Agosto 2023
Creo en el error como algo necesario, que se debe fomentar más que la certeza. El error de hacer y deshacer, volver sobre los pasos, disfrutar lo efímero y transitar por la aleatoriedad, permitirse ser indeterminado.
Pienso el arte como un lugar catártico, en su hacer y observar, que se debe encaminar a percibir con más de un sentido, envolver al ser y hacer partícipe desde la sensibilidad. Dejemos de lado el arte frío y contemplativo.
Me convenzo cada vez más de un arte sincero, que parte del centro de un@ y a partir de ahí se comunica con el otr@. Que provoca, que incita, que motiva al diálogo, la apertura y el entendimiento. Una comunicación sin palabras ni imágenes bellas, que se atreva a ser cruda para poder verse realmente. Seamos rar@s, perturbad@s, equivoquémonos con libertad.
Invito a conocernos desde un estado del ánimo alterado. No acepto la locura, sino el error, con toda su belleza y también su sufrimiento. Conozcamos lo que siente el otr@, desde un trastorno del ánimo, crisis o personalidad esquizoide, depresiva, maniaca, paranoide… indaguemos en las posibilidades del sentir humano desde la comprensión.
Abrazo el frágil equilibrio del glitch, símil de la tan buscada pero incierta estabilidad emocional, porque en ambos existe la posibilidad de romper y reconstruir algo nuevo.
Veo la destrucción de la obra como catarsis, aprendizaje del desapego, apertura a re definir el yo desde el arte. No sobrevaloremos lo terminado, ni lo bello, significante, normativo, correcto, aprobado… aún menos lo constrictivo.
Aspiro a un arte mixto en su forma, que transite de lo análogo y de vuelta, que los mezcle, degrade, disuelva y complemente. Un arte que se vale de los medios, y no se regodea en sí mismo. El concepto de error rige de manera práctica y temática mi trabajo de los últimos años, el cual transita entre medios análogos y digitales, que son la pintura al óleo y la animación. Entiendo el error como algo aleatorio, “no funcional”, disruptivo… Su interpretación varía de considerarlo como un fallo dentro del sistema que revela su manera de operar, a considerarlo un intermediario o una puerta abierta dentro del mismo. El error lo empleo como metáfora de los trastornos del estado del ánimo. Anteriormente se pensaba que las enfermedades mentales eran un “error” psicológico, y aunque se han cambiado las palabras para referirse a estos padecimientos, no nos hemos vuelto necesariamente más comprensivos.
Natalia Pájaro es pintora y animadora 2D, nacida en Hidalgo, México, en 1991. Su trabajo explora técnicas experimentales que integran la pintura tradicional al óleo y la imagen en movimiento. Cursó la licenciatura y maestría en la FAD, UNAM. Directora y animadora de cortometrajes con el colectivo La Endina Remolona, reconocidos en concursos y muestras nacionales e internacionales como FIC Monterrey, Animasivo, Ecofilm, Hazlo en Corto, Chitrakatha, Prime the animation, Annecy Festival. Recibió la beca de Fonca Jóvenes Creadores, 2020-2021 especialidad video, y participó en el programa de acompañamiento de Piso 16, UNAM, en 2022.
Evaluadora del Focine para post producción de largometraje 2022. Con el cortometraje “Desdoblándome” ha sido ganadora del premio La Liga de la Animación Iberoamericana en Pixelatl Shortway, presentó el pitch en el festival de animación de Annecy, Francia, y recibió el apoyo del Focine para producción en 2023. Actualmente es directora de arte en el largometraje animado “El lenguaje de los pájaros”. Su pintura se ha expuesto de manera colectiva en México y París. La serie de retratos “Perfiles prestados” forma parte de la colección de Aldama Fine Art.
Ganadora de la 6ta Muestra de Arte, Club Reforma (2013), mención honorífica en la 3ra Bienal de Autorretrato Rubén Herrera (2021), y seleccionada en concursos como XXXIII Arte Joven, Arte 40 4ta edición, Bienal UNAM de Artes Visuales y la X Bienal Joaquín Clausell.