El espectador en el cuarto de siglo

4 febrero, 2022

Por Adán Zamarripa Salas.

–¿Hay que ir a un museo?

Preguntó mi sobrino de 14 años con la clásica cara de adolescente malhumorado, sobre la tarea escolar que debía hacer acerca de la Revolución Mexicana y con la sugerencia de la maestra de ver los murales del Palacio de Bellas Artes[1] o el Palacio Nacional[2], para comprenderla mejor.

–Sí, ir a un museo – le dije. Sabía lo que me contestaría.

–¿No podemos verlo en internet?

También, como él prefería ver la pantalla de 24 pulgadas de mi computadora. Pensé que era mejor que ir al museo, mejor que estar allí, mejor que las horas de transporte y el cúmulo insano de los visitantes.

Pero ¿Realmente es mejor la enseñanza a través del internet y las fuentes confiables?

En el Ecosistema Virtual sabemos que el conocimiento es asequible, comprensible, cuestionable (del verbo cuestionar; argumentar, reflexionar), hay información para estudiosos y para personas que sólo buscan referencias básicas, directas, datos duros. También sabemos de las Fake News y conspiraciones alienígenas, reptilianas, gubernamentales y religiosas.

Para el espectador informado, por ejemplo, existen un sinnúmero de museos que ofrecen recorridos virtuales como el Museo del Prado en Madrid, el de Louvre en París, el British en Londres, el de Arte Contemporáneo en Nueva York, el del Vaticano en Roma, por mencionar algunos de los más famosos[3].

En mayo del 2020 había al menos 23 museos que ofrecían recorridos virtuales en México[4]. El Palacio de Bellas Artes, los Museos de Antropología, Frida Kahlo, Soumaya, Amparo y Tamayo, entre otros. Asimismo, en el proyecto Google Arts & Culture se pueden visitar virtualmente 4,500 recintos culturales o históricos del mundo.

El espectador del cuarto del Siglo XXI está cambiando sus gustos. En américa latina en 2012 había 2 millones de suscriptores a plataformas de streaming[5] contra 45 millones de TV de paga[6], en 2020 había 62 millones conectados a plataformas de streaming contra 57 millones a TV de paga. Se espera que para 2024 haya 110 millones suscritos a plataformas de streaming y se reduzca a 56 millones a la TV de paga.[7]

Un fenómeno interesante en México es el aumento de espectadores en salas cinematográficas. En 2012, hubo 59 millones, en 2013, 63 millones, en 2015, 85 millones, en 2017, 112 millones, en 2018, bajó a 88 millones, pero se recuperó en 2019 con 99 millones. En 2020 hubo una baja del 70% debido a la pandemia[8]. En el 2017, México fue cuarto lugar en número de salas de cine al contar con 6,742, por debajo de China, Estados Unidos e India, pero por encima de Francia, Rusia, Alemania, Reino Unido, Italia o Japón[9]. Aún es pronto para saber si las salas de cine recuperarán espectadores o seguirán una tendencia a la baja por la competencia del sistema de streaming. Quizá suceda un fenómeno similar como cuando la llegada de la televisión auguró el final de las salas cinematográficas. Pero sobrevivieron con la implementación del color de manera generalizada, las pantallas panorámicas, además de salas tipo estadio. A pesar de que las salas de hoy son mucho más pequeñas, el “ir al cine”, sigue siendo un evento familiar, colectivo o amoroso, además que las salas ofrecen comida, bebidas alcohólicas y, al encontrarse generalmente en centros comerciales, se puede considerar como un paseo familiar o de pareja completo. A la vieja usanza del paseo dominical o al que asemeja el ir de compras con la familia.

Pero más allá de la persistencia de las salas de cine, el fenómeno del cambio de gustos en el espectador sigue en aumento. ¿A qué se debe este salto en las preferencias de las audiencias?

