Por Tiberio Zepeda Prats.–
Poco después de que el Covid-19[1] fue declarado una pandemia, parte de la población se vio orillada por las circunstancias sociales y/o gubernamentales a vivir bajo nuevas normatividades, entre las que se incluyó el uso de cubrebocas a manera de elemento de seguridad, el cual, con el paso de los meses, además se ha convertido en una expresión de moda y por tanto en una pieza integradora de la imagen personal de quienes han adoptado esta prenda incorporada a su vestuario y de su realidad cotidiana; por lo que ahora es común ver que las personas se hacen selfies usando el cubrebocas, de la misma forma en que lo harían con una corbata, una mascada o una gorra.
El objetivo de este trabajo es seleccionar diferentes selfies de sujetos cotidianos que se retraten con cubrebocas de tres tipos, quirúrgicos, estampados y de moda, para posteriormente analizarlas bajo una herramienta denominada “Matriz de Arges 2.0[2]”, con lo que se busca responder a la pregunta ¿Cómo el cubrebocas se convierte en un elemento no corpóreo que se suma a las piezas constructoras de un nuevo tipo de selfie y cuál es su mensaje connotado desde una postura barthesiana? Todo esto abordado desde los postulados del lenguaje fotográfico planteados por Roland Barthes.
Introducción
El presente artículo, gira en torno a la manera en que en esta época de Covid-19 y de medidas sanitarias severas, los individuos han convertido el uso cotidiano del cubrebocas en una forma de expresión personal, que se ha masificado al usar la selfie y el Internet como medios de difusión.
Para ello, se hace un análisis de la manera en que el Covid-19 ha modificado la interacción cotidiana de una parte de la sociedad, pues, al menos por el momento, los besos, abrazos y arrumacos que tanto se acostumbran en la sociedad mexicana han quedado suspendidos, para dar paso, debido, por un lado a la responsabilidad social y por otro, el miedo al contagio, –algunas veces por sentido común y otras obligados por disposiciones gubernamentales–, al uso de cubrebocas al menos en espacios y transporte público.
Usar de forma cotidiana el cubrebocas ha traído consigo que las personas hayan perdido cierto nivel de identidad facial, pues, con prácticamente 50% del rostro cubierto se podría identificar más una masa social que un grupo conformado por individuos, sin embargo, la creatividad de las personas busca la manera de florecer y es ahí donde surgen casos que destacan y se diferencian de entre los demás, abriendo la puerta a la intervención de los cubrebocas, que permite visualizar la personalidad de quien lo lleva, pues el autofotógrafo externa por este medio visual sus inquietudes, afinidades, filias y fobias, permitiendo hacer una lectura de sus selfies.
1. La pandemia y el cubrebocas
La amenaza llegó de China a modo de un virus invisible, pero no por ello menos letal, dejando claro que el tamaño no importa cuando se trata de adversarios mortales, y ha sido tan alto el grado de pánico social, que en México, como parte de una reacción de supervivencia, la sociedad civil decidió replegarse a casa unos días antes de que el Gobierno Federal diera una orden de confinamiento, situación en la que se llevan ya cerca de dos años, sin que se llegue a vislumbrar un momento en el que se pueda regresar a la vida cotidiana, pues incluso se habla de una nueva normalidad, a manera de que esto implicara que ya no volverán los días en los que se podía salir a la calle y convivir con los familiares y amigos, así como interactuar en actividades rutinarias con personas desconocidas, pues en la actualidad, pareciera que motivado por el virus y con la implementación de la política de la distancia saludable, el cuerpo ajeno se convirtió en un potencial foco de infección, estar cerca de un extraño es peligroso ante la siempre latente posibilidad de ser portador de Covid-19.
Por supuesto que la batalla ante este enemigo invisible es mucho más que un tema retórico, es tan serio que, hasta el momento de hacer las últimas correcciones de este artículo[3], el Covid-19 ha cobrado la vida de unas 240,000 personas en nuestro país, según la página coronavirus.gob.mx, y a nivel mundial más de un millón, según Google[4], motivo por el cual, la población se ha visto obligada a seguir replegada en sus casas y en caso de tener que salir a la calle, conservar distancias saludables y aplicar una serie de medidas sanitarias, como el lavado sistemático de las manos, el uso de gel antibacterial y por supuesto, el uso de cubrebocas en todo momento, medida que por cierto mucha gente no acata.
