte sincero, que parte del centro de un@ y a partir de ahí se comunica con el otr@. Que provoca, que incita, que motiva al diálogo, la apertura y el entendimiento. Una comunicación sin palabras ni imágenes bellas, que se atreva a ser cruda para poder verse realmente. Seamos rar@s, perturbad@s, equivoquémonos con libertad.

Invito a conocernos desde un estado del ánimo alterado. No acepto la locura, sino el error, con toda su belleza y también su sufrimiento. Conozcamos lo que siente el otr@, desde un trastorno del ánimo, crisis o personalidad esquizoide, depresiva, maniaca, paranoide… indaguemos en las posibilidades del sentir humano desde la comprensión.

Abrazo el frágil equilibrio del glitch, símil de la tan buscada pero incierta estabilidad emocional, porque en ambos existe la posibilidad de romper y reconstruir algo nuevo.

Veo la destrucción de la obra como catarsis, aprendizaje del desapego, apertura a re definir el yo desde el arte. No sobrevaloremos lo terminado, ni lo bello, significante, normativo, correcto, aprobado… aún menos lo constrictivo.

Aspiro a un arte mixto en su forma, que transite de lo análogo y de vuelta, que los mezcle, degrade, disuelva y complemente. Un arte que se vale de los medios, y no se regodea en sí mismo. El concepto de error rige de manera práctica y temática mi trabajo de los últimos años, el cual transita entre medios análogos y digitales, que son la pintura al óleo y la animación. Entiendo el error como algo aleatorio, “no funcional”, disruptivo… Su interpretación varía de considerarlo como un fallo dentro del sistema que revela su manera de operar, a considerarlo un intermediario o una puerta abierta dentro del mismo. El error lo empleo como metáfora de los trastornos del estado del ánimo. Anteriormente se pensaba que las enfermedades mentales eran un “error” psicológico, y aunque se han cambiado las palabras para referirse a estos padecimientos, no nos hemos vuelto necesariamente más comprensivos.


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