Cyber painting, © 2022, Jorge Santana
Cyber painting, © 2022, Jorge Santana

Una razón es que todos somos creadores de contenido. Desde el uso cotidiano de los distintos sistemas de mensajes, hasta cuestiones académicas como el Classroom o el viejo Moodle, el exceso de mensajes en video y la facilidad para hacerlos, nos convierte en realizadores, influencers o productores de contenido. Hace décadas ya, que los directores de documentales, cortometrajes, además de publicistas, han hecho uso de You Tube[10], Vimeo[11] y otras plataformas en internet para difundir su obra. Para los artistas o creadores visuales como pintores, escultores, grabadores y fotógrafos, hoy plataformas como frame.io[12], permiten hacer una galería propia con recorridos 3D, tanto de manera gratuita como pagada. Además, el Autocad[13], viejo programa utilizado por arquitectos e ingenieros para planear y mostrar su obra en proceso o terminada, hoy permite visitas en 3D de los espacios y edificaciones antes de ser construidas.

Los usos comerciales también suceden, para vendedores de bienes raíces, Tourwever[14], 3D Vista Tour[15], Panotour[16] o Vtility[17], son programas que con fotografías de 360º permiten ver casas y edificios en un tour virtual desde una pantalla.

No digamos los usos médicos y científicos, donde las operaciones a distancia y simuladores permiten avanzar velozmente en el conocimiento y en la salud global.

Pero entonces, ¿cómo es el ‘ecosistema virtual’ del espectador en el cuarto del Siglo XXI? Infinito, imposible de abarcar y mucho menos de visualizar. Entre las sugerencias de amigos especialistas, y las propias cadenas de cine y de streaming[18], la variedad es tanta que ya no hay parámetros de una cultura radical preponderante, no existe un canal que nos muestre qué es aquello oculto que ‘debe’ verse por extravagante, vanguardista y disruptivo. Estamos aislados en nuestros propios descubrimientos culturales. Por ejemplo, las Muestras de Cine en el Centro Cultural Universitario[19] y la Cineteca Nacional[20], desde 1970 hasta 2010, eran el faro a donde mirábamos, discutíamos y reflexionábamos sobre el cine de vanguardia del mundo. Hoy, la Muestra es sólo una pequeña parte de una programación anualizada, superada por las propias cadenas de streaming, You Tube o Vimeo.

 Hace unas décadas eran obvias las diferencias entre el Mainstream capitalista y los pensamientos emancipadores y comunitarios, hoy, las pautas de las grandes empresas televisivas, cinematográficas y de museos y salas de concierto de música académica y popular, que siempre han existido, es lo único que nos une como espectadores, no hay discursos alternos comunes, el esquema es tan amplio que no hay posibilidad de encontrar confluencias estéticas más allá del pequeño grupo de académicos o amigos que comparten algunos gustos o experiencias audiovisuales. La polarización es tal que estamos aislados en burbujas cada vez más pequeñas que impiden que nos concentremos con algún pensamiento estético, teórico o movimiento cultural que no provenga de estos grandes conglomerados del pensamiento y del arte comercial.

Así, el capital hace de las suyas nuevamente, desde Marx[21] a Bordieu[22], sabían que no sería necesaria la represión o la violencia física para el control de las masas. Sólo crear divisionismo complaciente e individualismo onanista. Es ‘El Gran Hermano[23]’ que nos dicta qué ver, oír, sentir, pensar y actuar.

Lo distinto hoy, no es que haya falta de oportunidad y variedad, al contrario, el exceso nos separa, no hay temas en común, ni grupos de pensamiento e ideología que hablen de lo mismo y puedan compartir experiencias estéticas, políticas y sensoriales.

Sólo el discurso de estas grandes compañías y sus dictados de qué, cómo, a quién y por qué seguir a algún fenómeno de espectáculos, político o cultural, nos crea un discurso común, un lenguaje que no se pierda entre el infinito de películas, series, obras de arte, personas, ideas, teorías y conceptos que diariamente son expuestas, intercambiadas, que nacen y fenecen en el ‘Ecosistema Virtual’ del cuarto del Siglo XXI.