Más de 240,000 muertes por Covid-19 (más las que se acumulen) justifica plenamente que las actividades, que en un pasado cercano se realizaban en compañía de otros sujetos con los que se convivía con gran desparpajo, tocándolos, abrazándolos y saludándoles con un beso, hayan quedado atrás. Ahora, a manera de armaduras usamos protectores que pareciera que nos ocultan del mundo como parte de un sistema de protección ante el pavor de ser infectados y así, el uso cotidiano de guantes de látex para no tocar personas ni objetos –contaminados o no–, mascarillas aislantes del virus y por supuesto cubrebocas son parte del kit de protección ante la amenaza latente de un contagio.
De entre todos estos elementos sanitarios, el más popularizado es el cubrebocas, mismo que, oculta la boca, nariz, barbilla, mejillas, es decir, prácticamente la mitad del rostro, eliminando una parte importante de los rasgos faciales de quien lo porta, atentando contra su identidad individual al ser la pieza constructora de una parte del rostro cubierto, sin embargo, con el paso de los meses se observa, una transición, pues de ser un artículo meramente sanitario tornó en uno personalizado, que permite toda una gama de posibilidades visuales, destacando:
- La intervención, que puede darse a un nivel muy básico al dibujarle cualquier detalle con una pluma o plumón, o muy complejo al realizar verdaderas creaciones dignas de ser expuestas en una galería.
- La impresión digital, en la que se puede transferir cualquier tipo de imagen a un textil, permite producir cubrebocas con texturas y motivos para darles un toque distintivo, con imágenes de la cultura popular e incluso, fotografías del propio rostro.
- Textiles, que pueden ser completamente lisos o explotar la textura y diseños de las telas que ocupan.
- Por último, cubrebocas de diseñador, que son resultado de la mercadotecnia y la sociedad de consumo, pues marcas de alto prestigio en el mundo de la moda venden sus creaciones a precios considerables[5].
Este tipo de caracterizaciones del cubrebocas abren la puerta para considerar que a pesar de los cercos que pone la sociedad para homogenizar a la población, siempre habrá individuos que busquen destacar con la intención de mostrarse a manera de sujetos distintos, que al sentirse cómodos con la prenda, se realizan selfies para mostrarse no solo como parte de una sociedad comprometida con su cuidado y el de los demás, sino también a manera de un individuo que encuentra el lado lúdico e incluso “estético” a una situación que definitivamente es seria.
2.0 La selfie
En la actualidad, ante la menor provocación, las personas se hacen selfies, de modo tal que, partiendo de este principio, la combinación, pandemia, confinamiento y cubrebocas no serían la excepción, la gente se hace este tipo de imágenes en diversas situaciones y lugares, buscando tal vez, hacer menos rutinario el encierro y esta nueva normalidad que exige estar alertas y protegidos en la batalla diaria contra el enemigo común, el Covid-19.
De este modo, se ha tenido que aprender a vivir con el cubrebocas de una manera cotidiana, lo que permite que se pueda considerar como un accesorio para vestir de uso común, de la misma forma que las corbatas, mascadas o gorras y ante esta familiaridad de la prenda, el que apareciera como parte de los elementos comunes de las selfies, no fue una sorpresa. Los individuos se hacen selfies con sus cubrebocas de manera común, ya sea con los tradicionales de uso quirúrgico, con impresos, textiles o de diseñador, no importa cuál tengan, todos abren la posibilidad de tomarse una selfie para lucirlos.
Es importante destacar, que no todo lo que aparece en los buscadores identificado con la palabra selfie lo es, por tanto, se debe aprender a depurar lo verdadero de lo falso (fake, de la manera que se dice en inglés) así, al comparar diferentes imágenes se detectó que existen selfies y fakefies[6], la forma de identificarlas rápidamente es por el ángulo de la toma, en las selfies, esta encuadra directamente al cuerpo desde la mano que sostiene el dispositivo móvil, mientras que en el caso de la fakefie claramente se detecta que la toma se hace desde otra perspectiva, apareciendo en muchos casos el dispositivo móvil con el que se realizará la toma, es decir, es la foto de alguien tomándose una selfie.
