Los golpes cinematográficos de David Fincher

Por Ricardo Alejandro González Cruz.

Dos hombres que apenas se conocen salen de un bar. Uno de ellos acaba de perder su departamento y necesita un lugar dónde quedarse. El otro le ofrece su casa, pero a cambio le pide un favor: “Quiero que me golpees lo más fuerte que puedas”. Esta frase icónica de El Club de la Pelea es lo que uno está pidiendo cada vez que se dispone ver una película dirigida por David Fincher, un creador capaz de meterse en las mentes de individuos, psicópatas y obsesionados, para mostrarlas con una apariencia texturizada como si alguien hubiera tirado o pisoteado la película. Sus creaciones, a pesar de un par de tropiezos, siempre tienen una potencia, poco acostumbrada dentro del cine comercial, que provocan una intranquilidad que se mantiene aún mucho después de haber visto la película.

Fincher sin duda es uno de los realizadores más hábiles que actualmente se encuentra trabajando en Hollywood, pero esto no es algo que se hubiera adivinado a partir de la respuesta a su primera película, Alien 3. En ésta, el golpe llega desde el principio, cuando los personajes, con los que el público se había encariñado en la película anterior, son exterminados en la secuencia inicial para poder enfocar de nuevo la historia en la Teniente Ripley. Fue un golpe que muchos no le perdonaron, especialmente porque el resto de la película no tiene la fuerza de las anteriores cintas de la saga. Más tarde se revelaría que estas fallas no fueron debidas a la dirección, sino a un proceso de producción descuidado y problemático que nadie hubiera podido resolver (este proceso se detalla en el libro Dark Eye: The Films of David Fincher).

Tres años después le llegaría a Fincher la oportunidad de mostrar su talento, junto al guionista Andrew Kevin Walker. Al principio, Se7en aparentaba ser una simple película policiaca en la que un par de detectives tratan de atrapar a un asesino serial. Pero, quienes la veían esperando encontrarse con una versión oscura de Arma Mortal o de cualquier otra “buddy cop movie” quedaban sorprendidos por la brutalidad de las imágenes que iban desde una excelente secuencia de créditos dirigida por Kyle Cooper hasta el final pesimista que el estudio intentó modificar. En esta película las víctimas se presentan destrozadas y con rasgos de putrefacción mientras se describe detalladamente cómo es que se llevó a cabo el asesinato, pero además de eso, el público puede entrar a la mente del psicópata, observando sus cuadernos y entendiendo por qué él, en vez de criminal, se considera un justiciero. Aquí no hay redención ni victorias fáciles, y todo está presentado con una apariencia sucia bajo la lluvia constante. Si en Alien 3 la interferencia del estudio arruinó una película muy esperada dejando que el director asumiera la culpa, con Se7en demostró que, si lo dejaban hacer lo suyo, los resultados eran mejores para todos.

fincher
David Andrew Leo Fincher (1962). Director y productor estadounidense de cine, televisión y videos musicales.

Probablemente la obra maestra de Fincher sea El Club de la Pelea. Basada en el libro de Chuck Palahniuk, con guion de Jim Uhls. A primera vista parece ser una película que narra la historia de hombres peleando sin razón, pero al verla resulta ser algo mucho más complejo que eso: una divertida crítica al consumismo; una exploración de la naturaleza masculina en una sociedad castrante y, principalmente; un ejercicio cinematográfico impecable. Aquí Fincher usa todas las herramientas que tiene a su disposición y juega con ellas como si se tratara de algo simple. En la obra existen saltos temporales, juego de encuadres, insertos, movimientos complejos de cámaras digitales mezclados con cámaras reales, escenas divertidísimas en las que se rompe la cuarta pared, además de generar la apariencia de que se trata de una película maltratada y de hacer uso de la iluminación verdosa, que para entonces ya se había vuelto una de sus marcas características. Pero todos estos recursos, más allá de ser un catálogo de virtuosismo, son utilizados siempre al servicio de la historia y nos ayudan a conocer al carismático psicópata Tyler Durden. Una vez más nos metemos a la mente del loco (aquí, literalmente y desde el primer plano) y Fincher está tan seguro de su capacidad que se permite soltar muchas pistas sin arruinar la gran sorpresa de la historia. El Club de la Pelea es una de esas películas que se pueden ver muchas veces, siempre con la garantía de encontrar algo nuevo. En ella quedaba clarísimo que no solo estábamos ante un director efectivo, sino ante uno de los mejores de su generación.La obra más reciente de Fincher es la adaptación cinematográfica de la novela Perdida, de Gillian Flynn. Aquí otra vez tenemos una historia que evoluciona en algo completamente distinto de lo que uno esperaba al inicio. La desaparición de Amy Dunne sirve como pretexto para hacer una exploración de las relaciones de pareja y la manipulación mediática. Sobre esto último, es fascinante ver cómo la cobertura televisiva del caso va moldeando la percepción pública sobre los implicados, mientras la película hace exactamente lo mismo con nosotros, los espectadores, como espejos infinitos. Este tipo de juegos se dan durante toda la película, y el director usa su habilidad para llevar al espectador a donde se le antoje, haciéndolo pensar y sentir exactamente lo que él quiere con una técnica impecable. El resultado es una obra que, sin ser de terror, asusta más que muchas de ese género. Sus recursos visuales siguen ahí pero más discretos, con respecto a otras de sus obras, consiguiendo un refinamiento mayor. A primera vista parecería ser una más de esas entradas atípicas en su filmografía, como El Curioso Caso de Benjamin Button, pero muy pronto queda claro que la temática está más cercana a Se7en o a Zodiaco con sus exploraciones detalladas de las mentes de psicópatas exponiendo todo el proceso, con la diferencia de que el peligro no está en callejones oscuros ni en departamentos aislados, sino en un lugar aparentemente tranquilo. Con un director menos hábil esta película podía haber resultado tediosa pero Fincher logra mantener el interés durante las dos horas y media de la película y aún después. Es una muestra de que, después de todos estos años, Fincher sigue golpeando igual de fuerte.

 (Publicado el 25 de noviembre de 2014)

Lic. en Diseño y Comunicación Visual por la FAD UNAM. Ha formado parte del equipo de desarrollo de diversos proyectos audiovisuales, como aplicaciones interactivas, animación, cine y televisión, para clientes como Fomento Cultural Banamex, Grupo Santillana, Corazón Films, Corazón Televisión, Argos Soluciones Creativas y Telemundo. Ha impartido diplomados con opción a titulación en la FAD UNAM y desde 2014 es profesor de licenciatura en el Plantel Taxco de esta misma institución. Le gusta ir al cine pero casi nunca come palomitas.

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