Cyber painting, © 2022, Jorge Santana
Cyber painting, © 2022, Jorge Santana

Hoy, la revolución está más lejos que nunca, porque nos aislamos, nos perdemos, nos ignoramos. Salvo experiencias mínimas de revuelta, que han logrado unir a la gente y a los pueblos contra las dictaduras y la represión, el internet junto a Zuckerberg[24] y aliados, ha sido el arma más eficaz del sistema para mantenernos en la ignorancia y la división.

Después de ver una numeralia que poco dice y mucho se presta a interpretaciones acomodaticias y valorar la presencia real del espectáculo en vivo, en presente, en el estar ahí, decidí, muy a su pesar, llevar a mi sobrino al Palacio de Bellas Artes. A regañadientes lo levanté temprano, nos subimos al metro, después de 45 minutos de viaje, bajamos y comencé por enseñarle el regalo de Francia de la entrada de la estación de metro de Paris, luego el edificio y sus estilos y significados, pagamos la entrada con todo y mi descuento de profesor y admiramos las paredes coloridas, mientras revisábamos en internet del Muralismo Mexicano. Supimos de los autores, vimos fotos del proceso y hasta películas de la época de su realización. Conocimiento aumentado.

Salimos y acabamos con unos deliciosos churros y un chocolate a la mexicana en la Churrería el Moro[25]. Después de cinco horas de calles atestadas, calor y humo, regresamos en silencio. No sabía si estaba molesto o cansado, pero si lo vi pensativo.

–¿Qué te pareció? – le pregunté.

Me miró sonriente y dijo.

–Qué bueno que venimos.

Se quedó mirando Calzada de Tlalpan, las mujeres de la calle y sus pequeños vestidos, los travestis, la gente, las tiendas, preguntándome, ávido de saber que era todo eso que veía y olía. Yo, estaba asombrado e inquieto por no perder la oportunidad de seguir mostrándole la ciudad en vivo, con sus peligros y maravillas.

Nada como estar allí, nada como vivir la experiencia real. 

[Publicado el 4 de febrero de 2022]
[.925 Artes y Diseño, Año 9, edición 33]