Un dato curioso, es que al realizar el artículo se descubrió que no había una categorización para las selfies con cubrebocas, por lo que se procede a hacer una propuesta para la tipología y el concepto es “maskfie[7]” proveniente de máscara y selfie, la maskfie se ha ubicado en la categoría de selfies presuntuosas, subcategoría ego.
2.1 No todo es banal
La selfie, no solo se trata de un autorretrato con algún dispositivo móvil, a esta expresión visual se le puede estudiar desde diversos campos cognitivos, que responden a un alto nivel de complejidad[8], en el que confluyen elementos de análisis entre los que se pueden mencionar, la modelización, la significación, la multimidad y el discurso fotográfico.
Marcel Mauss menciona que cada sociedad posee costumbres propias que se van adaptando a las necesidades individuales (Mauss, 12). A este proceso se le llama modelización, que implica que los individuos aprenden de su círculo social inmediato imitando el modo de caminar, sentarse, mirar, comunicarse y gesticular, este proceso se va perfeccionando hasta el punto en que es personalizada, abonando a forjar así identidad en el individuo. En lo referente a la selfie, hay una tendencia a imitar las fotos que se realizan otros sujetos, con lo que se crean tendencias, que son replicadas, sin embargo, llega un momento en que quien imita, puede crear su propio estilo, para más adelante ser copiado, en un claro ejemplo de modelización.
Al concepto de modelización, se suman los procesos de significación, que tienen dos vertientes, la primera, el cuerpo receptor de significados, un concepto desarrollado por Mary Douglas quien desde sus estudios antropológicos define al cuerpo humano a manera de una metáfora de la sociedad, al afirmar que las ideas del individuo resultan condicionadas por las ideas sobre la misma, (Douglas en D’Angelo, 238) sobre esto, Michel Foucault dice que el cuerpo no es una entidad libre, pues tiene una relación social, en la que se manifiestan formas de expresión corpóreas “…las relaciones de poder operan; lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos.” (Foucault, 26).
La segunda vertiente, el cuerpo generador de significados, se relaciona con cuestiones personales, en las que el individuo se muestra al mundo como un ser único e irrepetible, manifestándose en las formas particulares de ser y expresarse al autofotografiarse. Resumiendo, el cuerpo receptor de mensajes es un ente de tipo social que se vincula a un grupo, mientras que el cuerpo generador de mensajes grita que es un individuo. En este sentido, la selfie es una clara manifestación de ambas vertientes, pues se imita a la sociedad de las redes sociales para seguir una tendencia, pero se intenta marcar rasgos individuales de identidad con la finalidad de resaltar al individuo.
La multimidad[9], es la manera en la que se usan los medios digitales, multimedia, redes sociales y de contactos, que son un medio muy socorrido por los llamados nativos y migrantes digitales, que hacen pública su vida a niveles que incluso rebasan los límites más básicos de lo antes socialmente establecido como intimidad. Incluso, en estos momentos la “invasión permisiva” de la privacidad comienza a ser utilizada a modo de herramienta de multimidad, pues Joaquín Linne en 2014, afirmó que algunas usuarias de Facebook suelen mostrar aspectos de su intimidad de modo consensuado y calculado, buscando obtener un estatus alto en su red de contactos. (Linne, 69)
2.2 El discurso fotográfico
Roland Barthes hace un análisis interpretativo de la fotografía, detectando una serie de elementos constructores de la imagen fotográfica, que son operator, spectrum, spectator, studium y punctum, que son abordados a continuación.
Operator
Es el creador de la imagen y aunque pareciera que su función es solamente la de hacer click, hay más complejidad en el acto fotográfico, pues agrega a la imagen una serie de valores, que ayudan a construir el concepto de la imagen fotográfica y son informar, representar, sorprender, hacer significar y dar ganas, dejando al espectador la capacidad de interpretarlas (Barthes, 61).
A estos valores se suman los procedimientos de connotación en los que hay una interpretación sobre las poses y actitudes, que modifican el mensaje fotográfico, adquiriendo diferentes niveles de producción e interpretación.
Spectrum
La fotografía es la momificación de referente, que se encuentra ahí, pero en un tiempo que no le es propio, con detalles dispersos –un gesto hoy en día poco usual, un ornamento…– que lo hacen impropio. (Barthes, 23) Al fotografiar algo, hay un acto de posesión que permite atesorar y eternizar mientras la foto exista, el tiempo se embalsama, lo fotografiado es spectrum.
Spectator
Se trata del intérprete de la fotografía, quien tiene la opción de solamente verla o decide interpretarla. Dando pie a dos niveles de lectura, el primero denotativo, donde solo hay contacto visual, se mira la imagen y en el mejor de los casos, se reconocen ciertos elementos, en un segundo nivel, connotativo hay una interpretación, se detectan elementos que interactúan en la imagen, abriendo la puerta al studium y el punctum.
Studium
Hay millones de fotos en el mundo, pero partiendo de la experiencia, solo algunas despiertan un interés en el spectator, a esto se le llama studium, “…por medio del studium me intereso por muchas fotografías.” (Barthes, 58)
Punctum
Pasado este proceso de depuración, algunas fotografías muestran un segundo nivel de lectura, que es más profundo, el punctum, que “…es ese azar que en ella me despunta, pero que también me lastima, me punza.” (Barthes, 59) Es esa parte de la imagen que atrapa, que no deja ir, a la que se regresa.
A partir de los conceptos planteados por Barthes, se concluye que en la toma de selfies, operator, spectrum y spectator son una misma entidad, donde operator construye el concepto fotográfico, spectator aprueba la imagen antes de hacer click y decide qué imagen es la que publicará en redes sociales y finalmente, spectrum es la imagen de quien se autofotografía y se aprueba. A esta triada, se suma el concepto de studium, que surge cuando llama la atención de un tercero que encuentra la imagen en Internet, finalmente, el punctum aparece cuando un elemento de la selfie atrapa a quien la interpreta.
3.0 Metodología
En este apartado se explica el proceso que se utilizó para seleccionar y depurar las imágenes propensas a ser analizadas, esto con el objetivo de dejar claro que no fue un proceso aleatorio. En primera instancia se procedió a depurar las imágenes separando las selfies de las fakefies, la muestra se realizó con base en una búsqueda de selfies de sujetos aleatorios que llevaran cubrebocas, se descargaron 75 y se eligieron 34 con posibilidades de ser analizadas, para eliminar las que tuvieran características similares quedando 20, se escogieron 10, bajo la premisa de pares e impares, siendo las impares elegidas al azar.
4.0 La Matriz de Arges 2.0 (MA 2.0)
El objetivo de este apartado es aplicar la MA2.0 en las selfies seleccionadas con la finalidad de obtener una serie de valores que permitan estudiarlas de forma detallada, partiendo de una herramienta original que ya se ha aplicado de manera funcional, con los que se busca responder a la pregunta ¿La MA2.0 funciona para hacer análisis de maskfies?
La Matriz de Arges[10] es un instrumento diseñado como parte de la investigación doctoral de quien escribe el presente artículo, para hacer interpretación de selfies de semidesnudo en Facebook, contiene elementos constructores dedicados específicamente al análisis de este tipo de imágenes, algunos de los cuales pierden sentido cuando se trata del estudio de otro tipo de selfies que son más comunes, por lo que se ha realizado un replanteamiento de la herramienta, mismo que se presenta a continuación.
Las conclusiones de este apartado del artículo son de tipo cuantitativas, agregan valores de interpretación sobre los diferentes apartados de la MA2.0 para cada una de las maskfies analizadas y sobre el grupo, a continuación, se presentan los resultados grupales.