Cyber painting, © 2022, Jorge Santana
Cyber painting, © 2022, Jorge Santana

[1] http://museopalaciodebellasartes.gob.mx/
[2] El palacio Nacional está ubicado en los terrenos en donde los dirigentes de México han gobernado durante más de seis siglos: por consiguiente, ha sido el centro político, social y económico del imperio azteca, de la Nueva España colonial y del México moderno. El palacio se ubica en el lado oriente de la plaza de la Constitución (el popular “Zócalo”). Cuando los conquistadores españoles llegaron en 1519, el palacio del emperador Moctezuma y sus amplios jardines ocupaban el lugar. Cuando la dominación militar fue consumada los conquistadores demolieron la estructura y con el material recuperado construyeron una fortaleza de estilo español. En 1562 este edificio se convirtió en el palacio real, residencia del virrey, representante oficial del rey de España. Todos los virreyes, con excepción del primero y el último, vivieron en este palacio. Ese fue su uso durante los trescientos años que duró la Conquista. Finalmente, con la firma del Acta de Independencia que tuvo lugar en este sitio en el año de 1821, el palacio real se convirtió en el Palacio Nacional. Desde entonces ha sido la sede del poder ejecutivo del gobierno mexicano, y, en algunas ocasiones, incluso residencia del presidente. Hoy, en el Palacio Nacional se encuentran las oficinas de la presidencia, varios organismos del poder ejecutivo, una importante biblioteca y el museo de las Tres Culturas. Muchos muros del palacio exhiben murales, incluyendo dos de los más conocidos frescos de Diego Rivera, (pintados entre 1929 y 1935). Alrededor del patio principal se encuentran estos murales que representan a los pueblos prehispánicos; ascendiendo por la escalera principal, puede verse en los murales una dramatización de la evolución del pueblo de México que culmina con el futuro de este país.
[3] https://www.bbva.com/es/es/diez-visitas-virtuales-a-los-mejores-museos-del-mundo/ (recuperado el 20 de octubre de 2021, artículo de Teresa Andrés Blanco)
[4] https://www.archdaily.mx/mx/936178/23-museos-en-mexico-que-ofrecen-recorridos-virtuales (recuperado el 20 de octubre de 2021, artículo de Mónica Arellano)
[5] Plataforma de Streaming son los sistemas como Netflix, Amazon Prime, Disney Plus, HBO, Claro Video, etc.
[6] ‘TV de paga’ se refiere a los sistemas de televisión que tiene canales de televisión abierta, (como los canales 2, 4, 5, 7, 9, etc.) y canales especializados como canales de películas, modas, deportivos, cultura, música etc.
[7] https://es.statista.com/estadisticas/1245319/suscriptores-streaming-tv-de-paga-america-latina/ (recuperado el 21 de octubre de 2021)
[8] http://canacine.org.mx/wp-content/uploads/2021/09/Resultados-primer-cuatrimestre-2021.pdf (recuperado el 21 de octubre de 2021)
[9] http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php/informacion/boletines/41487-mexico-el-cuarto-pais-del-mundo-con-mas-salas-de-cine-senala-el-ibd.html (recuperado el 22 de octubre de 2021)
[10] https://www.youtube.com/
[11] https://vimeo.com/es/
[12] https://www.frame.io/
[13] AutoCAD es un software de diseño asistido por computadora utilizado para dibujo 2D y modelado 3D. Actualmente es desarrollado y comercializado por la empresa Autodesk.
[14] Tourweaver es un programa especialmente desarrollado para diseñar e implementar entornos panorámicos en Flash o HTML5.
[15] https://www.3dvista.com/es/
[16] Panotour es un recomendable programa capaz de crear visualizaciones de 360º a partir de una imagen consiguiendo resultados profesionales de 'visitas' virtuales e interactivas por las fotografías.
[17] http://www.vtility.net/
[18] Streaming es la distribución digital de contenido multimedia a través de una red de computadoras, de manera que el usuario utiliza el producto a la vez que se descarga. El concepto se refiere a una corriente continua que fluye sin interrupción.
[19] El Centro Cultural Universitario de la UNAM es un conjunto arquitectónico de recintos culturales, ubicado en la Ciudad Universitaria. El complejo fue construido entre 1976 y 1980, se compone de la Sala Nezahualcóyotl, el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, el Centro Universitario de Teatro, el Museo Universitario Arte Contemporáneo, el Espacio Escultórico, la Sala Miguel Covarrubias, la pequeña sala de música de cámara Carlos Chávez, las salas de cine Julio Bracho, José Revueltas y Carlos Monsiváis, el edificio que alberga la Biblioteca y Hemeroteca nacionales, el Instituto de Investigaciones Bibliográficas e Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.
[20] https://www.cinetecanacional.net/
[21] Karl Heinrich Marx​ (Tréveris, 1818 – Londres, 1883). Economista, filósofo, sociólogo, periodista, intelectual y político comunista alemán de origen judío.
[22] Pierre Félix Bourdieu (Denguin, 1930 – París, 2002). Sociólogo francés.
[23] Big Brother es un personaje de la novela de George Orwell ‘1984’ (publicada en 1949). Orwell se inspiró en líderes totalitarios caracterizados por infundir una política de miedo y de extremada reverencia hacia sus personas, educando a la población a través de una propaganda gubernamental intensiva en valores colectivistas donde pensar individualmente sea visto como una traición a la sociedad.
[24] Mark Elliot Zuckerberg (White Plains, 1984). Programador y empresario estadounidense, uno de los creadores y fundadores de Facebook, hoy día Meta.
[25] https://elmoro.mx/

Doctor en Artes y Diseño por la Facultad de Artes y Diseño, Maestro en Guionismo por la Universidad Intercontinental, Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNMA y egresado de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM. Profesor por más de 30 años en la Facultad de Artes y Diseño donde ha publicado manuales y realizado documentales. Ha trabajado en más de 200 producciones de cine, televisión y audiovisual a lo largo de su vida laboral en áreas de producción, realización, fotografía, guionismo y edición.

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