En el ámbito sociocultural, referido a los escenarios, en los elementos corpóreos, lo expuesto en la maskfie aparece:
- Cabello 100%
- Cejas 100%
- Frente 100%
- Ojos 100%
- Nariz 10%
- Boca 10%
En el ámbito sociocultural, referido a lo no corpóreo, en los elementos corpóreos, lo que cubre lo expuesto en la maskfie aparece:
- Quirúrgico/N96 20%
- Estampado 20%
- De Diseñador 30%
- Textil 20%
- Paliacates 10%
- Mascarillas 0%
- Trapos 0%
En el ámbito de lo fotográfico, referido a lugares, exteriores y públicos, en la maskfie aparece:
- Calle 20%
- Centro Comercial 0%
- Parque 0%
- Transporte Público 0%
- Otros 10%
En el ámbito de lo fotográfico, referido a lugares, interiores y privados, en la maskfie aparece:
- Automóvil 10%
- Casa 50%
- Trabajo/Oficina 10%
- Indefinido 0%
En el ámbito de lo fotográfico, referido al ambiente, en la maskfie aparece:
- Ordenado 90%
- Desordenado 10%
- Acogedor 80%
- Sórdido 20%
En el ámbito de lo fotográfico, referido al encuadre, en la maskfie aparece:
- Horizontal 30%
- Vertical 50%
- Cuadrado 20%
En el ámbito de lo fotográfico, referido al ángulo, en la maskfie aparece:
- A Nivel 50%
- Picada 0%
- Contrapicada 50%
- Cenital 0%
En el ámbito de lo fotográfico, referido al plano, en la maskfie aparece:
- Plano Largo 10%
- Plano Medio 50%
- Primer Plano 40%
- Close Up 0%
Conclusiones
El cubrebocas es un elemento no corpóreo que en la actualidad sigue cumpliendo su función de salud pública, dándole mayor tranquilidad a quien lo usa de protegerlo ante un posible contagio, sin embargo, a pesar de cumplir con esto, hay una construcción sociocultural alrededor de su uso, ya que en un proceso de modelización se cumple con el respeto a las jerarquías gubernamentales al acatar las reglas, pero, además se apela a los procesos de significación, que señalan que el cuerpo es receptor de significados señalados socialmente y a los que se les asignan juicios de valor, pues no es suficiente con llevarlo puesto, quien lo usa adecuadamente es visto como un sujeto socialmente responsable, aquellos que no lo hacen reciben un juicio negativo.
Continuando con los procesos de significación, se señala que el cuerpo es generador de significados, lo cual sucede cuando el individuo además de cumplir con la norma social de usar adecuadamente el cubrebocas decide utilizar uno con características afines a su personalidad, pues hay que considerar que el uso del cubrebocas hace que se cubra la mitad del rostro, lo que genera una pérdida de la identidad facial, de modo tal que al utilizar cubrebocas personalizados esto deriva en un modo particular de expresión individual.
El estudio de la tendencia de hacerse selfies con cubrebocas marcó una tendencia en la que se identificaron las características suficientes para construir una nueva categoría de este tipo de imágenes a la que se le asigno el nombre de maskfie, partiendo del término en inglés que se utiliza para nombrar al cubrebocas (facemask) y el sufijo “fie” que se utiliza para construir este tipo de neologismos.
Independientemente del nombre asignado, hay que considerar que este tipo de selfies responde a una serie de elementos constructores de los procesos de connotación, donde se adquieren diferentes niveles de producción e interpretación, donde el trucaje pone en duda la veracidad de la imagen digital.
Barthes propone 5 elementos en su interpretación de la imagen fotográfica, que son operator, spectrum, spectator, studium y punctum, que a grandes rasgos son, quien hace la foto, lo que se fotografía (con el cubrebocas incluido), el que interpreta la fotografía, la fotografía que te llama y lo que te atrapa de la fotografía. Estos elementos guardan entre sí una compleja relación cuando se trata de la construcción de maskfies, pues de forma ya mencionada, operator, spectrum y spectator son un mismo sujeto en diferentes facetas de la construcción de la imagen, mientras que studium y punctum se relacionan directamente con la maskfie como imagen fotográfica.
En otro sentido, están los elementos constructores de los procesos de connotación, que pareciera que son una estructura independiente, sin embargo, se ha detectado una interrelación muy interesante, con los conceptos del análisis fotográfico, propuestos por Barthes.
De este modo, se detecta una relación entre los los elementos constructores los procesos de connotación y los conceptos postulados por Barthes en la propuesta de un nuevo tipo de selfie, la maskfie. ¶
[Publicado el 4 de noviembre de 2021]
[.925 Artes y Diseño, Año 8, edición 32]
Fuentes de consulta
- com. Costo de cubrebocas KN95. Texto 09/10/20. Web 09/10/20.
- https://www.amazon.com.mx/s?k=cubre+boca+n+95&adgrpid=109845324385&gclid=CjwKCAjwlID8BRAFEiwAnUoK1eP02u6NbwK201X2AbK1qbyySEoP8A7s2YRZqh9pgsX7X3p4csgtjBoC9f4QAvD_BwE&hvadid=470051437870&hvdev=c&hvlocphy=9047091&hvnetw=g&hvqmt=b&hvrand=14653801261921509750&hvtargid=kwd895279931466&hydadcr=25179_11270113&tag=googhydr0mx-20&ref=pd_sl_74g2yse9xm_b
- Barthes, Roland. La Cámara Lúcida. Paidós, Barcelona: 1989. Impreso.
- Barthes, Roland. Lo obvio y lo obtuso. Paidós, Barcelona: 1986. Impreso.
- Covid-19 México. Información general, confirmados. Texto 06/10/20. Web 06/10/20. https://coronavirus.gob.mx/datos/
- D’Angelo, Ana. La experiencia de la corporalidad en imágenes. Percepción del mundo, producción de sentidos y subjetividad. Bogotá – Colombia: Tabula Rasa, No.13, 2010. Digital.
- Focault, Michel, Vigilar y castigar. Argentina: Siglo XXI Editores, 2003. Digital.
- com. Coronavirus (COVID-19). Texto 06/10/20. Web 06/10/20. https://news.google.com/covid19/map?hl=es-419&gl=MX&ceid=MX%3Aes-419
- Manovich , L. (2006). El lenguaje de los nuevos medios de Comunicación. Paidos. México.
- Mauss, Marcel. Técnicas y Movimientos Corporales. Journal de Psychologie, X XXII, números 3-4, 13 marzo-15 abril 1936. Digital.
- Zepeda, Netzahualcoyotl. La provocación de Narcisa y la complicidad de Arges, la selfie de semidesnudo, ¿revelando un discurso visual?
[1] La COVID-19 es la enfermedad causada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2. La OMS tuvo noticia por primera vez de la existencia de este nuevo virus el 31 de diciembre de 2019, al ser informada de un grupo de casos de “neumonía vírica” que se habían declarado en Wuhan, República Popular China.
[2] La Matriz de Arges es una herramienta de lectura e interpretación de selfies de semidesnudo, desarrollada en la tesis doctoral del autor, titulada “La provocación de Narcisa y la complicidad de Arges, la selfie de semidesnudo, ¿revelando un discurso visual?” La Matriz de Arges 2.0 es un instrumento derivado de la primera con adaptaciones para hacerla más general.
[3] Julio de 2021.
[4] Datos tomados de https://news.google.com/covid19/map?hl=es-419&gl=MX&ceid=MX%3Aes-419
[5] Consultando en Amazon, el costo de una caja de 20 cubrebocas KN95 es de $298.00 MN, mientras que uno de la marca Gucci, según la página businessinsider.mx llega a $2,500.00 MN.
[6] El concepto fakefie ya se usa de manera informal en algunas páginas de Instagram, sin embargo, no es una nueva categoría pues como su nombre lo indica es falsa, por tanto, no se considera dentro de la tipología de la selfie.
[7] Maskfie es un nuevo tipo de selfie, que se agrega a la tipología que ya se ha trabajado con antelación.
[8] La selfie se analiza desde diferentes campos cognitivos que parten de los postulados de Mauss, Douglas, de Almeida, más adelante de Barthes y finalmente de la Matriz de Arges 2.0.
[9] El término multimidad fue acuñado por Lev Manovich en el libro “El lenguaje de los nuevos medios de Comunicación”. Los Nativos Digitales 2.0 poseen rasgos propios: son una generación post-mail, suelen haberse criado alrededor de entornos digitales y manifiestan de modo online sus aspectos íntimos. Estos contenidos personales, que comparten con su grupo de pares a través de sitios de redes sociales, expresan una nueva concepción de la intimidad que podemos denominar “multimidad”, de acuerdo con Joaquín Linne.
[10] En caso necesario, se puede consultar el documento que contiene la Matriz de Arges en: https://www.iconos.edu.mx/qrtesis/090151DT.html